miércoles, 29 de diciembre de 2010

La verdad como fundamento de la autoridad

La verdad como fundamento de la autoridad

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Con este titular se publica en el blog FILOSOFIA CRÍTICA el siguiente post:
35 PUNTOS DOCTRINALES PARA LA INSTITUCIONALIZACIÓN AXIOLÓGICA DE LA ENTIDAD POLÍTICA **POR UN ESTADO NACIONAL, SOCIAL Y POPULAR (ENSPO)*
I.-El potencialismo brota del espacio de valores NACIONAL-REVOLUCIONARIO DE IZQUIERDAS (“fascista”). Se distingue del resto de las ideologías NR por su carácter crítico. El potencialismo representa la autoconciencia histórica superadora del “fascismo” en cuanto alternativa de valores a la modernidad judeocristiana secularizada. También se distingue por su europeísmo. La palabra “potencialismo” mienta la dimensión filosófica del proyecto NR post fascista.
II.-Nosotros, los ciudadanos europeos, pero también una gran porción de la población del planeta, somos gobernados por los mayores criminales de la historia, a saber, los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Los regímenes comunistas, en efecto, han exterminado impunemente a 100 millones de personas, acusadas de “fascistas” en buena parte de los casos. Los aliados occidentales no sólo han amparado tal impunidad, sino que ellos mismos son los responsables de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, así como del exterminio de (como poco) 13 millones de ciudadanos alemanes civiles o militares desarmados: 1,5 millones en bombardeos de cremación humana meticulosamente diseñados a tal efecto; 1 millón de prisioneros de guerra bajo administración norteamericana y francesa; 2,5 millones de entre los doce millones de expulsados (limpieza étnica) de las provincias del Este; 1,6 millones de asesinados entre las minorías alemanas centroeuropeas; de 3 a 8,5 millones de fallecidos a causa de las hambrunas cuidadosamente planificadas por los aliados occidentales durante la posguerra; 1,5 millones de prisioneros de guerra a manos de las autoridades soviéticas; 200.000 mujeres alemanas de entre los dos millones de violadas (incluyendo ancianas y niñas) muertas a causa de dichas vejaciones sexuales; 80.000 víctimas civiles en campos de concentración (dirigidos por judíos), que incluyen niños y ancianos a los que se asesinó por el simple hecho de ser alemanes, etcétera.
III.-A partir de 1948, y escudándose en una narración manipulada del holocausto, constantemente repetida y exagerada precisamente para encubrir propagandísticamente sus propios genocidios, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, la casta política gobernante ha permitido que el Estado de Israel expulsara de su tierra y exterminara a 1 millón de palestinos, aplicándoles una directriz política racista de colonización que comporta vulneraciones masivas de los derechos humanos de enormes dimensiones (crímenes contra la humanidad).
IV.-Esta “ideología” del holocausto, que pretende convertir la persecución de los judíos en un hecho singular en la historia por su presunta gravedad única e incomparable (nunca explicada, aunque insinuada en su trasfondo racista de afectar al “pueblo elegido”), es la coartada encubridora de la criminalidad genocida vigente. El hostigamiento social, la persecución penal y la agresión física (que llega hasta el asesinato) de los historiadores revisionistas y de los críticos de la narración oficial del genocidio judío (cuya realidad no negamos, pese a que haya sido tremendamente hinchada con fines publicitarios) pone en evidencia el carácter fraudulento del falso sistema democrático actual. La cosmovisión pseudo religiosa del holocausto es el discurso de la oligarquía financiera que controla el planeta. La crítica de semejante constructo conceptual y publicitario es la tarea intelectual por excelencia que corresponde a los valores ilustrados en el siglo XXI.
V.-La verdad es ahí incluso para quien la niega (hay que preguntarle al escéptico si es verdad lo que dice y si son “verdaderas” las razones que alega contra la verdad) y sostenemos que la sociedad debe imbuir el valor-verdad en las escuelas e instituciones educativas públicas, rechazando por lo tanto todo relativismo que convierta a los futuros ciudadanos en mequetrefes caprichosos sólo dispuestos a obtener gratificaciones hedonistas. La verdad como valor constituye el fundamento existencial y ético de la ciencia y, por ende, el factor decisivo del desarrollo tecnológico que hace posible la sociedad industrial moderna. No obstante, la ciencia ha sido en la actualidad pervertida como mero instrumento al servicio del capitalismo, el negocio y el desarrollismo del “bienestar” (perfectamente compatible con las hambrunas tercermundistas) que constituye la praxis corruptora de la oligarquía sionista mundial con el lobby ultraderechista judeo-americano como cabeza visible.
VI.-La verdad representa también el fundamento de la autoridad (auctoritas) y ésta se distingue claramente del poder (potestas). El binomio autoridad/poder es anterior a la división liberal de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y la hace posible. La reconstrucción de la autoridad en unos términos racionales, y no meramente fideístas o religiosos, en el seno de la civilización occidental moderna, es la tarea que define el proyecto político nacional-revolucionario europeo a escala planetaria.
VII.-Proponemos una ética de la verdad en virtud de la cual devenga infamante el acto de mentir para obtener algún beneficio. En casos graves, y singularmente en el mundo de la política, la mendacidad debe ser incluso prevista y castigada por el código penal, comportando la inhabilitación del político defraudador. La ética de la verdad pertenece imperativamente sólo al ámbito público e institucional y siempre con carácter formal. En la vida privada su desarrollo es libre y sólo puede obedecer a una dinámica de convencimiento autónomo de la persona, lo más alejado posible de coacciones o recompensas de cualquier tipo.
VIII.-La verdad vale por sí misma y dignifica a quien la hace suya, sobretodo cuando paga por ella un precio en términos de bienestar físico o psicológico a consecuencia de las represalias del poder corrupto. El valor ético de la verdad es el único sobre el que podemos ponernos de acuerdo los entes racionales. El resto de los valores son subjetivos y cada cuál reivindicará el suyo sin poder legitimarlo racionalmente, de manera que a la postre las opciones de valores no veristas se habrán de dirimir sin razones, léase: por la fuerza bruta.
IX.-De las luchas religiosas del siglo XVII surgió el Estado liberal laico y con él el relativismo moderno. Pero éste conduce al desastre. Sólo sobre el trasforndo de la verdad racional-formal como valor puede erigirse en la modernidad un orden cívico estable. Pese a las interesadas quejas de los escépticos liberales, basta una ética de la verdad para luchar desde el interior del hombre contra la inmoralidad, el pecado y la delincuencia. Todo acto delictivo, pecaminoso e inmoral implica siempre la necesidad del hecho de tener que mentir. Por tanto, al institucionalizar la prohibición de la mendacidad, sólo se cometerán delitos y actos inmorales o pecaminosos vulnerando principios éticos objetivos, algo que en el clima relativista ético actual no puede ya afirmarse, siendo así que el control de la transgresión ha devenido meramente legal y ajeno a la conciencia del sujeto. Esta circunstancia actual conlleva a su vez un endurecimiento creciente y cada vez más peligroso del sistema penal (externo), fruto de la propia descomposición moral (interna) característica de la sociedad de consumo liberal.
X.-El sistema liberal ha sustituido el convencimiento racional por la manipulación más descarada de las masas a través de la “cultura” (=cine, literatura, etc.), la pseudo educación del mínimo esfuerzo y los manipuladores medios de comunicación, todo ello en beneficio de las oligarquías socio-económicas que controlan así fraudulentamente el espacio público de la política. Esta situación de crisis permanente (moral, política, económica, ecológica, etc.) es la consecuencia de la voluntad oligárquica de generar una sociedad de meros productores, contribuyentes y consumidores, no de personas y de ciudadanos. El motivo es la falta de fundamento del propio sistema político, que no puede sostenerse en función del libre ejercicio de la razón por parte de la mayoría de sus miembros, sino sólo compulsivamente sumergiéndose en la carrera del “crecimiento” consumista constante y en el consiguiente saqueo de los recursos naturales. El sistema compra a la gente con mercancías al mismo tiempo que la idiotiza y animaliza a marchas forzadas, en una regresión primitivista sin precedentes que se observa sobre todo en los grandes centros urbanos.
XI.-El sistema liberal puede comprar y manipular a la ciudadanía, pero renuncia a convencerla con razones; por este motivo lo pudre todo sin excepción y quiere al corrupto como el único tipo humano fiable para las instituciones públicas, rehuyendo a los políticos honestos como peligrosos apestados. El perfil antropológico que predomina en este contexto es el de un ser que no responde a pautas de veracidad y objetividad, sino sólo de negocio y adoctrinamiento propagandístico (marketing).
XII.-Por lo mismo, el sistema liberal debe reprimir violentamente lo que él llama “fascismo”, porque considera que los súbditos de las oligarquías, educados como volubles objetos de consignas e imágenes de publicidad comercial, podrían ser manipulados también muy fácilmente por instancias de poder contrarias a las hoy vigentes. Las criminalización mediática, penal y policial de las alternativas axiológicas al poder actual es la lógica consecuencia de esta coyuntura de adocenamiento generada por el propio dispositivo sistémico.
XIII.-La única verdad absoluta es la muerte, aunque la mayoría de los “espectadores”, ”contribuyentes”, ”productores”, ”consumidores” no quiera reconocer esta evidencia ni sea incluso capaz de soportarla, porque es “desagradable” y prefiera sentirse “feliz” ante un programa de telebasura, prolongando esa “felicidad” en la idea de una vida en el más allá, paraíso celeste, “reino de Dios” o utopía social, ya sea por la vía químico-estupefaciente, religiosa o ideológico-política. Se trata de típicas fantasías de seres indignos de llamarse hombres, pero ésta es la sociedad que ha fomentado el liberalismo como secularización del judeocristianismo (=pacto comercial con Dios). La humanidad no ha alcanzado la mayoría de edad filosófica y se aferra por este motivo a las promesas de psicofantes mercantiles, políticos o religiosos. Nuestra tarea es consumar el proceso histórico de racionalización emprendido por los griegos. A esta realidad inherente a la ciencia ya intuida pero temida y odiada se la llama “fascismo”.
XIV.-Nosotros preferimos la denominación de “mortales” por oposición a “humanes”. Los humanes son una especie biológica cualquiera, como un virus (en este momento la infección “humana” arrasa ya toda la tierra como una verdadera plaga). El potencialismo propone un salto cualitativo que entraña la transformación de los humanes en mortales. Se trata de una transmutación espiritual que apela a la decisión libre y heroica de llevar la razón hasta sus últimas consecuencias existenciales, éticas, sociales y políticas. Nietzsche hablaba del Übermensch (ultrahombre), Heidegger del Sein-zum-Tode(ser-para-la-muerte).
XV.-Hay que educar a la sociedad en el valor de la verdad y prepararla para una vida cívica, privada, familiar y profesional sin muletas religiosas, sectarias o consumistas, asumiendo el carácter trágico de la existencia y fomentando las actitudes valientes, generosas, solidarias, honorables y veraces. La verdad no siempre nos favorece, pero hay que admitirla y respetarla tanto si nos “gusta” como si no. Quien miente es una paria moral y debe ser tratado como tal (pérdida de estatus cívico). La verdad es el único “dios” que podemos aceptar en una Europa devastada por los traficantes de paraísos. La verdad nos vacuna contra una nueva estafa histórica.  
XVI.-De este contexto institucional y moral debe brotar un tipo humano novedoso. Democracia y liberalismo son conceptos opuestos e incompatibles. La “democracia” liberal (=oligarquía económica) es un fraude. Hacemos nuestra la defensa de la democracia y la libertad de opciones políticas, pero dentro del marco axiológico y ético potencialista. Exactamente tal como ejercen el poder los liberales sobre un fondo incontestado e incontestable de valores hedonistas que genera empero la corrupción, la violencia y la incompetencia: los “partidos” (=intereses individuales o de grupo, léase: de parte) pueden reivindicar aquello que “deseen” siempre que representen su papel en el contexto constitucional que impone los valores individualistas, relativistas y materialistas de la sociedad de consumo y del mercado mundial. Erradicar esta situación no supone negar la democracia, sino fundarla sobre sus auténticos pilares griegos: la verdad como principio político.
XVII.-Aprobaremos nuestra propia constitución nacional-revolucionaria y las organizaciones inconstitucionales -que no admitan el valor verdad en cuanto principio fundamental de toda actuación pública- serán ilegales como actualmente lo son las llamadas “fascistas”. Dentro de dicho marco axiológico, cada cual podrá argumentar las opciones políticas que considere oportunas, siempre que no contravengan la legalidad democrática. La figura actual del partido, pieza maestra del putrefacto sistema oligárquico vigente, será suprimida y en su lugar se instituirán asambleas políticas libres.
XVIII.-Rechazamos los sistemas dictatoriales. La verdad no se impone por la fuerza, sino mediante razones frente a la asamblea. Una convicción resultado de la coacción no es una verdad ética, sino el fruto envenenado del temor, o sea, del lavado de cerebro y del adoctrinamiento sectario; o del interés, que es la otra cara de las “convicciones” actuales en el mundo burgués. La opción potencialista comporta, por consiguiente, el rechazo del principio caudillista que caracterizó los regímenes fascistas y que constituye un hecho accidental de época compartido con otras corrientes políticas, pero no una exigencia vinculada esencialmente a los valores nacional-revolucionarios.
XIX.-El consenso no es garantía de verdad, aunque sí uno de sus requisitos. En consecuencia, el proyecto potencialista no se impondrá nunca por la fuerza, sino sólo después de haber alcanzado el grado suficiente de acuerdo, de manera pacífica y argumentada. Ahora bien, la sociedad tiene derecho a enseñar a los niños lo que es el sentido ético de “decir la verdad” igual que les enseña el idioma, sin esperar a que estén de acuerdo. Los padres no pueden inculcar a sus hijos que 2.2=10 aunque sean sus progenitores y custodios legales. El menor no es propiedad de nadie. El límite educativo del magisterio paterno es el respeto a unos valores morales objetivos. El principio de no contradicción no se razona, no hay forma de fundamentarlo porque todo razonamiento entraña y supone ese mismo principio.
XX.-La fundamentación de la exigencia de veracidad es existencial, no lógica, y se acredita mediante métodos filosóficos.
XXI.-El fascismo histórico cometió tremendos errores, producto de su rápida derechización, y resulta ya irrecuperable. Pero los adversarios del fascismo no lo condenan tanto por sus crímenes (porque entonces condenarían también los crímenes mucho más graves del comunismo, del liberalismo y del sionismo) cuanto por la dimensión espiritual de un proyecto que supone el nacimiento de un nuevo tipo humano incompatible con el actual. El antifascismo aparece antes de cualesquiera actuaciones violentas de los militantes, estados u organizaciones fascistas como respuesta a las de sus adversarios liberales y comunistas. El potencialismo fomentará una revisión de nuestra conciencia histórica y el fin de las manipulaciones propagandísticas sobre la comprensión del pasado reciente de Europa.
XXII.-El enemigo político del potencialismo es la extrema derecha judía a escala mundial. El potencialismo se define táctica y estratégicamente como proyecto de izquierda nacional de los trabajadores.
XXIII.-El consumo de drogas en cuanto huída de la verdad es la consecuencia lógica de los valores hedonistas imperantes en nuestra sociedad. Todos toman drogas y los políticos liberales son los primeros en disfrutar del vicio. La inercia axiológica de esta sociedad conduce a la autodestrucción, de manera que el estado liberal, ejerciendo paternalmente de represor pero sin argumentos, debe prohibir el tráfico dichas sustancias mientras, al mismo tiempo, atiza la ética del placer y permite el consumo privado de las mismas. La mayoría de los reclusos en las prisiones han sido encarcelados por traficar con drogas. La droga es la verdad interna de la sociedad liberal hedonista. No podemos sustituir la droga química por la religiosa, siendo asi que fueron los siglos de judeocristianismo los que condujeron a la institucionalización de una transgresión “felicitaria” propia de mentirosos repugnantes e indignos de llamarse “hombres” (término ya desacreditado que les cedemos de buen grado a los “humanistas”, declarándonos consecuentemente anti-humanistas).
XXIV.-Es necesario erradicar sin compasión la fuente del mal, que tiene carácter axiológico y corroe a la juventud europea, comprometiendo el futuro de nuestra sociedad. El comunismo marxista y el liberalismo capitalista representan la secularización de los valores hedonistas judeocristianos. Uno y otro campo doctrinal, secular y religioso, deben ser extirpados del solar histórico europeo. Hay que imponer la verdad, pero no porque de lo contrario perezcamos, sino en defensa de la verdad misma y de nuestra dignidad como existentes (Dasein).
XV.-Todos los mortales son iguales y depositarios de idéntica dignidad, deberes y derechos. Condenamos el racismo. La verdad es la misma para cualesquiera entes finitos dotados de razón, sean humanos o extraterrestres, y capaces de experimentar la muerte de forma consciente.
XVI.-El potencialismo es la esencia del fascismo, que parte de una previa crítica de la razón cartesiana e intelectualista y arraiga la racionalidad en la profundidad de la existencia humana en cuanto experiencia trágica de la finitud. Como autoconciencia del fascismo, el potencialismo supone la culminación teórica y práctica de tales fenómenos y la superación real de todos los fascismos históricos.
XVII.-La verdad es en principio la capacidad de razonar y no un contenido doctrinal concreto. No reivindicamos doctrina alguna como sustancia del poder político (lo que nos retrotraería a las luchas religiosas de la época preliberal), sino la exigencia moral de asumir la verdad en cuanto tal. La Entidad Potencialista es puramente formal en su discurso y en este sentido recoge lo mejor del liberalismo –la libertad ciudadana- sin incurrir en su deleznable relativismo.
XXVIII.-Como revolucionarios de izquierdas, hacemos nuestra la tradición socialista, a saber, la exigencia de igualdad (=isonomía) y el efectivo amparo social del educando, sin caer tampoco en este caso en los sangrientos y devastadores errores axiológicos marxistas (colectivismo estatal totalitario). Aceptamos la propiedad privada a escala familiar y la pequeña empresa. En el momento en que una empresa deba recurrir a un consejo de administración, será propiedad colectiva de sus trabajadores y accionistas al 50%, de manera que se fomentará la participación de los empleados en la formación del capital para favorecer la socialización económica frente a la mera estatalización. Las empresas de interés público serán nacionalizadas y sus gestores o propietarios se incorporarán a la función pública como expertos en la materia económica de su dominio.
XXIX.-De la pura capacidad de razonar se deriva la verdad de la muerte de forma natural y sin adoctrinamiento. La verdad de la muerte no es una verdad de contenido, sino el sentido necesario de la idea misma de verdad recodificado en el plano existencial. La finitud no es un ente (semantema doctrinal) sino la determinación el ser de todo ente. Basta razonar con rigor espiritual -y no sólo lógico- para que la idea de un ente omnipotente quede refutada y, a partir de ahí, todo lo demás se dé por añadidura. Se trata de un proceso de autoconscienciación inexorable que cada uno puede conducir por sí mismo de manera autónoma y apoyado en su propia experiencia de los hechos de la razón.
XXX.-La muerte es la condición de posibilidad del sacrificio (que supone un ser finito) y por ende del heroísmo de la verdad que reivindicamos como eje de la existencia colectiva. En este sentido, lo heroico de la verdad está presente en toda forma de actuación ética. El Ser mienta el mencionado fundamento existencial de la Razón que hace posible el advenimiento de los mortales. Es ésta una razón experimentada, no una mera teoría y, por tanto, se desprende de la posibilidad misma de la racionalidad en cuanto intelecto y lógica formal. Estamos ante la decisión ética de aceptar el principio de la verdad o rechazarlo.
XXXI.-La hegemonía de la sociedad potencialista no se desplegará en el terreno militar, subyugando a otras sociedades, sino que se asentará en su propia productividad científico-tecnológica, organizativa, ética y cultural, como ejemplo moral para un mundo liberal cada vez más sumergido en el caos capitalista y en una nueva edad media de feudos empresariales multinacionales. La entidad es el alma de lo político, opuesta al maquiavelismo y, por ende, la sustancia del imperio en el sentido romano de la palabra.
XXXII.-La destrucción de la organización criminal denominada “Estado de Israel”, epicentro de la mentira, es uno de los objetivos de la Entidad Política Nacional-Revolucionaria Europea. Para ello se llegará a los acuerdos oportunos con los estados árabes y se los apoyará contra Tel Aviv a cambio de la repatriacíón masiva de los fieles islámicos. La Europa NR respetará las creencias de otras naciones y sociedades, excepto en el caso del sionismo y de Israel. Pero el antisemitismo, que alimenta el proyecto sionista, es decir, la extrema derecha judía racista y supremacista, será prohibido por ley. También toda otra forma de racismo, como el propio sionismo. En una hipotética República de Canaán (verdadero nombre del país) judíos y árabes serían ciudadanos de la misma categoría como miembros un estado “laico”. Sobre esa base extenderemos pacíficamente los valores éticos de la Entidad Política en Oriente Medio y el Mediterráneo, pero también en América y Asia, dando prioridad en este proceso pedagógico a las sociedades de cuño occidental.
XXXIII.-La negación de la religión no supone la de lo sagrado. La dimensión de lo sagrado, ligada al plano estético y ético de la existencia, es irrenunciable. Las religiones monoteístas representan no obstante una perversión de la faceta sacral del hombre y lo apartarían de la barbarie sólo para encadenarlo eternamente a la miseria moral de un pacto comercial con Dios “a cambio” de la “salvación del alma”. Este pacto entraña la institucionalización de un código mercantil en el corazón mismo del humano proyecto existencial y prepara la hegemonía mundial de la actual sociedad liberal en tanto que secularización y mundialización de la añeja creencia hebrea. 
XXXIV.-La Europa NR aceptará las creencias religiosas, pero sólo en el ámbito individual y privado. Las asociaciones religiosas, iglesias y sectas organizadas políticamente o con pretensiones políticas serán ilegalizadas porque representan proyectos encubiertos de imposición social de la fe que, por definición, carece de razones y debe manipularla mente de las personas para captar adeptos. Se vinculará el sentido de lo sagrado a la verdad y a una liturgia cívica de la comunidad nacional-revolucionaria semejante a la del paganismo romano. Ésta tendrá un carácter formal de afirmación colectiva de los valores sociales, pero no podrá entrar a dirimir la vida íntima de las personas (comida, sexualidad, hábitos), la cual quedará al arbitrio de la autonomía ética individual y familiar dentro de los límites legales. El lugar legítimo de las religiones quedará reservado a dicho espacio institucional.
XXXV.-El potencialismo representa la exigencia de verdad objetivada en una institución depositaria de la autoridad pero ayuna de todo poder. Nuestro proyecto supone así la supresión del Estado (instrumento burgués erigido para “administrar” la “sociedad civil”) en su forma actual y el surgimiento de una Entidad Política (EnsPo) basada en la distinción radical entre autoridad y poder. La sagrada y soberana Entidad mienta la dimensión sacral subjetiva y vivencial de la hegemonía espiritual de la verdad por encima del poder y su institucionalizada capacidad negativa de interdicción de los poderes públicos cuando incurran en flagrante vulneración de los principios fundacionales de la comunidad nacional.
Jaume Farrerons
28 de diciembre de 2010
Este texto es un esquema de 35 puntos que intenta hacer comprensibles ciertas cuestiones filosóficas intrincadas y su relación con la política. No estamos ante un programa de partido, sino un documento doctrinal orientativo pensado de cara a las organizaciones de izquierda nacional. La mayor parte del material procede de ENSPO (1984).  Publicado en la Comunidad de Diálogo 13 de Febrero el 19 de abril de 2009. Revisado en el blog IZQUIERDA NACIONAL el 13 de abril de 2010. Revisado en este blog el 28 de diciembre de 2010.
COMENTARIOS:
Anónimo dijo…
A modo de critica, considero contraproducente hacer coincidir a Nietzsche con la ideología NR. ¿Por qué?, Dado a que mucho de lo dicho por él difiere radicalmente con nosotros, por ejemplo cuando dice: “La democratización de Europa es un eslabón en la cadena de aquellas tremendas medidas profilácticas que son la idea de la nueva época y con las que nos destacamos de la Edad Media ¡Ha llegado por fin la era de las construcciones ciclópeas¡
¡Podemos por fin sentar los cimientos firmes y seguros para que todo el porvenir construya sobre ellos sin peligro! En lo sucesivo será ya imposible que los fértiles campos de la cultura se vean inundados y arrasados de la noche a la mañana”
Tal cual toda una afirmación que jamás sería sostenida en ese sentido por un NR. Cuando Nietzsche “descubre” la “naturaleza” del Planta-Hombre un instinto de vivir en lo que llama Voluntad, contradice de facto el concepto NR de voluntad, insertando al hombre a una Ley Natural, afirmación similar a Marxistas o Nazis. O peor su inclinación al relativismo al hacer de la Verdad algo variable.

Anónimo dijo…
A modo de critica, considero contraproducente hacer coincidir a Nietzsche con la ideología NR. ¿Por qué?, Dado a que mucho de lo dicho por él difiere radicalmente con nosotros, por ejemplo cuando dice: “La democratización de Europa es un eslabón en la cadena de aquellas tremendas medidas profilácticas que son la idea de la nueva época y con las que nos destacamos de la Edad Media ¡Ha llegado por fin la era de las construcciones ciclópeas¡
¡Podemos por fin sentar los cimientos firmes y seguros para que todo el porvenir construya sobre ellos sin peligro! En lo sucesivo será ya imposible que los fértiles campos de la cultura se vean inundados y arrasados de la noche a la mañana”
Tal cual toda una afirmación que jamás sería sostenida en ese sentido por un NR. Cuando Nietzsche “descubre” la “naturaleza” del Planta-Hombre un instinto de vivir en lo que llama Voluntad, contradice de facto el concepto NR de voluntad, insertando al hombre a una Ley Natural, afirmación similar a Marxistas o Nazis. O peor su inclinación al relativismo al hacer de la Verdad algo variable.

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