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martes, 19 de julio de 2016

Carta (imaginaria) de Francisco Franco, 40 años después…

Carta (imaginaria) de F. Franco, 40 años después…

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Reproducido con motivo del aniversario del 18 de julio.- Españoles todos: Hace casi 41 años, al llegar para mí la hora de rendir cuentas ante el Altísimo, me despedí de vosotros como un padre lo haría de sus hijos en el momento supremo de esa partida inevitable. Con la sinceridad que impone la perspectiva de ese viaje sin retorno, quise expresaros entonces algunas cosas que un hombre de bien no podía dejar de mencionar en ese instante definitivo: mi amor por España y mi fe en su destino.
Yo sólo fuí un servidor de España y en el altar sagrado de la Patria entregué hasta el último aliento de mi vida. No quise más honor que el servirla ni más recompensa que el verla levantada de la ruina y la discordia en que la sumieron sus enemigos. Rendí mi vida al Altísimo con el sentimiento de haber vivido como católico y español, con el norte siempre puesto en el bien de España y la prosperidad de los españoles.
Dejé el mundo sin remordimientos y con la conciencia de haber obrado bien. La España que la Divina Providencia puso en mis manos en el año 1939, después de las iniquidades y las violencias que desataron sobre ella los que soñaron derribar su gloria y mancharla eternamente con la ignominia de su traición, no era en el momento de mi humana despedida de este mundo, más que un lejano recuerdo, desdibujado por las nieblas del tiempo y relegado por las urgencias de los nuevos afanes de un país que había, tras décadas de sacrificos y esfuerzos, recuperado su lugar en el concierto de las naciones de la tierra, con la cabeza alta y las manos limpias.
Los años de paz de mi gobierno, en un mundo desgarrado por innumerables guerras, no fueron un fórmula falsa de una propaganda de régimen, sino una verdad que trajo en su fértil surco el progreso y el orden que España necesitaba y merecía después de las miserías y los dolores de una confrontación fraticida que nos puso al borde de la esclavitud y la tiranía de las que otros pueblos europeos no pudieron librarse y que aún soportaban en el momento de mi partida (y lo harían todavía durante unos años más antes de sacudirse la opresión que las ahogaba).
Una vez derrotado el enemigo interior que quiso un día uncir nuestra insigne nación al yugo de espurios designios antinacionales, me dediqué a levantar a España de su postración y construir sobre la ruinas de una tierra arrasada por la guerra civil el edificio de la nueva España, redimida de los odios y las vindictas del pasado. Más que un soldado victorioso, quise ser un obrero de la paz, antes un restaurador civil que un conquistador.
Paz, orden y progreso, esos fueron los objetivos cardinales que me fijé y la Historia no podrá desmentir los logros que obtuve en esa misión impuesta. Ningún estadista puede ser tachado de fracasado si deja su país en mejor estado que aquél en que se encontraba cuando tomó las riendas que el destino puso en sus manos.
A mi muerte, España había recuperado el lugar que le correspondía a la jerarquía de su trayectoria nacional y estaba encaminada por la buena senda. Me fui con la convicción de que “todo quedaba atado y bien atado”, dejando como legado una España en pie y añadiendo unos consejos postreros para que la obra cumplida no fuera puesta otra vez en peligro por los enemigos de España y la civilización cristiana, siempre al acecho.
Habiendo sido la defensa de los supremos intereses de la patria y el pueblo español y la salvaguarda de la unión indivisible de las tierras de España la misión de mi vida, era obligado que también a estas primordiales cuestiones se refirieran mis últimas palabras, al pediros que, aparcando intereses personales, no cejáraís en la defensa de los primordiales objetivos que todo español cabal ha de hacer suyos: fortalecer la unidad de España y alcanzar la justicia social y la cultura para todos lo hombres de España.
Hoy desde mi descanso eterno, alejado ya de las cosas humanas, y en la paz celestial que es el premio que Dios nuestro Señor me ha otorgado en recompensa a mi entrega a la obra de sanar España de sus viejas heridas y levantar la cruz de la fe frente a los negadores de Cristo, no puedo sin embargo quedar indiferente al destino de España y la suerte de los españoles.
Con dolor creciente veo que la antiEspaña que una vez pusimos de rodillas en la gloriosa jornada de nuestra Cruzada Nacional vuelve a levantar cabeza y persigue con nuevos brios la tarea de destruir España y enfrentar a los españoles. En realidad, hace ya tiempo que esta deriva destructiva viene ocupando mis pensamientos, aumentando mi inquietud y turbando mi reposo.
Existía en el tiempo de mi vida terrenal un problema espiritual en el mundo de la más extraordinaria transcendencia, constituido por el ambiente revolucionario de las masas alejadas de la creencia en Dios y obnubiladas por quimeras antinaturales que la razón condena. La lucha que llevamos a cabo una vez contra esas fuerzas destructivas fue un fenómeno pasajero, mientras que el espíritu revolucionario de las masas alimentado por teorías tan falsas como dañinas constituye el problema fundamental de la época presente, de una hondura y de una permanencia muchísimo mayor que la de cualquier conflicto bélico.
Los españoles, pueblo tan noble y valeroso como díscolo e irreflexivo, siempre presto a entregarse a quimeras y fantasías por poco que estas revistan el adecuado ropaje de una mendaz promesa y se exprese con la seductora retórica de todo lo falso, necesita de dirigentes incorruptibles y clarividentes para evitar el camino que lo aleja de manera contínua, con frenazos y retrocesos, a través de los siglos, del destino que la Historia señaló para él desde los albores de nuestra raza inmortal. De la mano de la antipatria y con el único norte de sus intereses bastardos, España vuelve a alejarse del puesto que le corresponde conforme a su Historia y que ocupó en épocas pretéritas.
Huérfano de un ideal superior que conduzca sus pasos, carente de un guía inspirado y patriótico y asediado por el rencor invencible y el odio nunca satisfecho de los enemigos de España, el pueblo español vuelve a caer en el desorden y la discordia, presa de la demagogia y los manejos disolventes de los peores elementos resurgidos de las profundidades más tenebrosas de nuestro pasado, con la anarquía como único horizonte posible y la desunión como meta proclamada.
Al pasar revista a los logros que conseguimos para España y los españoles durante los años de mi gobierno, no podemos por menos que reconocer con dolor y consternación como han sido en gran parte malogrados y echados a perder. Ante nuestra mirada se expone el resultado de décadas de malos gobiernos y prolongados errores que han llevado a España a las puertas de la ruina y a su actual insignificancia ante las naciones del mundo.
En lo fundamental, tanto como en lo accesorio, mis sucesores no han sabido mejorar la herencia recibida con su pobre desempeño, por el contrario la han dilapidado con un entusiasmo que nunca tuvieron a la hora de trabajar por el engrandecimiento de España y el bienestar de su pueblo. Cayendo de nuevo en politiquerías mezquinas y revanchismos tardíos, los nuevos dirigentes, alejados de los caminos de la Fe y la Patria, se han dedicado a derribar con ahínco cuanto han tocado con la soberbia de sus almas pequeñas y la maldad de sus mentes corrompidas. En el mejor de los casos han gobernado pensando en la semana siguiente y el peor soñando con restaurar los oscuros días del ayer.
Dando la espalda a los principios tradicionales y patrióticos que son el nervio de nuestra historia, las masas españolas se han rendido a los fáciles halagos del extremismo izquierdista por un lado y por los relucientes espejismos del capitalismo ultraliberal por el otro, y sobre esa doble impostura ha renacido la España vieja y maleada que una vez desterramos.
Parece que España hubiera agotado sus reservas espirituales y materiales al entregar el mando de la nación a los incapaces y los traidores que la han dirigido hacia donde se encuentra en este momento.
Nunca creímos nosotros en el régimen democrático liberal que acarreó a España tantos daños en el pasado y ha reeditado después de mi desaparición tantos otros. Desoyendo la autorizada voz de la experiencia, los españoles se han dejado una vez más seducir por químeras impropias al buen gobierno y rendirse ante sistemas incompatibles con el honor de nuestro nombre y de la dignidad de nuestra historia.
Nunca antes de mi gobierno, y tampoco después (ahora lo vemos), España consiguió alcanzar tantos logros en todos los ámbitos de la vida nacional, ni vivir una era de paz, orden y progreso de tal magnitud. La obra calumniosa de nuestros enemigos ha consistido, desde el mismo momento de su anticipada derrota un glorioso 18 de julio (antes de la victoria formal el 1 de abril de 1939), en socavar los cimientos del edificio levantado con su incansable labor subversiva y mentirosa.
Sin embargo, el edificio construido un día no puede borrarse de la memoria de los hombres si esa construcción fue grande y buena, y aun tirada a tierra, puede reconocerse aunque sea a través del expresivo testimonio de sus muros caidos al suelo.
Las creaciones sociales del régimen fueron muchas:
– Creación del “Auxilio Social” que llenó España de Comedores gratuitos para los más necesitados.
– Creación de la Seguridad Social Universal.
– Creación de la Pensión por Jubilación, y también la de Viudedad
– Establecimiento de la edad obligatoria de Jubilación.
– Creación de Escuelas Públicas y Gratuitas, para la enseñanza obligatoria, con el fin de erradicar el analfabetismo.
– Fomento y creación de Universidades para enseñanza superior.
– Creación de Escuelas de Formación Profesional.
– Establecimiento de una edad mínima, para el comienzo de la vida laboral.
– Establecimiento del Sueldo Mínimo Interprofesional.
– Establecimiento de fecha tope para el Contrato de Pruebas.
– Garantía de compensación económica para casos de despido improcedente.
– Creación del Estatuto de los Trabajadores que garantizaban a estos, lo ya mencionado y mucho más.
– Creación de cientos de miles de Viviendas Sociales para las clases más desprotegidas y eliminación del chabolismo.
– Creación de una clase media sólida que evitó la inestabilidad política de los siglos anteriores. Después de la catastrófica gestión de los sucesivos ejecutivos socialistas y liberales no queda gran cosa de ello.
– Un aparato industrial estratégico, que poco a poco los gobiernos diversos han ido dejando en manos extranjeras.
– Creación de una nueva industria de servicios muy lucrativa, inicialmente de transición mientras se posibilitaba el desarrollo tecnológico y la entrada de capitales y divisas: el turismo. Después de cuatro décadas años de mi desaparición, España no ha superado esa etapa.
– Un desarrollo tecnológico de primer nivel para los parámetros de esa época. Hoy en España la investigación apenas existe y en esta materia somos totalmente dependientes del exterior.
– Un sistema educativo que sacó a España de la lista de países con mayores tasas de analfabetismo. Hoy los jóvenes españoles apenas saben interpretar un texto y la educación ha retrocedido a niveles casi africanos.
– Una legislación laboral que protegía a la misma clase media de los desmanes de los políticos y del neoliberalismo. Desde la instauración de la democracia esta legislación no ha hecho más que retroceder.
Creé un gobierno de licenciados, catedráticos e ingenieros que decidían lo mejor para el país: Solís Ruiz (con 3 carreras), Navarro Rubio (Catedrático de Derecho Administrativo), Lopez Rodó (Licenciado en Economía, Derecho y Comercio), etc. Hemos visto en los tiempos recientes cómo individuos sin formación alguna, ni capacidad demostrable o siquiera historial laboral ocupaban los más altos cargos del país.
Mi gobierno sacó a España del subdesarrollo y de una situación en muchos casos casi tercermundista. Hoy el Tercer Mundo ya está instalado en nuestro país, con su cortejo inacabable de lacras de todo tipo.
Todo eso lo logré a pesar de ser España un país devastado, sin recursos y sin las reservas económicas del banco de España que se llevaron los republicanos a Rusia.
Todo ello sin apenas cobrar impuestos. No existía el impuesto sobre la Renta ni el IVA, y sin embargo el Estado disponía de más presupuesto que ahora.
Se crearon medidas de protección a los obreros, la Seguridad Social, el sistema de salud nacional (INSALUD), etc. Hoy la Sanidad Pública está en práctica bancarrota, debido al derroche de décadas de mala administración.
No existía una delincuencia que supusiera una calamidad social ni pusiera en peligro el orden público. No había mafias y el crimen organizado los españoles lo veían en las pantallas de cine. Hoy el crimen organizado constituye un fenómeno de tal envergadura que pone en peligro la seguridad no ya de los simples ciudadanos sino la del Estado mismo. La criminalidad común en España es ya una de las mayores del mundo occidental.
En la España franquista nunca se toleró la implantación de costumbres bárbaras que humillan la conciencia humana. Hoy cosas tan peregrinas como las mutilaciones sexuales o crimenes de honor son realidades cotidianas que abochornan el sagrado suelo de esta vieja nación cristiana.
Las lacras como los abusos de menores, la pedofilia, el terrorismo, no eran fenómenos masivos. Durante mi régimen la organización terrorista ETA mató a un total de 48 personas. En lo que lleva España de democracia la cifra de víctimas del terrorismo se aproxima a unos 2000.
Antiguamente cada muerto era un duro golpe para España, ahora los españoles están acostumbrando a vivir entre delincuentes, inmigrantes ilegales, mafiosos y terroristas. La muerte campa a sus anchas y nadie que no se vea afectado directamente se siente concernido.
La gente podía darse al masculino hábito del tabaco si ser perseguidos como delincuentes ni mal mirados. Hoy son las drogas de todo tipo las que envenenan a la juventud española hasta dejarla postrada en el estado de impotencia actual.
Teníamos una ley contra vagos y maleantes. Ahora es la ley que da derechos a los vagos y maleantes y los mantiene en cárceles de lujos (con ordenador, TV, gimnasio, comida halal para los musulmanes, etc.). Los delincuentes se detenían y eran juzgados eficazmente. Ahora cobran el subsidio de paro al salir de la cárcel para que no pasen necesidades antes de su siguiente ingreso en prisión.
Aguantamos muchas críticas por la emigración española a Europa en los años 60 y 70. Mi gobierno se impuso como inexcusable deber el conseguir las mejores condiciones para aquella dolorosa expatriación que muchos beneficios trajo a España por el trabajo provechoso de tantos compatriotas en tierras extranjeras. Nuestros emigrantes fueron los mejores embajadores del noble y esforzado carácter español, que contribuyó de manera significativa al desarrollo y la prosperidad de los países anfitriones. A los españoles, las autoridades de los países de destino les obligaban a llevar la cartilla de sanidad, un certificado de antecedentes penales en blanco y un contrato de trabajo ya hecho en nuestro país. Ahora la inmigración llega a España en tropel, sin control, y se dedica en gran medida a delinquir, a parasitar y a hacer la vida difícil a los españoles.
Podría seguir con la enumeración de los logros que alcanzamos y la lista de los fracasos de los herederos de mi gestión. Pero no es necesario. Pero no puedo menos que recordaros como en casi cuatro décadas de gobierno, nunca el rencor ni el deseo de venganza ocupó siquiera un instante de mi pensamiento y mi actuar. Traté por todos los medios de curar las heridas profundas de la contienda fraticida y unir a todos los españoles de bien sin distinción en la reconciliación y la esperanza, de modo que nadie hubiera nunca de sufrir el estigma de culpas que nadie ha de heredar de sus padres. Durante 40 años y aun después, gracias a la sabia labor de mi gobierno, los españoles no tuvieron que reconocerse entre ellos como los descendientes de uno u otro bando. Hemos visto en los años recientes cómo los odiadores de España intentan de manera criminal y sectaria, abrir las antiguas heridas ya cerradas y alimentar nuevas discordias, desenterrando antiguos muertos y cavando nuevas trincheras para poner frente a frente, una vez más, a los españoles.
Os prometí un día que a mi muerte os devolvería una España nueva, resurgida de sus cenizas y en la que todos pudiésemos vivir con dignidad y justicia. Morí con la certeza de haber cumplido con aquella promesa y las obras que dejé a mis espaldas testimonian de cuanta verdad es aquella de que mi gobierno fue mucho más social y progresista que el régimen de pobreza moral, deterioro material y retroceso social, que actualmente usurpa el poder y le roba a los españoles el destino que corresponde a su valía y sus méritos reales.
A través de esta breve exposición de algunos de los muchos logros de mi régimen, su comparación con lo que ha surgido después no deja lugar a dudas acerca de la superioridad de nuestra acción de gobierno ante la degradación casí universal de todo cuanto conseguimos un día.
Pensé que mi muerte no supondría la pérdida de todo lo que habíamos conseguido juntos. Pero eso no ha sido así. Los gobiernos de la democracia sólo han permitido acabar con aquella paz y prosperidad tan arduamente edificada y han dejado que el desgobierno, la ineptitud, la delincuencia, la inmigración masiva, la corrupción, se enseñoreen del país y se extiendan como una plaga.
Quiero creer, sin embargo, que estos difíciles momentos serán sólo un triste y doloroso intermedio ante de retornar a la senda de la grandeza y la justicia, el preludio de un nuevo renacer para España, pues no nos es dado a los que ponemos toda nuestra confianza en el Altísimo desesperar de esta nación llena de gloria, pero caída en la mediocridad y la decadencia por haberse apartado de los caminos de la Fe y la Patria, entregando el tesoro de las riquezas morales y espirituales españolas a ineptos y conspiradores guiados por bajos sentimientos y oscuros designios.
Mis últimas palabras será para pediros que depongais toda actitud de resignación y renuncia, que no os entregéis al desánimo ni al derrotismo. Fuerzas ocultas todavía anidan en el corazón de los españoles decentes, energías durmientes que sólo esperan el día para salir al sol de un nuevo amanecer. Sois sin duda los más, a pesar de los esfuerzos de los que trabajan para envileceros y sumiros en la desperanza y en la noche de la esclavitud de un mundo sin Dios.
Quisimos una España fraternal, una España laboriosa y trabajadora. Una España sin cadenas, una nación sin marxismo ni comunismo destructores. Una España sin bandos políticos en constante guerra, sin preponderancias parlamentarias ni gobiernos autónomos irresponsables. Quisimos una España grande, fuerte y unida, con autoridad, con dirección y con orden. Debéis quererlo ahora vosotros también, será el primer paso a dar si no queréis eternizaros en la derrotay en la inferioridad.
Trabajad con honradez y tesón, alejados de todo egoismo sectario e intrigas estériles para hacer un país próspero y devolver a España su lugar en el mundo. Bajo el mando que la Divina Providencia puso en mis manos un día, fuimos grandes y fuertes, confiados en la justicia de nuestra causa y entregados a la tarea inexcusable de la recuparación nacional, fuente de tantos desvelos en la adversidad como de alegrías en la victoria. La Patria brilló entonces con un fulgor que le había sido negado durante mucho tiempo. Lo que fue un día posible por el sacrificio de tantos españoles en el frente de batalla como en el frente del trabajo, unas nuevas generaciones están llamadas a reeditarlo, repitiendo aquellas hazañas y reconquistando lo pérdido. A esta llamada que surge desde las entrañas de la Patria, los españoles de bien dirán “¡Presentes!”
¡Españoles! En vuestra manos está el salir de la mala senda de la desunión y la confrontación entre compatriotas. Os pido una vez más que os unaís a mí como en tantas ocasiones anteriores para gritar juntos nuestro amor a España.
¡Viva España! ¡Arriba España!
Texto escrito por B.D.
Ver video: El pueblo español da su último adiós a Franco.
FUENTE:

miércoles, 24 de febrero de 2016

ESPAÑA …y la HISPANIDAD

ESPAÑA …y la HISPANIDAD

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 Patricio Lons : Carta abierta a ESPAÑA
¿Cómo se te ocurre traer veinticinco universidades y luego irte si en las colonias inglesas se fueron sin dejar nada? ¡Y te atreviste a hacerlas con cátedras en lenguas nativas amerindias!! Encima construiste catedrales, museos, hospitales, escuelas, puertos y ciudades. ¡Y se te ocurrió construir escuelas para los hijos de los caciques y les diste la misma educación que recibían los nobles españoles. A tal punto llegaste, que el primer informe que le presentaba a Carlos V una queja sobre las conductas de algunos encomenderos, lo escribió un indio alfabetizado y con estudios superiores en un perfecto castellano del siglo XVI. ¡¡¿¿Porque les diste títulos de nobleza a los caciques??!! ¿No ves que luego terminaron agradecidos y peleando por el rey Fernando VII con grados militares, incluso de generales en el ejército realista? A diferencia del ejército de Bolivar que contaba con 7.500 soldados ingleses y la flota inglesa llegando hasta El Callao. Y luego nos trajiste a nosotros, a nuestros ancestros europeos, muchos que gracias a Hispanoamérica tuvieron un lugar donde refugiarse y así huyeron de miserias y horrores de muchas guerras. Y a muchos españoles se les ocurrió casarse con nativas ¡¡¡NNOOOOOOO!!! ¡¡Así no se hace!! ¡¿¿Debiste aprender de Inglaterra y Holanda que no dejaban vivo a nativo alguno??! Te llevaste la plata que en América no tenía valor comercial y le dejaste el 90 % de la dieta cárnica y cerealera, redujiste la siembra de cuarenta a un solo día por hectárea, unificaste un continente, rescataste buena parte de las lenguas nativas que antes de ti, eran ágrafas y que luego con la independencia se volvieron a perder. LLevaste a los pueblos de América de la Edad de Bronce y del Neolítico a la Era Moderna. Y trajiste al Nuevo Mundo el pensamiento griego, el orden romano, un idioma que les permitió unirse a todos los pueblos de un continente en un solo y gran imperio y una religión que acabó con el canibalismo y los sacrificios humanos que tan felices hacían a los aborígenes; bueno, a algunos, porque a las víctimas no tanto. ¡Encima te pagaron con infamias!! Por eso, ¡me tenés podrido!! ¿O me pudrieron el cerebro que no puedo ver que la leyenda negra…es negra, es mentirosa? ¿A quien le conviene que yo viva engañado? Me parece que me debo hacer muchas preguntas. Sobre todo ¿porque vamos de mal en peor desde hace doscientos años?
 Patricio Lons 

martes, 31 de marzo de 2015

España trabaja activamente en Filología y Arqueología

España trabaja activamente en Filología y Arqueología

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MARTES, 31 DE MARZO DE 2015

España trabaja activamente en Filología y Arqueología

España trabaja activamente
en Filología y Arqueología
Juicios del Dr. Stroux, de la Universidad de Berlín
Johannes Stroux (1886-1954), filólogo en la Universidad de BerlínEl doctor Stroux es un auténtico profesor alemán. Concienzudo, meticuloso, exacto; el exterior ingenuo y severo trasluce su honradez científica: jamás tergiversará un dato, una fecha, para redondear una teoría.
Su campo espiritual son los estudios clásicos, humanistas. Profesor de Latín en la Universidad de la capital del Reich. A España ha venido invitado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en su sección «Instituto Antonio de Nebrija», a hablarnos de la «Maiestas Populi Romani», y después, de «Las labores del agricultor, según Virgilio». Dos polos, dos facetas, dos aspectos de esa gran unidad cultural y vital que fue Roma.
Ha estado el doctor Stroux en Barcelona; ha estado en Salamanca, y está ahora en Madrid. Dejemos que él nos hable:
—Traigo la impresión de una gran actividad, tanto en el terreno filológico como en el arqueológico, en España. En Barcelona he contemplado con verdadera devoción todo lo descubierto últimamente en Ampurias. Como usted sabe, en Alemania está publicado elCorpus Inscriptionum Latinarum, monumento exhaustivo de epigrafía romana. En él hay un tomo consagrado a la epigrafía romana en España. Y como los descubrimientos posteriores son muchos e importantes, entre ellos los citados de Ampurias, habrá que dar muy pronto un Suplementum.
En este terreno, como en tantos otros, es deseable y provechosa la colaboración hispanoalemana. Nuestra gran tradición filológica se enriquece y a la vez fecunda los esfuerzos de un país tan enraizado en la latinidad como es España.
En Madrid, me han hecho verdadera impresión los trabajos recientes del «Instituto Antonio de Nebrija». Los Clásicos Emérita son sencillamente perfectos. Por el señor Tovar, alma de todo este movimiento y amigo particular mío, siento una simpatía profunda. También quiero citar la labor excelente que se está realizando sobre latinidad medieval y expresar mi entusiasmo por el Diccionario Latino-Español.
—¿ … ?
—Imperium y Reich son dos ideas distintas. Lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que no se hayan influido mutuamente. Es decir, que no haya influido la idea romana del Imperium en nuestra idea alemana del Reich. Como se sabe, el Reich alemán tiene históricamente su origen en Carlomagno. Es el que nosotros llamamos «Primer Reich»: el segundo lo fue el fundado con la victoria de 1870 sobre los franceses, y el tercero, el actual, el de Adolfo Hitler. El Imperio de Carlomagno se sentía continuador del Romano, verificándose a lo largo de los siglos una como fusión de ambas ideas. Esto se expresaba en la fórmula «Das Romisches Reich deutscher Nation»; esto es, «El Imperio romano de la nación alemana».
Naturalmente, la portadora de esta tradición era Austria. Hoy, incorporada gloriosamente Austria a la Gran Alemania, toda Alemania se siente heredera y partícipe del Imperium.
—¿ … ?
—Efectivamente. Europa es una gran unidad geográfica y espiritual. Hay, de hecho, un espíritu europeo, que no hay que confundir con el llamado espíritu internacional. Los pueblos de Europa han convivido a lo largo de generaciones, y, naturalmente, se han interpenetrado, creando un denominador común de cultura.
—¿ … ?
—Es un poco difícil contestar taxativamente a su pregunta. Aún no se ha planteado en términos filosóficos este problema de la unificación de Europa; por ello, no creo que se pueda encontrar en nuestros filósofos, ni, naturalmente, en filósofo alguno, la base espiritual que justifique esta unificación. En este como en tantos casos, la Filosofía va a la zaga de la vida. Primero, el hecho; luego, su explicación.
—¿ … ?
—Más que una doctrina filosófica estricta, lo que representa nuestro nacionalsocialismo es unaWeltanschauung, una concepción del mundo. Desde luego, pudiera enraizarse en la gran tradición filosófica del idealismo alemán, pero no concretamente en este o el otro filósofo.
—¿ … ?
—En Hegel no, desde luego.
—¿ … ?
—En la actualidad sí. Por ejemplo, Bäumler, filósofo oficial del Partido, que representa la Pedagogía política.
—¿ … ?
—Una gran parte de la cultura europea descansa, desde luego, en fundamentos griegos y latinos,
—¿ … ?
—No hay que confundir los conceptos «germanismo» y «Alemania». El mundo germánico ha asimilado muchos elementos latinos y cristianos, y ello es lo que hace de Alemania el país más capaz de representar en el mundo de hoy el papel de núcleo de Europa, si ya no estuviera llamada a ello por la Geografía. El germano primitivo, con escasa o nula influencia latina o, si se quiere, mediterránea, se conserva más puramente en el Norte, en los Países Escandinavos y Finlandia, que por ello carecen de la fuerza centrípeta y la capacidad de globalización de Alemania.
—¿ … ?
—El mayor conocedor del hombre nórdico que hoy tenemos, desaparecido hace bien poco, el gran Andreas Heusler, hizo exprofeso un viaje a Islandia para aprender su idioma, la vieja lengua de los Eddas.
—¿ … ?
—En Alemania se observa un retorno a la educación clásica. En los primeros años de nuestro régimen nacionalsocialista disminuyó un tanto esta influencia. Se cerraron gimnasios clásicos, y la juventud se retrajo de estos estudios. Pero recientemente se observa un nuevo y vigoroso resurgimiento de interés por el humanismo y lo humanista. Las familias mandan preferentemente a sus hijos a aquellos establecimientos en que se enseñan lenguas clásicas.
—¿ … ?
—Por mi parte, yo estimo sumamente beneficiosa esta corriente. Creo que todos los pueblos, para salvar los fundamentos de su espíritu, han de retornar a la educación clásica, que es algo así como bañarse en fuente eterna de juventud.
—¿ … ?
—El saludo brazo en alto, no; no creo que sea tomado por nosotros de Roma ni del Mediterráneo. Recuerde usted que se llama Deutsche Gruss, saludo alemán. El saludo fascista, con la mano más levantada, sí que es romano, aunque posiblemente pudieran señalársele precedentes, hasta egipcios. Pero el nuestro, de brazo recto, es exclusivamente nuestro.
—¿ … ?
—El Cristianismo tiene gran influencia y arraigo en el espíritu eterno alemán. O dicho de otro modo: el espíritu alemán tiene muchas de sus raíces hincadas en el mundo de conceptos y de sentimientos elaborados por el Cristianismo.
—¿ … ?
—No olvide que yo le hablo a título exclusivamente personal; que yo, oficialmente, no soy más que profesor de Latín y estudiosus rerum antiquitatis.
Nos despedimos del doctor Stroux. Amablemente nos acompaña a la escalera del hotel. Y al darnos un cordial apretón de manos, nos sentimos, en cierto modo, símbolos de esta amistad cordial hispanoalemana, amistad que, desbordando terrenos puramente políticos, invade el noble y puro campo de la Ciencia.
***
FUENTE:

domingo, 23 de noviembre de 2014

la DIVISION AZUL

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martes, 6 de mayo de 2014
CAPELLANES DE LA DIVISIÓN AZUL – Por Carlos García
Ellos NO fueron Neutrales
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“Los copos caen blandamente, cegando el mirar, posándose en leve vuelo sobre su cabeza desnuda. Pero él no se mueve.
Está – tan quieto y silencioso – rezando junto a una tumba.
Es un sacerdote de la División Azul”
(Manuel Pombo Angulo)
La gesta de la División de Voluntarios Españoles, más conocida como la División Azul es bastante difundida y su historia muy buscada por quienes ven en aquellos hombres lo mejor de la estirpe española y católica. A pesar de haber tenido una presencia muy activa en la Campaña de Rusia, no les alcanzó al menos todavía, la demoledora campaña de mentiras, multiplicando hasta el paroxismo las inconductas en que incurrieron unidades alemanas. Más aún, en los tiempos que corren han crecido de modo exponencial los libros y artículos que se refieren a esta legendaria división de voluntarios. Como si las nuevas generaciones cansadas de la mediocridad y de la avaricia humana necesitasen abrevar en el cántaro soberbio de estos héroes que, luego de una sangrienta guerra de tres años, empuñaron nuevamente las armas y marcharon a la lejana Rusia a luchar y morid por Dios y por España.
Como dijo el entonces Ministro del Interior de España, Serrano Suñer – todavía cercano a Franco -, dirigiéndose a una multitud que clamaba tomar parte por Alemania en la lucha contra Rusia: “Rusia es Culpable”. En realidad no era la verdadera Rusia la culpable, sino la Rusia infectada por el marxismo. Esa Rusia era culpable. Era culpable de haber arrasado cerda de diez naciones, argumentando el pacto Molotov-Ribbetropp; era culpable de estar esperando el desgaste alemán para atacar sorpresivamente, pero, mucho antes, fue culpable de desangrar España en una lucha fratricida y de trocar todo su odio en persecución y muerte hacia sacerdotes y religiosas. ¡Era culpable de haber ametrallado a Cristo!
Sin embargo, la Campaña de Rusia o Campaña del Este, esa que hizo “al mundo contener el aliento”, no fue llevada a cabo exclusivamente por los alemanes con la sola ayuda de los españoles. Hubo divisiones y unidades menores – y no tan menores, con representantes de prácticamente toda Europa: franceses, ingleses, noruegos, italianos, rumanos, croatas, belgas, rusos, etc. Conformaron otras tantas unidades de batalla incorporadas al mando centralizado de las “Waffen SS…”
Pero volvamos a España, 18.000 voluntarios, bajo el mando del General Muñoz Grandes – más tarde reemplazado por el General Esteban Infantes -, varios coroneles, oficiales y suboficiales del ejército marcharon hacia Alemania. Eran 18.000 almas – en su mayoría voluntarios falangistas – las que integraron el primer contingente y junto a ellos marchaban, de uniforme y cara al sol, 22 capellanes del Cuerpo Eclesiástico Militar. Estos capellanes tenían estado militar, varios con el grado de coroneles y capitanes y habían cumplido su sagrado ministerio en Marruecos y, por supuesto, en la Guerra Civil. También ellos fueron voluntarios; la Fe y el amor a España corrían generosas por sus venas.
En verdad es mucha la literatura que ha corrido sobre la División Azul, no puede sostenerse lo mismo de sus capellanes, como en general hay muy poco escrito de los sacerdotes que asistieron a los diversos ejércitos en la contienda. El día que se narre esa realidad y la trascendencia que adquirió, muchos se verán sorprendidos y muchas más tendrán que dar explicaciones sobre anteriores dichos. Quizás, parafraseando al Generalísimo Franco: “ya esté madura esa breva”.
Hace ya un año se publicó en España un libro titulado “Los Capellanes de la División Azul”, que ha sido el fruto del esfuerzo investigativo de Pablo Sagarra Renedo, quien ya había elaborado diversos artículos sobre el tema y su tesis doctoral. Estos trabajos nos han impulsado a estas breves líneas y de ellos hemos tomado varias consideraciones…
Cada unidad de división empeñada en combate contó con la invalorable asistencia de un capellán. En casos extremos, un mismo sacerdote debió atender a la vez a dos unidades, corriendo de un frente a otro. En la primera línea de fuego, en la trinchera, en el barro de la avanzada, en cada hospital de campaña, con sus uniformes desgarrados como el peor legionario y sus manos inquietas por la acción de los piojos, estaban presentes consolando, administrando la Eucaristía, la Penitencia y, muchas veces, la Extremaunción.
Trae Sagarra anécdotas muy ejemplificativa de lo que eran esos hombres de Dios: “Tal el caso de don Indalecio Hernández Collantes, viejo luchador en Marruecos, primero, y en nuestra Cruzada después, hubo de interrumpir la misa que celebraba cuando ya la metralla roja había herido a alguno de nuestros camaradas”. En otra oportunidad, encontrándose fumando en una trinchera cuando una ráfaga del enemigo le cortó el cigarro que tenía en la boca, respondió con la mayor tranquilidad: “Los rusos quieren quitarme el vicio de fumar”.
Los capellanes españoles fueron verdaderos soldados y pastores que, en una suma total de setenta, recorrieron un y mil veces el frente ruso bajo las peores condiciones de lucha y a veces en un invierno que helaba la sangre. De ellos, dos murieron y seis fueron heridos. Al menos seis Cruces de Hierro y varias medallas de Asalto de Infantería, dan cuenta del reconocimiento alemán…
Ellos no portaron armas, pero portaban a la Verdad y llevaron a quienes la necesitaban, algo tan simple y tan grande como los Sacramentos de la verdadera Fe. Ellos no fueron neutrales, ni políticamente correctos, ni practicaron ecumenismo o ritos interreligiosos; pero tampoco tuvieron necesidad de pedir perdón alguno; porque no pide perdón quien obra por mandato expreso de Cristo Rey y María Reina.
Pues bien, casi como una muerte anunciada, ese heroico Cuerpo Eclesiástico, al que tanto le supo deber España, fue eliminado por el perverso pelafustan de Zapatero en el año 2004. El marxismo, vencido en el campo de batalla en 1939, se tomaba venganza en las sórdidas oficinas gubernamentales de una España sombría y decadente.
Pero cercada por el estiércol de esta España en tinieblas, está la España Imperial que quiere renacer y no olvida a sus 50.000 hombres que integraron a lo largo de tres años la División Azul. Muchos no aceptaron ser repatriados a España y decidieron seguir combatiendo bajo la denominada Legión Azul, hasta caer prisioneros de Rusia y pasar diez años de trabajos forzados en los campos soviéticos. Más de 5.000 voluntarios militares, falangistas o requetés abonaron con su sangre la tierra rusa. Los sobrevivientes, los que volvieron a la Patria, laicos y sacerdotes, pero soldados todos, llevaban en sus oídos la última arenga de su primer jefe el General Muñoz Grandes: “Cuando regreséis a España y nuestras gentes se os acerquen con el natural afán de saber de vuestra vida en Rusia, jamás les habléis de vuestras propias heroicidades, sino de las gloriosas hazañas que realizaron los que aquí han muerto para que España viva”.
¡Arriba España!
8 comentarios:
Anónimo6/5/14 15:20
Poco podemos decir, que sea verdaderamente digno de la memoria de estos gigantes. Hombres verdaderamente de hierro con un corazón de carne, que ardiendo de amor latía. Que gran contraste con el mundo de hoy, al perderse la guerra parece también que se perdieron los valores cristianos, aún nuestra iglesia se deslinda de estos héroes y de esa cruzada formidable. Hoy se nos trata de imponer la paz a toda costa, aún a costa de nuestra Fe. ¿Quedarán en nuestros días voluntarios para una nueva División azul? La razón parece decir que no, pero el espíritu clama Esperanza.
Dios Nuestro Señor tenga en su Gloria, a todos estos valientes que fueron a hacer frente al gran Dragón y nos envíe cada vez mas vocaciones verdaderamente cristianas civiles y militares. Debemos enseñar contra corriente, contra los razonamientos del mundo, orando y no darnos por vencidos. Podemos verlo, que es hoy de Zapatero, polvo, triste recuerdo, un país en ruinas que clama justicia, no hay honor, ni honra en el. Que enorme contraste. Sintámonos orgullosos de nuestro pasado y convicciones presentes, se peleó por lo justo con los mejores hombres de toda Europa y el mundo, el Nacional Socialismo sigue vivo y seguirá por ser cristiano, sigue siendo la tercera alternativa, y tarde o temprano el mundo se dará cuenta de ello, como los sabe el judío-masón, por eso nos temen.
¡Viva Cristo Rey!
Responder
Anónimo6/5/14 15:25
Hay un error en la redacción del texto. El masón Rodríguez Zapatero, probablemente el dirigente español más nefasto y malvado desde Fernando VII, ocupa la Moncloa en 2004, no en 1990. Por lo demás felicito al autor por este artículo. Y Arriba España!
Responder:
EL ERROR DE LA FECHA (1990 ya ha sido corregido en el texto del artículo.
Anónimo6/5/14 15:46
Uh esa svástica en el escudo ¿que significa?
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Anónimo6/5/14 19:27
¿nacional socialismo es cristiano? mmmm…..ya lo dijo un Papa que el comunismo es intrínsecamente perverso, asi que el socialismo no está muy lejos de eso, tiene la misma raíz.
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Anónimo8/5/14 16:44
“Las inconductas en que incurrieron unidades alemanas”, si no al menos un elemental análisis de quién se tenía al lado, debieron haber llevado a estos capellanes españoles a preguntarse si era lícito, como católicos, apoyar la causa alemana (nazi). En tal caso, creo que la respuesta debería haber sido negativa. El hecho de que fuera para ir en contra de Rusia (comunista), al menos a mi entender, no lo justifica. El fin no justifica los medios. La esvástica en el escudo es demasiado significativa para ser minimizada…
Responder
Respuestas
Augusto TorchSon8/5/14 19:39
Al referirse el artículo a las “inconductas” también dice que junto con las mentiras, se multiplicaron hasta el paroxismo.
Si usted considera que la svastica es sinónimo de satanismo o que Hitler estaba poseído por el mismísimo Satanás, entonces le sugiero que no se deje instruir por las películas propagandísticas de Hollywood y estudie de buenos autores la realidad de la Segunda Guerra Mundial.
Este conflicto fue promovido por Inglaterra y EEUU con el solo objetivo de extender el comunismo en medio planeta. Si quiere respuestas a todas las mentiras que el 99% de la gente cree como dogmas históricos le puedo recomendar muchos libros que incluso puede encontrar en formato digital, pero para respuestas rápidas, le sugiero la enciclopedia METAPEDIA.
Anónimo9/5/14 9:26
Augusto, soy el mismo anónimo anterior. No estoy hablando de satanismo, lo que estoy diciendo es que el escudo de la División Azul simboliza una adhesión no solo a una “causa anticomunista”, sino directamente a una causa nazi. Causa nazi que fue condenada por la Iglesia (“Mit Brennender Sorge”). Y seguramente, como en toda guerra, hay factores oscuros que permanecen ocultos, e Inglaterra y USA nunca son inocentes justicieros, pero no creo que Inglaterra y USA les hayan dicho a los nazis que incurrieran en esas “inconductas”. Un saludo.
Anónimo9/5/14 20:56
Augusto, el nazismo si es de satanas (“partido nacional socialista”)

lunes, 18 de septiembre de 2000

“La Década Bárbara”…. (…y parte 4ª)

“La Década Bárbara”…. (…y parte 4ª)

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Los herederos de Hitler

“…No, Hitler no ha muerto. Refugiado en el Pentágono, desde allí dicta su política de odio, exterminio y dominación. ¿Quién si no él alienta el odio racial que amenaza la existencia misma de la Unión Americana? La táctica del genocidio como “solución final” del problema de Vietnam denuncia su presencia. Sus métodos, superados, hablan de un nuevo nacionalsocialismo –el pentagonismo– como herencia bárbara de la década de los 30s que reaparece en la de los 60s con su deshumanización brutal y su negación de la vida y la cultura… Ese siniestro paralelismo histórico –Lídice-My Lai– es el que Mario Gill trata de establecer en este su nuevo libro, paralelismo que fatalmente conducirá, si no hay una rectificación oportuna e inteligente, a un nuevo Nuremberg…”

[Estas palabras aparecen en la contraportada del ejemplar número 2522, edición 1970 que tuve oportunidad de leer. Se ve que son de un autor diferente, pero no viene su nombre. El libro tampoco tiene prólogo.]

Hitler no ha muerto.
No hay que ir a buscarlo a la remota Patagonia, ni a las selvas de Brasil o Paraguay. Hitler vive, en espíritu, en el revanchismo y el neonazismo de la República Federal Alemana y en su reencarnación, el nuevo Adolfo, Adolfo von Thadden, que encabeza un nuevo nacional-socialismo con membrete democrático; vive en la OTAN, el brazo armado del neonazismo, la fuerza de choque, agresiva y provocadora del imperialismo; vive en el Berlín Occidental donde las violaciones al tratado de Postdam por parte de los Estados Unidos hicieron indispensable la erección del muro, frontera real entre dos mundos; se halla presente en la rehabilitación de los criminales de guerra que ocupan ahora importantes puestos en el gobierno de la RFA; obra suya es también el llamado “milagro alemán” y la reconstrucción de la industria de la guerra.
Hitler no está escondido en la Patagonia, sino en el Pentágono y es el que dicta a la Casa Blanca la política exterior e interior, el que ordena el genocidio en Vietnam, el empleo del napalm en grande escala, el que sugirió la guerra bacteriológica y dio nuevo nombre a los campos de concentración en Vietnam: aldeas estratégicas. Hitler vive en el profundo sur de los estados Unidos y es el consejero espiritual de George Wallace y Barry Goldwater y pasa sus week ends en el “Rancho LBJ” saboreando la rica barbacoa johnsoniana; es Hitler el que planeó el asalto a Playa Girón, la invasión a Santo Domingo y el autor del Plan Simpático, del Plan Camelot, del proyecto de Ejército Interamericano de Paz y sus auxiliares los grupos de espionaje llamados Cuerpos de Paz y el que organizó con los ultraderechistas yanquis el crimen de Dallas y los asesinatos de Martin Luther King y Robert Kennedy.
Es Hitler el verdadero director de la CIA que logra al fin su ideal de convertir a la América Latina en un gran protectorado gobernado a través de sus nuevos gauleiters, los gorilas instalados por medio de la intriga, la traición y la fuerza para sojuzgar a los pueblos. La CIA no es sino una Gestapo reestructurada, enriquecida con las experiencias del pasado y con un presupuesto ilimitado.
“La fama de Hitler no se extinguirá. Coronó su gran obra y sus hazañas famosas con el sacrificio supremo… Es merecedor de la fama más sublime y aparecerá ante la posteridad como el héroe resplandeciente de esta época, aunque la vida continúe su curso rutinario…” Con esas palabras inició su testamento político Robert Ley, Reischleiter y jefe del Frente del Trabajo en el gabinete hitleriano. Antes de ahorcarse en su celda de Nuremberg en 1945, uno de los nazis más fieles al führer, tuvo una visión bastante aproximada del futuro de Alemania y del mundo:
“Alemania –escribió– debe y desea seguir viviendo. Este pueblo tiene derecho a la vida, ya que a través de su vigoroso desarrollo que le permitió resistir a tres potencias mundiales durante seis años y medio, ha demostrado que su derrota no se debió sino a la abrumadora fuerza de sus enemigos. Sin embargo, es imprescindible que reconozca esta derrota incondicionalmente y saque de allí las conclusiones pertinentes. Y sus viejos enemigos harán bien en hacer lo mismo.
“Alemania ha sido derrotada, totalmente derrotada, pero aún en su derrota ha mostrado tal fuerza que será en el interés de Alemania y del mundo retener y aprovechar esa fuerza… La tarea ahora es que todos encontremos los medios para aprovechar al máximo las posibilidades de su existencia…
“La época de las naciones ha terminado; se ha dado comienzo a la época continental. Los pueblos, individualmente, jugarán papeles secundarios; la lucha por el mantenimiento y preservación de las razas reinará durante el próximo milenio… Dos continentes dominan al mundo: América y Asia; los Estados Unidos de Norteamérica y Rusia-China: capitalismo y comunismo. Yo cuento a Inglaterra como parte del continente americano. En el centro, entre América y Asia, se encuentra Europa… ‘Quien controle a Alemania controla Europa’, dice un viejo proverbio. Y ahí está el quid. Por eso continuará la lucha hasta que se decida el problema del dominio mundial…
“La ideología nacional-socialista existe aún y puede aprovecharse. Inclusive el führer, como resultado de su sacrificio, podrá despedir de la tumba un poder místico que sería aún más poderoso que si se encontrara entre nosotros. Quien aproveche todo esto dominará a Alemania y con Alemania a Europa…
“Estoy seguro que los alemanes despertarán de su estupefacción para aclamar a quien aproveche estas posibilidades; sobre todo la juventud alemana. No me engaño a mí mismo: sé que pertenecerían a América sin excepción, si América tuviera el valor de dar ese paso… El pueblo no puede reconstruir a Alemania por sí mismo. América tendrá que reconstruirla, si es que ella también quiere vivir. Para el pueblo alemán y para América no existe otra salida… No hay que olvidar que Norteamérica tiene una tercera parte de sangre alemana.
“América no atacará la sustancia alemana, pero en su propio interés se asegurará que las condiciones económicas sean tales que Alemania pueda vivir de nuevo. Nadie, salvo América, tiene el deseo de la reconstrucción alemana… Los intereses de América son los intereses de Alemania…
“¿Cómo considero esta relación Alemania-América? ¿Cómo se podrá arreglar esta amistad? América será la conductora y nosotros la seguiremos Alemania salvará a su pueblo y resurgirá; la ganancia de América será Alemania y Europa. ¿Cómo pienso que podría ejecutarse este plan?
“1) Colocar al pueblo alemán bajo la protección americana y convertirlo en miembro de la Comunidad Americana (American Commonwealth)
“2) Este paso tiene que darse con Hitler, no contra Hitler. La ideología nacional-socialista será la aportación más valiosa de Alemania. Sin esto, la reconstrucción de un muro europeo contra Asia es totalmente imposible. Sería apropiado que algo semejante al partido fuese reorganizado. Aún quedan los hombres, los que fueron los mejores dirigentes alemanes. Los ciudadanos más respetuosos y activos son los que trabajaron como gauleiter, kreisleiter y ortsgruppenleiter. Se les debería utilizar a favor de este propósito tan noble; se podrían lograr milagros.
“3) Todo este plan debería llevarse a cabo de la manera más secreta para que Asia no se dé cuenta de sus intenciones…
“Asia está en marcha, América tiene que actuar y Alemania tendrá que colocarse, sin titubeos y con entera confianza, bajo la protección americana.
“He cumplido con mi deber. ¡Que Dios vele porque todo salga bien!”
Robert Ley no vivió para ver su sueño en camino de convertirse en realidad. El 25 de octubre de 1945 apareció ahorcado en su celda. El suyo fue un sueño profético. ¡Una a una se han ido realizando sus previsiones! ¿Se inspiraron los imperialistas de Washington en el testamento de Robert Ley o actuaron por propia iniciativa? El hecho es que el plan de reconstrucción de Alemania (el “milagro alemán”) se hizo “con Hitler”, como había preconizado Ley.
En los primeros años de la posguerra se procedió contra algunos de los nazis criminales de guerra. Se ajustició a algunos, en Nuremberg; a otros se les procesó y sentenció a penas demasiado benignas en relación con la magnitud de sus crímenes. Veinte años después, todavía en Alemania occidental había cerca de 20,000 nazis culpables de crímenes de guerra, que no habían sido encarcelados ni procesados y por lo menos unos 2000 exdirigentes y funcionarios del régimen nacional-socialista ocupaban puestos de dirección en el Estado y en la economía germano-occidentales. Además, un considerable número de exnazis prominentes están cobrando pensiones que fluctúan entre los mil y mil quinientos marcos mensuales. En total, el Estado germano-occidental paga anualmente 1371 millones de marcos por concepto de pensiones a exfuncionarios del Tercer Reich.
En 1965, fecha en que se publicó el Libro Pardo con el resultado de las investigaciones sobre el proceso de renazificación de la Alemania Occidental, había pensionados o empleados en la administración pública, 21 ministros y secretarios de Estado; 100 generales y almirantes de la Bundeswehr (ejército germano-occidental); 828 altos funcionarios de la justicia, fiscales y jueces; 245 funcionarios dirigentes del Ministerio de Relaciones Exteriores, de las embajadas y consulados del gobierno de Bonn, así como 257 altos funcionarios de la Policía y del llamado Verfassungschutz (departamento para la defensa de la Constitución, es decir, miembros de la policía secreta).
Renació el antisemitismo con la violencia de los primeros años del hitlerismo. En la provincia Renana (especialmente en Colonia y Dusseldorf) se profanaron nuevamente las sinagogas y más de 200 cementerios semitas fueron profanados. Las consignas antisemitas volvieron a escucharse y publicarse, superando en cinismo y agresividad el vocabulario del periódico nazi Stuermer que se destacó por su violencia antijudía. “Seis millones de judíos fueron muy pocos”, “¡Judíos, váyanse al infierno!” “¡Vivan las SS!”, “¡Viva el führer!”, etc., eran algunos de los slogans normales y cotidianos.
No es sólo antisemitismo. Es un histerismo de odio producto de la frustración de dos derrotas que enferma a varias generaciones de alemanes; si ahora son los judíos, mañana serán los comunistas sin distinción de razas, los negros, o los chinos. Y no es extraño que ese odio no se haya extinguido. Ha sido cultivado sistemáticamente y transmitido en las aulas a las nuevas generaciones en la Alemania Occidental. El profesor Karl Valentin Müller, que glorificó al superhombre alemán y presentó la exterminación de judíos y eslavos como una medida justa era, todavía en 1965, director de un instituto en la Escuela Superior de Economía en Nuremberg.
Hasta en sus aspectos puramente formales, se trata de dar a la actual situación un carácter transitorio. Un periodista curioso hizo un descubrimiento: 15 años después de inaugurado el Bundestag (parlamento de Bonn) en una de las paredes del edificio permanecía, disimulada detrás de un cuadro el águila hitleriana con una gran swástica.
Miles y miles de hitlerianos peligrosos andan libres en la República Federal Alemana. Los exdirigentes nazis Trettner, Speidel, Heusinger, Foerch y otros muchos, culpables de la muerte de miles de civiles inocentes y de los crímenes de guerra más espantosos que haya concebido la humanidad, ocupan o han ocupado cargos en la Bundeswehren la Policía o en la OTAN. Los 140 generales y almirantes de las fuerzas armadas de la RFA, prestaron servicios en la Wehrmacht fascista y 41 de ellos en el Cuartel General de Hitler.
Las autoridades bonnianas intentaron suspender en 1965 las investigaciones de los crímenes de los nazis, argumentando que había prescrito ya la acción penal. Las autoridades de Bonn se apoyaban en el Código Penal de 1871, vigente en la RFA después de casi un siglo, en el que se fija un plazo de 20 años para la prescripción de los delitos del orden penal. Pero esas normas no pueden aplicarse a los delitos contra la humanidad, en relación con los cuales rigen las normas del Derecho Internacional.
El artículo 25 de la Ley Fundamental de la República Federal Alemana, reconoce sin reservas la prioridad de “las normas generales del Derecho Internacional” y esas normas vigentes, generales y obligatorias para todos, no fijan plazo de prescripción para los delitos de guerra. Ni en los Estatutos del Tribunal Internacional, ni en la Ley número 10 del Consejo de Control de Alemania se dice una sola palabra acerca del plazo de prescripción de los crímenes de guerra.
El ministro de Justicia de la RFA, Edward Bucher, en un discurso pronunciado en Augsburgo el 15 de enero de 1965, sostuvo la teoría de que la prescripción de los delitos cometidos por los nazis es algo que sólo incumbe a la República Federal Alemana. Esa declaración levantó una ola de protestas fuera de Alemania. “La cuestión del castigo de los verdugos hitlerianos –se dijo– no es una cuestión interna de la RFA, sino de todos los pueblos donde los verdugos fascistas cometieron sus crímenes y atrocidades; es un asunto de la humanidad entera contra la cual fueron cometidos.”
El 7 de enero de 1946 en el proceso de Nuremberg fue interrogado el verdugo Erick Bach-Zelewsky, esbirro íntimo de Himmler y acólito de los mariscales von Bock y von Kluge. El interrogado habló de la disposición dada por Himmler a principios de 1941, para aniquilar a 30 millones de eslavos. ¿Tendrían derecho los pueblos eslavos a opinar sobre la prescripción de los crímenes de guerra?
Mucho se ha especulado con lo que se dio en llamar el “milagro alemán”. A fines de 1968 el señor Ludwig Ehrard visitó la ciudad de México invitado por el grupo financiero de la oligarquía mexicana para que sustentara una serie de tres conferencias (500 dólares cada una; $100 derecho de admisión) sobre el llamado “milagro”. Probablemente los banqueros mexicanos que se enriquecen “jineteando” el dinero de la Alianza para el Progreso, querían comprarle a Ehrard el secreto del “milagro”.
El mago Ehrard no dijo en realidad nada que no supieran ya los banqueros “con ideas modernas” (como reza el slogan de su propaganda). Diez mil millones de marcos invertidos allí, más la elevada calificación técnica del pueblo alemán; los grandes recursos de carbón y mineral de hierro que posee, la dedicación y el esfuerzo de sus trabajadores; la ausencia de gastos militares en su punto de arranque; una coyuntura mundial favorable, fueron los términos cabalísticos del famoso “milagro alemán”.
“La situación de la RFA en 1965 –escribió José Luis Ceceña– era ya la de una gran potencia industrial. El valor total de su producción se había elevado de 86,430 millones de dólares, superior al valor de la producción de Inglaterra, Francia, Japón, Canadá e Italia, aunque el producto por habitante (1,900 dólares) era aún inferior al de los Estados Unidos (3,500 dólares) y al de Suecia (2,500) y al de Canadá (2,400) y al de Suiza (2,300) y al de Dinamarca (2,100 dólares). Su comercio exterior había superado al de todos los demás países con excepción de los Estados Unidos. En 1965 alcanzó la cifra global de 35,364 millones de dólares, frente a los 48,285 millones de dólares de los EU, 29,848 millones de Inglaterra, 20,395 millones de Francia, 16,620 millones del Japón, 16, 093 millones de Canadá y 14,535 millones de Italia… En 1965 las tenencias de oro y divisas alcanzaron la cifra de 6,626 millones de dólares, el segundo país en el mundo por ese concepto.
“Como era de esperarse, el Dr. Ehrard atribuyó el resurgimiento alemán a la política de apoyo a la libertad de empresa y a la ayuda del capital extranjero. Recomendó para acelerar el desarrollo, el apoyo a la iniciativa privada, limitar la acción gubernamental, eliminar barreras arancelarias abriendo las puertas a la competencia internacional y a los capitales del exterior.
“En el acuerdo de Postdam se exigía categóricamente aniquilar la excesiva concentración de poder económico representado en particular por los cárteles, sindicatos, trusts y otras asociaciones monopolistas. Sólo en el territorio de la República Democrática Alemana las relaciones de propiedad y de poder han sido profundamente transformadas. En la Alemania Occidental, por el contrario, existe una concentración de capital en grado nunca alcanzado hasta ahora… Lo terrible es que, al igual que antes de 1914, y como después de 1918, como en 1933 y después, los Flick, los Thissen, los Krupp y los Siemens, son los verdaderos dueños de toda la República Federal Alemana.
“La invasión de capital extranjero está en plena marcha; no pasa un mes sin que sean transferidas de manos alemanas a norteamericanas importantes empresas. La balanza comercial con los EU no puede ser más desfavorable. En los tres últimos años (anteriores a 1965) Alemania exportó a los EU mercancías por valor de 14,7 mil millones de marcos e hizo importaciones por 29 mil millones de marcos.
“Este desnivel tiene un sentido político… Los gobernantes imperialistas de Bonn alimentan la peligrosa ilusión de poder lograr, con el ‘socio adecuado’, los Estados Unidos, dar en un tercer intento de un nuevo orden a Europa con mejor éxito que en sus dos primeras intentonas que terminaron con derrotas catastróficas. Por eso han abierto como ningún otro país de Europa Occidental las puertas al capital norteamericano. Por eso apoyan, incondicionalmente, todos los actos agresivos de los EU en el mundo.
“Incapaz de desarrollar una política nacional, la RFA se convierte cada vez más en un satélite de los EU. Bonn reconoce el papel de guía de los EU, con el fin de alcanzar con su respaldo, la hegemonía en Europa occidental… Bonn quiere ganar, a posteriori, la guerra hitleriana.
“Alemania Federal es hoy la mayor potencia militar de Europa Occidental. Su ejército supera a los de Francia e Inglaterra. Alista el 45% de todas las divisiones de la OTAN. Más del 50% de los tanques de la OTAN que hay en el área de la Europa Central, pertenecen a los efectivos de la Bundeswehr. El espíritu de este ejército está impregnado de las tradiciones de la Werhmacht fascista y se le educa en un anticomunismo lleno de odio y desprecio para todos los países. El llamado standing group de la OTAN, al que pertenecían sólo los EU, Inglaterra y Francia, se disolvió a favor de la igualdad de derechos pero, en realidad, a favor de la hegemonía, en Europa, del socio germano-occidental. El próximo objetivo es llegar a codeterminar sobre armas atómicas.”
Según pudo investigar el Instituto Alemán de Economía, de Berlín, en 1965 había 109 empresas germano-occidentales que participaban directamente en la producción de armamentos. Entre esas empresas se halla el Reinstahl-Konzern, aliado del grupo IG Farben, el consorcio del acero germano-occidental más implicado en la industria del armamento.
Inmediatamente después de la capitulación de la Werhmacht de Hitler, las autoridades americanas de ocupación, tomaron a sueldo al antiguo jefe del Estado Mayor de la Werhmatchtcapitán general Franz Halder. Al frente de 120 antiguos generales de Hitler, entre ellos Guderian, Menteuffeldt, Shwering y otros, valorizó las experiencias de las correrías de rapiña de Hitler y elaboró los planes de remilitarización de la que más tarde sería la República Federal Alemana.
“Los generales del Estado Mayor de Hitler y Adenauer crearon las premisas personales para la organización de un nuevo ejército, al poner nuevamente ante una mesa a los generales fascistas. Ellos dieron forma al nuevo ejército. Y no solamente eso. Bajo el manto de la integración pretendieron incorporar, no a la Bundeswehr a la OTAN, sino la OTAN a la Bundeswehr.
“De los 109 generales y almirantes de la Bundeswehrmás de la mitad son antiguos oficiales del Estado Mayor de la Werhmacht de Hitler; también los demás oficiales, sin excepción, lo fueron de la Werhmacht. Todos los generales de las fuerzas armadas de la RFA han participado directa o indirectamente en la preparación y realización de agresiones. Entre ellos no hay uno solo que haya combatido contra Hitler. Al contrario, por su lealtad, a un buen número de ellos se les confiaron altos puestos en el Estado Mayor.”
El hecho más notable y audaz en ese proceso de renazificación de Alemania Occidental fue seguramente el de que un criminal de guerra haya ocupado la presidencia de la RFA. Los consorcios de la nueva economía de guerra germano-occidental, necesitaban a un hombre de entera confianza, identificado con el espíritu del renacimiento hitleriano. Ese hombre fue Heinrich Lübke. Durante años Lübke pudo presentarse ante el pueblo alemán, como uno de los perseguidos del régimen nazi, hasta que en 1964 la República Democrática Alemana presentó documentos originales de la antigua dirección de la Gestapo,en Sttetin,  para demostrar ante la prensa mundial que Lübke fue, por lo menos desde 1940, un hombre de confianza de la Gestapo.
El hecho más notable y audaz en ese proceso de renazificación de Alemania Occidental fue seguramente el de que un criminal de guerra haya ocupado la presidencia de la RFA. Los consorcios de la nueva economía de guerra germano-occidental, necesitaban a un hombre de entera confianza, identificado con el espíritu del renacimiento hitleriano. Ese hombre fue Heinrich Lübke. Durante años Lübke pudo presentarse ante el pueblo alemán, como uno de los perseguidos del régimen nazi, hasta que en 1964 la República Democrática Alemana presentó documentos originales de la antigua dirección de la Gestapo,en Sttetin,  para demostrar ante la prensa mundial que Lübke fue, por lo menos desde 1940, un hombre de confianza de la Gestapo.
“Como subdirector del BaugruppeSchlempp, al comienzo de la guerra y más tarde adjunto al ministro nazi del Armamento, dentro del llamado Jagerstab, participó en la construcción de un campo especial de la Policía Secreta del estado de Peene-münde. Lübke amenazó con enviar allí a los obreros que trabajaran de mala gana. Como organizador de los proyectos militares más secretos e importantes de la jefatura fascista, era Lübke partícipe en gran medida del empleo masivo de prisioneros de los campos de concentración… Intervino en la construcción de los talleres de producción de armas ‘V’ y en 1944 le fue confiada la tarea de construir el campo de concentración de Leau, como filial del Buchenwald.
“Lübke llevó 2,000 prisioneros de Buchenwald para trabajar en las obras subterráneas para la industria aeronáutica. Los obreros trabajaban a 400 metros de profundidad, en turnos de 12 horas y vivían en campos de concentración subterráneos. Más de 500 trabajadores murieron a consecuencia de la insalubridad…
“En la Alemania Occidental hay aún más de 800 juristas activos de los tribunales de excepción nazis. Ni uno solo ha sido llevado ante los tribunales. Muchos de ellos fueron culpables de sangrientas sentencias. Estos ‘administradores de justicia’ que estuvieron al servicio de la inhumanidad, de la injusticia y de la agresión, han alcanzado las más altas posiciones del aparato estatal de justicia…
“Los principales colaboradores de Ribbentrop que en su mayoría buscaron asilo en las zonas ocupadas por las potencias occidentales, no sólo no fueron molestados sino que volvieron a ocupar puestos decisivos en el servicio exterior. Para normar la responsabilidad de los diplomáticos, se estableció que ‘todo aquel que planee, prepare o realice guerras de agresión o invasiones’, y que ‘todo aquel que participe en estas acciones conciente y premeditadamente, deberá ser presentado antes los tribunales, juzgado y condenado por actividades criminales contra el derecho de los pueblos’.
“Tanto el ministerio del Exterior, como sus embajadores y dependencias, estaban encargados de misiones especiales para extender la guerra. Trataron de ampliar el círculo de países agresores y arrastrar a la guerra a los pocos países que quedaban neutrales. Los diplomáticos de Hitler se entrometieron en estos países e intentaron utilizarlos en la guerra de agresión de la Alemania hitleriana… En los archivos explorados se encuentran las pruebas de la actividad de más de 520 antiguos diplomáticos nazis que ocupan nuevamente puestos directivos en el ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno de Bonn…”
El hecho de que generales como Heinz Trettner, que formó parte de aquella nefasta Legión Cóndor que Hitler envió a Francisco Franco, con Heusinger, Speidel y otros de los más famosos militares nazis, tengan a su cargo la organización del ejército germano-occidental, es una violación por parte de los EU, de la declaración de Crimea que suscribió, en nombre del Gobierno y del pueblo norteamericanos el presidente Franklin D. Roosevelt en la que la coalición antihitleriana expresó:
Es inexorable voluntad nuestra destruir al militarismo y al nacional-socialismo alemanes y con ellos impedir que Alemania pueda una vez más perturbar la paz del mundo. Estamos firmemente dispuestos a llevar a todos los criminales de guerra ante los tribunales y darles rápidamente el merecido castigo.
No sólo no se ha destruido el militarismo sino que uno de los participantes en la conferencia de Yalta, Crimea, se ha empeñado en fortalecerlo a un grado que no justifica en absoluto la situación europea. Alemania sigue tratando de asustar con el fantasma del comunismo. Robert Ley, en su testamento político, habla de levantar en Alemania el muro contra la invasión de esa doctrina por ser ellos, los nazis, los más auténticos anticomunistas. La verdad es que no hay muro que valga para los fantasmas y el del comunismo se colará inevitablemente. Todos esos países que tratan de levantar muros contra el comunismo en Berlín o en Vietnam, o en Checoslovaquia, se van a sorprender cuando adviertan que el fantasma está ya en su propio territorio y que no habrá posibilidad alguna de echarlo.
Tampoco han cumplido con la segunda parte de la Declaración, la de llevar a todos los criminales ante los tribunales. Se ha tratado de explicar esto con el argumento de que esa generación de nazis está por desaparecer, para dar paso a otra libre de las aberraciones del nazismo. Sin embargo, es un hecho que la formación de las nuevas generaciones está en manos de profesores nazifascistas. Un maestro de la ciudad norteña de Büsum abofeteó a un discípulo porque éste se atrevió a calificar de sucia la guerra hitleriana. Miles de maestros como ese de Büsum inculcan a los jóvenes el veneno revanchista, de manera que al desaparecer una generación la que le sigue estará lista para participar en la guerra por el triunfo de los ideales de Hitler. En todas las ramas de la educación y en todos los niveles, son nazis los que ocupan los puestos dirigentes. No se les ha eliminado pese a que el daño que causan mental y psicológicamente a la juventud es el más grave de todos.
¿Cómo se puede esperar que se castigue a un maestro nazi, si Hans Maria Globke, funcionario del ministerio del Interior que elaboró las leyes racistas de Nuremberg señaladas en el proceso a Eichmann como fundamentales para la “solución final” de la cuestión judía, no sólo no fue enjuiciado sino que se le concedió una pensión vitalicia? Las peores leyes del Reich sobre la germanización o exterminio de los pueblos no arios fueron obra suya. Sin embargo, Globke ocupó importantes puestos hasta que la República Democrática Alemana demostró su culpabilidad.
El Tercer Reich tuvo sus teóricos, legistas, filósofos, científicos, que trataron de justificar la barbarie. El Pentágono tiene también sus intelectuales y estrategos capaces de presentar la guerra como algo “aceptable”. Uno de ellos es el general de brigada J. H. Rothchild, que publicó en los Estados Unidos un libro titulado Las armas de mañana son las químicas y biológicas.
Según el autor las armas “ideales” son los microbios y los gases porque “preservan los bienes materiales. Las armas de mañana son baratas, eficaces y las más humanitarias porque exterminan instantáneamente a las masas”.
Una inesperada epidemia de tifo en la población de Wuppertal-Eberfeld permitió averiguar que en la fábrica química cercana se hacían experimentos para la obtención artificial de agentes del tifus. El 17 de noviembre de 1965 llegaron al aeropuerto de Tokio algunas cajas procedentes de la India. Al descargarlas, una de ellas se rompió y… el campo se cubrió de escorpiones. El destinatario era el Instituto Médico cuidadosamente enmascarado del Destacamento 406º de las Fuerzas Armadas Norteamericanas en la estación de Sagamino, cerca de Tokio, del que desde hacía tiempo circulaban siniestros rumores.
En el instituto, bajo la dirección de expertos yanquis, se realizan experimentos en el terreno de las armas tóxicas. El estudio del veneno del escorpión es sólo uno de tantos. El periodista Walter Shneir publicó en la revista Reporter (1º de octubre de 1959) que en Fort Detrick “siempre hay preparados y listos insectos contaminados con fiebre amarilla, paludismo, fiebres tropicales; pulgas con la peste, garrapatas con la tularemia, el tifus recurrente; moscas con el cólera, el carbunclo y la disentería.” Hay muchos laboratorios para el cultivo de microorganismos patógenos que exterminan los cereales.
Pero los “escorpiones bípedos” no se conforman con lo que han logrado ya. Los biólogos que se consagran al arte del más fácil, barato y eficaz exterminio de la especie humana, acarician ahora la idea de “falsificar el código genético humano para crear, a voluntad, algunas deformaciones… Se trata de crear microorganismos patógenos que ni la naturaleza ha podido concebir”.
En este campo y en otros los nazis del Pentágono han superado a los maestros de Berlín.
El complejo militar-industrial-financiero-político que impone su voluntad a la Casa Blanca ha recogido la herencia de Hitler, ha perfeccionado sus métodos de dominio y de agresión. Del Suchiate hasta el Cabo de Hornos, el Pentágono y la CIA cuentan con una serie de gorilatos, los nuevos Quislings de la American Commonwelth y los Estados Unidos lo han logrado al margen de la guerra, mediante la intriga, el dinero, las inversiones directas. Las conferencias de cancilleres, los congresos de la Organización de Estados Americanos (OEA), la corrupción y el terror. Sólo cuando estos recursos fallan se echa mano de otros más decisivos, el de enviar a los marines “para salvaguardar las vidas e intereses de los ciudadanos estadounidenses” y, por supuesto, ¡la libertad y la democracia!
El proceso de nazificación de los EU es alarmante. Las organizaciones fascistas, como la John Birchla de los Ku Klux Klanes y centenas más del mismo género, no ocultan sus intenciones y se preparan para una lucha armada. En repetidas ocasiones se ha publicado que esas organizaciones derechistas están armadas, bien pertrechadas, disponen de tanques y de las armas más modernas.
Pero lo más grave no es la proliferación de organismos profascistas sino el hecho de que en los más altos niveles del gobierno de los Estados Unidos, el genocidio, los conceptos y métodos hitlerianos, se han adoptado como normas naturales de la política norteamericana. La revelación –noviembre de 1969– de los sucesos monstruosos de My Lai, en Vientam, hecha por el soldado yanqui Ronald L. Ridehour protagonista en la masacre del 16 de marzo de 1968, es no sólo un baldón infamante para el gobierno de los EU sino para todo el género humano. La denuncia sacudió la conciencia mundial pero no puso fin al genocidio. Desafiando el consenso universal, el Pentágono se empeñó en negar las pruebas presentadas y en descargar la responsabilidad en miembros oscuros de la oficialidad.
Las atrocidades cometidas por los naziamericanos con la población civil de un pueblo con el que ni siquiera se mantiene oficialmente un estado de guerra declarada, superan los peores crímenes de la era hitleriana. Estos hechos fueron conocidos y denunciados en su oportunidad, pero como quien suscribió la denuncia fue Bertrand Russell, señalado por la prensa yanqui como pro-comunista, no se les dio el debido crédito. Lo mismo que en la Alemania de Hitler, la prensa mediatizada consideró que las denuncias de atrocidades eran sólo propaganda de los comunistas.
En Julio de 1966 el filósofo inglés, en unión de otros pacifistas de prestigio mundial, muchos de ellos ganadores del Premio Nóbel por sus méritos en las más altas disciplinas del espíritu de la ciencia, el arte o la literatura, entre ellos el conocido escritor y filósofo francés Jean-Paul Sartre, organizó el Tribunal Mundial para juzgar al presidente Lyndon B Johnson, a Robert S. Mc Namara, secretario de la Defensa de los EU y demás criminales norteamricanos de guerra, por las atrocidades cometidas en Vietnam.
Con ese motivo Bertrand Russell dirigió una proclama al pueblo norteamericano denunciando hechos que hasta ahora, tres años más tarde, han aceptado y difundido los periódicos de los EU y de todo el mundo. El llamado del filósofo de la paz cobra hoy una impresionante actualidad. El abogado norteamericano Telford Taylor, que actuó como Fiscal en los juicios de Nuremberg contra los criminales de guerra nazis, al ser entrevistado en Londres por la televisión declaró: “La lección de Nuremberg nos toca ahora a nosotros; temo que estamos empezando a descubrir que esa lección nos afecta ahora de un modo muy directo.”
Dijo además el abogado Taylor que la defensa de William L. Culley, basada en la afirmación de que al ordenar la masacre de civiles en My Lai sólo obedecía órdenes superiores, “es una excusa que no está reconocida como defensa válida bajo las leyes norteamericanas, británicas o alemanas. Si la orden es, como ha dicho muy bien la novelista Rebeca West, servir bebés hervidos en la mesa de los oficiales, uno debe percatarse de que no es lo que debe hacerse”.
Es importante reproducir ahora el llamado de Russell a los soldados, al pueblo norteamericano y a la conciencia mundial:
“Hechos como estos condujeron a los juicios de Nuremberg.”
“Este es Bertrand Russell que habla a Uds. A través de la radio de las fuerzas del Frente Nacional de Liberación de Viet-nam del sur.
“Les hablo, soldados de los Estados Unidos, con el objeto de explicar a Uds. Cómo su gobierno ha abusado de sus derechos al enviarlos a ocupar un país cuyo pueblo se ha unido en su odio al agresor extranjero… El pueblo de Vientam ha estado luchando durante 25 años para preservar su independencia. Primero luchó contra los japoneses y posteriormente contra los franceses, quienes pusieron guillotinas en cada uno de los pueblos del país y decapitaron a todos aquellos sospechosos de oponerse a la ocupación extranjera.
“Muchos de Uds. No saben que el gobierno de los EU financió más del 80% del costo de la guerra y abasteció a los franceses con toda clase de armas modernas a fin de ayudar a Francia en su sucia tarea de asesinar y subyugar al pueblo de Vietnam. Cuando los EU empezaron por primera vez a intervenir militarmente en Vietnam del sur, el pretexto que se dio fue el de que se ayudaba al gobierno de Saigón a eliminar la subversión del exterior. Eso era todo. Paro Uds. Saben, soldados de los EU, porque los han visto por sí mismos, qué tipos de gobierno han pasado por Saigón. Son brutales, corruptos, dictatoriales y completamente despreciados por el pueblo…
“El gobierno de Ngo Din Diem asesinó, torturó, encarceló y mutiló a cientos de miles de vietnamitas y fue capaz de realizar esta increíble barbarie gracias al apoyo y a la dirección militares de los EU. ¿Pueden olvidar Uds. la brutalidad del gobierno de Ngo Din Diem, que obligó a los monjes budistas a inmolarse quemándose como expresión palpable de repudio y protesta? El Frente Nacional de Liberación que Uds. Conocen como Vietcong, tomó las armas para defender a su pueblo contra una tiranía más brutal que la misma ocupación japonesa, pues muchos más vietnamitas murieron bajo el régimen de Diem que bajo el dominio japonés.
“The New York Times escribía en un editorial en 1950: ‘Indochina es un premio digno del juego de mayor envergadura. En el norte hay minerales de exportación como estaño, tungsteno, manganeso, carbón, además de maderas y arroz. En el sur, hule, té, pimienta y cuero. Incluso antes de la guerra de Indochina la región rendía dividendos estimados en 300 millones de dólares anuales.’ Un año después un consejero del Departamento de Estado hizo los comentarios siguientes:
“Hemos explotado sólo parcialmente los recursos del sudeste de Asia. Y sin embargo esta región abastece al mundo con el 90% de su producción de hule crudo, el 60% de la producción mundial de estaño y el 80% de la copra y aceite de coco. Tiene importantes cantidades de azúcar, té, café, tabaco, henequén, frutas, especies, resina y gomas naturales, petróleo y bauxita.
“Y en 1953, cuando los franceses todavía luchaban en Vietnam con el apoyo de los EU, el presidente Eisenhower dijo: ‘Supongamos que perdemos Indochina. Si Indochina se nos va dejarán de venir hacia nosotros el estaño y el tungsteno que tanto apreciamos. Estamos recurriendo al modo más barato de evitar que tal cosa terrible ocurra…’
“Así es que Uds. Ven cómo la razón de que los EU estén en Vietnam es la de preservar y proteger las riquezas de unos cuantos millonarios de los EU… ¿Saben Uds. Que los EU controlan el 60% de los recursos del mundo pero que sólo cuentan con el 6% de la población mundial? Y sin embargo, uno de cada tres de sus habitantes vive en la pobreza, según su propio gobierno…
“A Uds. Soldados de los EU, se les ha entrenado en el uso de cada una de las armas más modernas. Cuando vayan a la batalla pregúntense quién es este pueblo al que se está asesinando. ¿Cuántos niños y cuántas mujeres murieron hoy? ¿Qué sentirían si esas cosas sucedieran en los EU a sus esposas, padres o hijos? ¿Cómo pueden soportar lo que está sucediendo a su alrededor? Yo apelo a Uds: ¿pueden en sus corazones justificar el uso de gas y sustancias tóxicas, el bombardeo de todo el país con gasolina gelatinosa y fósforo? El napalm y el fósforo queman hasta que la víctima queda reducida a una masa burbujeante. Los EU están usando armas como la Lazy Dogque contiene 10,000 astillas de acero tan filosas como navajas de rasurar. En una provincia de Vietnam del Norte han caído 100 millones de filosas astillas de acero en un período de 13 meses…
“Todo lo que hicieron los alemanes en la Europa Oriental ha sido repetido por los EU en Vietnam en escala más grande y con una eficiencia más terrible y más completa… Don Duncan ha revelado que se utilizan películas que muestran torturas nazis para la instrucción de los soldados de los EU. Y Uds. Saben lo que sucede a los campesinos sospechosos de pertenecer al Vietcong. Saben también que las villas estratégicas son poco menos que campos de concentración donde el trabajo forzado, la tortura y el hambre son cosas comunes. Estas cosas fueron el origen del odio del mundo hacia los nazis. Estos hechos condujeron a los juicios de Nuremberg por los cuales los dirigentes nazis fueron ahorcados como criminales de guerra… En violación de solemnes acuerdos internacionales firmados por presidentes norteamericanos y ratificados por el Congreso norteamericano, el régimen de Johnson ha cometido crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, crímenes contra la paz…
“Llamo a intelectuales y eminentes hombres y mujeres independientes de todas partes del mundo a unirse en un Tribunal Internacional sobre Crímenes de Guerra que oirá evidencias respecto a los crímenes del gobierno de los EU en Vietnam… El frente de batalla por la libertad está en Washington, en la lucha contra los criminales de guerra –Johnson, Rusk, Mc Namara– quienes han envilecido a los EU y a sus ciudadanos. En verdad ellos han robado los EU a su pueblo y han hecho que el nombre de un gran país provoque repudio entre la gente honorable de todo el mundo…
“No hay más solución para la crisis de Norteamérica que la emancipación de sus habitantes de los bárbaros que hablan en su nombre… La resistencia de los estudiantes norteamericanos y el creciente disgusto por esta guerra mostrado por el pueblo en general, dan la esperanza a todo el género humano de que los días en que hombres rapaces pueden engañar al pueblo, a la nación norteamericana, están acercándose a su fin…”
El dramático llamado de Bertrand Russell a los soldados norteamericanos termina con una invocación a su conciencia de seres humanos:
“Los exhorto –dice BR– a que finalicen su intervención en esta guerra bárbara y criminal. Los exhorto a que, como seres humanos, recuerden esa condición y olviden el resto. Si pueden hacer eso, realizarán un valiente servicio a la humanidad. Si no pueden, permitirán a sus dirigentes la continuación de la degradación de su país y que el nombre de los Estados Unidos sea odiado por los pueblos del mundo entero.”
Las revelaciones de los soldados norteamericanos participantes en las masacres de civiles (ancianos, mujeres y niños) de My Lai, Van Tan y otras localidades vietnamitas, actualizan y dan validez plena a la proclama de Bertrand Russell y su Tribunal Internacional contra los Crímenes de Guerra. Johnson y sus cómplices de ayer y hoy debieran comparecer ante un tribunal menos simbólico que el de la Historia para salvar el honor del pueblo de los Estados Unidos.
Por otra parte los gobernantes imperialistas que recogieron la herencia de Hitler han resultado más odiosos y antipáticos que el modelo germano. La personalidad de Lyndon B. Johnson, por ejemplo, como hombre y como gobernante, es tanto o más repulsiva para su pueblo que la del führer alemán. El periodista norteamericano Norman Mailer describe a Johnson de la siguiente manera:
“La personalidad íntima de Johnson es diferente de su presencia pública. En privado… bromea, ruge, pica, hunde los dedos en los vientres de sus asesores, abraza apretadamente a sus hijas, goza su comida, eructa; es malvado y rencoroso, revanchista y vano, con depresiones súbitas, a veces, picaresco y a veces demasiado insoportable; de pronto modesto, sólo para vociferar y bramar una vez más.
“Tiene una vanidad monstruosa, una piedad hipócrita y dudosos motivos en la guerra de Vietnam. Como todos los políticos que quieren adquirir ‘prestigio intelectual’, ha escrito un libro, o mejor dicho, ha firmado un libro. Se titula Mi esperanza en América. No es imposible que sea el peor libro escrito jamás por cualquier líder político en cualquier parte del mundo… Un abundante océano de piedad presuntuosa, un libro abominable y condenable, una prosa que suscita los gritos de una muerte por sofocación. La esencia de la prosa totalitaria es que no define, no comunica. Se limita a oprimir. Obstruye desde arriba. Desprecia profundamente a las mentes que recibirán el mensaje y hace lo que puede por adormecer las conciencias con frases que no son otra cosa que las estructuras del poder vueltas ladrillos.
Inclusive algunos de los herederos norteamericanos de Hitler se han apropiado sus conceptos, como puede advertirse en el discurso pronunciado por Robert E. Wood, que fuera presidente de la organización fascista America First:
“Los americanos como yo piensan que nuestra verdadera misión se encuentra en Norte y Sudamérica. Con nuestros recursos y nuestra capacidad organizativa, podremos desarrollar un… continente virgen como Sudamérica. La reorganización y el debido desarrollo de México proporcionarían por sí solos un magnífico cauce para nuestro capital, nuestras energías en el porvenir.
“Y aunque bien es cierto que yo pienso que debemos hacer todo lo posible por conservar la amistad de nuestros vecinos del sur, pienso también que deberíamos establecer muy claramente que ningún gobierno en México, en la América Central y en los países sudamericanos bañados por el Mar Caribe será tolerado a menos que asuma una actitud amistosa hacia los Estados Unidos, y que si es necesario debemos estar preparados para crear la fuerza a fin de conseguir ese propósito.”
Hitler había dicho refiriéndose a la América del Sur: “Haremos de ese continente de mestizos, un gran protectorado alemán.” ¿No es en la práctica un protectorado lo que ejercen los EU sobre los países al sur del Suchiate? ¿No son los gorilas verdaderos gauleiters que reciben órdenes del Departamento de Estado norteamericano? Con dos o tres excepciones el resto de Iberoamérica es ya, en mayor o menor grado para los EU lo que Hitler ambicionaba para el Tercer Reich; esos territorios son ya, implícitamente, miembros de la American Commonwelth.
El 8 de enero de 1968 la revista germano occidental Der Spiegel,publicó un extenso reportaje sobre México, con el título de La ley del mestizo, en el que se presenta una imagen distorsionada de este país. En todo caso el aspecto más negativo señalado por la revista nazi (la violencia y la criminalidad, la corrupción política, etc.) resultan inocentes juegos de niños al lado de la realidad del nacional-socialismo y del neo nazismo. Los peores excesos a que haya podido llegar en cualquier época el atraso cultural y político de México, no podrán compararse con los crímenes de los nazis que avergüenzan al género humano.
En todo el artículo de la revista, se percibe un rencor soterrado en contra de México, empezando con el uso en sentido peyorativo del término “mestizo”. Tal parece que los nazis no perdonan a México que su resentimiento histórico en contra de los Estados Unidos, absolutamente legítimo, no se haya puesto al servicio de la estrategia alemana en las dos guerras mundiales.
Dice Der Spiegel: “Parece que la enemistad hacia los Estados Unidos lo ha envenenado hasta la médula. Pero siendo el país del mestizo, nada más lo parece. Es el único país latinoamericano que mantiene relaciones diplomáticas con Cuba, el archi-enemigo de los EU. Doce mil mexicanos estudian en la escuela norteamericana en el Distrito Federal. Su economía solamente florece con la ayuda de las inversiones norteamericanas… Las tres cuartas partes de las exportaciones del país se dirigen a los EU… Nadie será presidente de México si no es persona grata a Washington. Y solamente en un país como México, un presidente de los Estados Unidos puede recorrer la ciudad en un coche abierto porque, según la ley del mestizo, es normal que el enemigo número uno sea el amigo número uno.” (El Nacional, febrero 27 de 1968)
Si hay en estos momentos un país en la Tierra que deba su prosperidad a las inversiones de capital norteamericano y que se pueda considerar como satélite y pelele de los Estados Unidos es precisamente la República Federal Alemana. Fue el cinismo goebbeliano de los neonazis, el desprecio y el rencor hacia México que en cierta medida contribuyó primero a la derrota de la Alemania Guillermina y después a la del Tercer Reich, lo que sin duda inspiró esos ataques.
El tono del reportaje de la revista germano occidental parece un eco del que se empleaba en los momentos de gloria del nazismo, cuando se hacía referencia a los países por conquistar. Esa petulancia arrogante y agresiva de los neonazis es un indicio ominoso; sugiere el pensamiento de que con su nuevo socio norteamericano, se consideran ya listos para lanzarse a una tercera aventura por dominio mundial.
De esa locura hitleriana participan los nazis del Pentágono. El 12 de febrero de 1968, el periódico Excelsior de la ciudad de México, publicó la entrevista que le hiciera el periodista mexicano Julio Scherer García al señor Paul C. Warnke, uno de los más importantes personajes de la política norteamericana, ex abogado general del Departamento de Defensa y secretario adjunto para asuntos de Seguridad Internacional. Al contestar a la pregunta del periodista acerca de si consideraba legítimo que los Estados Unidos vayan a arreglar los asuntos internos de otros países a diez mil millas de su frontera, Warnke respondió:
“Nosotros consideramos tener el derecho moral para intervenir y desde un punto de vista pragmático estamos justificados a intervenir en Vietnam… Tenemos el derecho y la responsabilidad de conservar la independencia de ese país… Si Alemania Oriental tratase de conquistar a Alemania Occidental, estoy seguro de que los Estados Unidos acudirían en defensa de la Alemania Occidental. Si por otra parte Alemania Occidental tratase de invadir a Alemania Oriental, nosotros nos opondríamos. Nos oponemos a toda agresión externa. Tradicionalmente respetamos el derecho que tiene todo país grande o pequeño de determinar su propio futuro. Si México, por ejemplo, sufriera una agresión de China comunista…”
¿Quién les ha dado a los Estados Unidos de Norteamérica el “derecho moral” que según dice Warnke tienen para intervenir en el régimen interno de otros países? ¿Hasta dónde alcanza ese derecho? ¿Cuáles son sus límites y sus implicaciones? ¿No encierran esas palabras el viejo mito de la superioridad racial, el concepto mesiánico de las razas superiores llamadas, según los teóricos del nazismo, a “dirigir los destinos de la humanidad”?
Los Estados Unidos de Norteamérica, violando los tratados internacionales no sólo han reconstruido la economía, sino también la formidable maquinaria de guerra del neofascismo germano occidental. Pero lo que es peor, han adoptado su ideología, su doctrina, sus métodos, instituyéndose a sí mismos en los verdaderos herederos de Hitler.
“Los alemanes occidentales –decía Churchill, uno de los políticos más alertas y clarividentes del campo imperialista– exigen ahora igualdad de armamentos. Semejante exigencia es sumamente peligrosa; puede asegurarse que tan pronto como los alemanes logren la plena igualdad militar con sus vecinos, con toda seguridad que no tardaremos mucho en ser testigos de una nueva guerra en todo el continente europeo.”
Y una guerra en el continente europeo, sería la Tercera Guerra Mundial, la hecatombe nuclear.
No, no son los alemanes los que quieren la guerra.
En la República Democrática Alemana viven 15 millones de alemanes. Muchos de ellos sirvieron en el ejército de Hitler o se formaron en las filas del nacional-socialismo. Sin embargo, nadie allí piensa hoy en la revancha, nadie habla de un futuro desquite histórico, nadie odia tanto la guerra como ellos. El muro que han levantado en Berlín es una trinchera de paz para contener las provocaciones de todo orden de los revanchistas neonazis, un muro de contención en la frontera misma de dos mundos.
¿Qué es lo que ocurre entonces? ¿Hay dos clases de alemanes? ¿Los de la RDA son diferentes a los de la RFA? En absoluto. Los diferentes son los sistemas de gobierno en que viven; la filosofía política que es base de sus instituciones. En la RDA se liquidó el pasado nazi; se transformó la estructura social y los fundamentos de la cultura, desde el kínder hasta los más altos niveles. El único revanchismo que allí existe, es contra los criminales de guerra, contra quienes engañaron al pueblo alemán en 1914 y en 1933 para llevarlo a la muerte con falsas teorías de superioridad racial.
En la RFA, por el contrario, no sólo no se extirpó la raíz del nazifascismo sino que, a la inversa, bajo la protección de los imperialistas norteamericanos, se le cultivó y abonó con miles de millones de dólares, violando los acuerdos de Yalta y de Postdam, hasta hacerlo florecer y restituirle el vigor que tenía en 1939. El revisionismo neonazi germano occidental es un sentimiento artificial creado e imbuido en las nuevas generaciones de la RFA por los herederos de Hitler, los señores del Pentágono.
Jugando aviesamente con la historia los imperialistas yanquis han reavivado en el pueblo germano occidental el odio racial y el absurdo concepto de razas superiores llamadas a regir los destinos del mundo. Se plantean ya reivindicaciones geográficas y políticas y todo el gigantesco aparato del Estado, y todos los medios de difusión están empeñados en la tarea de crear el clima y la psicosis colectiva de la Alemania hitleriana.
En la República Federal han aparecido nuevas ediciones de Mi Luchapara envenenar las mentes de las jóvenes generaciones y el libro circula libremente, con la complacencia de las autoridades bonnianas. La swástica ha hecho su aparición en centros privados y públicos y ahora se habla de crear el Museo de Hitler para glorificar la memoria del más grande asesino de todos los tiempos.
Pero con la historia no se juega. La historia es implacable. No se puede hablar nuevamente de espacio vital para arrebatar a otros pueblos su territorio. Hay una nueva filosofía de la historia en la que no encajan los conceptos de la década de los 30s. Las actuales fronteras geográficas e ideológicas entre el socialismo y el capitalismo son irreversibles, como lo demostró el primer intento revisionista del neonazismo germano occidental apoyado por el imperialismo norteamericano en Checoslovaquia. Como lo prueba también el fracaso de los naziamericanos del Pentágono al tratar de establecer una frontera ideológica en el paralelo 17 en Vietnam. Como lo demuestra el fracaso de la política exterior de los nazis del Pentágono en todo el mundo.
El nazifascismo es una aberración histórica condenada.
Para quienes tratan de rehabilitarlo y para los aspirantes a regir los destinos del mundo, está todavía vigente la lección de Nuremberg.