domingo, 15 de mayo de 2011

“nuestros crímenes”…nunca pueden ser crímenes

“nuestros crímenes”…nunca pueden ser crímenes
 By Jrania


Someramente, este titular de arriba pretende argumentar que en el caso de guerra total, guerra de civilizciones y en los conflictos entre naciones que luchan por su supervivencia, lo que la propaganda de los vencedores llama “crímenes” son siempre los del enemigo vencido…nunca los cometodos por los vencedores. Inversamente, los herederos políticos, culturales, biológicos o religiosos de las naciones derrotadas y semidestruidas no puden considerar crimen los actos de guerra o la política tendente a la defensa propia y a su lucha por sobrevivir.
En relación con esta “filosofía moral” me parece interesante reproducir,( con algunas “correcciones” marcadas con subrayados ó entre cochetes, es decir, entre [-…])  ,  casi íntegramente, dos artículos publicados en su blog por Jaume Farrerons:
lunes, abril 04, 2011
 
Una de nuestras tesis es que, en el llamadoholocausto judío, dejando por un momento a un lado cuáles fueron las dimensiones y características del hecho, fue perpetrado por “fascistas” cristianos en tanto que cristianos, no en tanto que “fascistas”. El motivo es doble: 1/ el fascismo surge en el seno del socialismo marxista como una reflexión moral y política sobre la validez de las “ideas modernas” basada en la filosofía de Nietzsche, y aunque en Nietzsche se detecta una crítica del judaísmo como prolegómeno a la crítica del cristianismo, el rechazo de este filósofo hacia el antisemitismo(un fenómeno cristiano) es claro, inequívoco y fundamental; 2/ en Italia, en los orígenes políticos del fascismo la presencia de judíos es esencial e inseparable del hecho de que el nacionalismo italiano se había construido en lucha permanente contra el dominio del Vaticano, que era el que mantenía a los judíos cautivos en el ghetto. Entre los primeros fascistas había así un contingente enorme y significativo de hebreos que veían en el fascismo fundacional, en tanto que nacionalista, revolucionario y nietzscheano a la vez, el camino de su liberación como ciudadanos. Sólo la derechización del fenómeno fascista, que servirá de modelo al “fascismo” alemán, más tardío y, a una con ello, la importancia y el peso creciente de los antisemitas cristianos (en Alemania no sólo católicos, sino principalmente evangélicos), desembocará en el llamado holocausto judío, el cual no se habría producido de mantenerse el “fascismo” fiel a sus raíces filosóficas (Nietzsche).
Ya hemos hecho referencia en otro post a la importancia del antisemitismo en el protestantismo luterano, pero conviene refrescar ahora un poco la memoria sobre las persecuciones y exterminios antisemitas exonerados a lo largo de la Edad Media por la Iglesia Romana católica . Véase, a propósito de este tema, el resumen de
Gustavo D. Perednik, basado en el libro de Jules Isaac Las raíces cristianas del antisemitismo(1956): (…/…).
Ni qué decir tiene que no acepto la versión idealizada que Perednik da de los judíos. Ya hemos explicado en nuestra bitácora parte de los motivos y seguiremos ampliando nuestra información en este sentido.
Volviendo al hilo, aunque no podemos encontrar una “orden” de la Iglesia católica mandando asesinar a los judíos, tampoco existe esa orden en el caso del nazismo. Lo cierto es que la Iglesia católica adoptó durísimas medidas contra los judíos, como las siguientes:
1/ Prohibición de matrimonios mixtos y relaciones sexuales entre cristianos y judíos, Sínodo de Elvira, año 306.
2/ Prohibición de que cristianos y judíos coman juntos, Sínodo de Elvira, año 306.
3/ No se permite a los judíos ocupar cargos públicos, Sínodo de Clermont, año 535.
4/ No se permite a los judíos emplear sirvientes ni poseer esclavos cristianos, Tercer Sínodo de Orleans, año 538.
5/ No se permite a los judíos mostrarse en público durante Semana Santa, Tercer Sínodo de Orleans, año 538.
6/ Quema del Talmud y otros libros, 12º Sínodo de Toledo, año 681.
7/ Se prohíbe a los cristianos acudir a médicos judíos. Sínodo Trullano, año 692.
8/ Se prohíbe a los cristianos convivir con los judíos en casa de éstos. Sínodo de Narbona, año 1050.
9/ Se obliga a los judíos a pagar impuestos para sostener a la Iglesia en la misma medida que los cristianos. Sínodo de Gerona, año 1078.
10/ Prohibición de trabajar en domingo. Sínodo de Szaboles, año 1092.
11/ Se prohíbe a los judíos demandar o testificar contra los cristianos en los tribunales. Tercer Concilio de Letrán, año 1179, Canon 26.
12/ Se prohíbe a los judíos desheredar a descendientes que hubiesen adoptado el cristianismo. Tercer Concilio de Letrán, año 1179, Canon 26.
13/ Mercado de ropas judías con insignia. Cuarto Concilio de Letrán, año 1215, Canon 68 (copiado de la legislación del califa Omar II, que había decretado en el siglo VII que los cristianos llevasen cinturones azules y los judíos amarillos).
14/ Se prohibe la construcción de nuevas sinagogas. Concilio de Oxford, año 1222.
15/ Se prohibe a los cristianos asistir a ceremonias judías. Sínodo de Viena, año 1267.
16/ Se prohibe a los judíos discutir con simples cristianos sobre los principios de la religión católica. Sínodo de Viena, año 1267.
17/ Establecimiento de guetos obligatorios. Sínodo de Breslau, año 1267.
18/ Se prohíbe que los cristianos vendan o alquilen bienes inmuebles a los judíos. Sínodo de Ofen, año 1279.
19/ Se define como herejía la adopción de la religión judía por un cristiano o la vuelta de un judío bautizado a la religión judía. Sínodo de Maguncia, año 1310.
20/ Prohibida la venta o transmisión de artículos eclesiásticos a los judíos. Sínodo de Lavour, año 1368.
21/ Se prohíbe a los judíos actuar como agentes en la firma de contratos, especialmente contratos de matrimonio, entre cristianos. Concilio de Basilea, año 1434, sessio XIX.
22/ Se prohíbe a los judíos obtener títulos académicos. Concilio de Basilea, año 1434, sessio XIX.
XIX.
(Fuente: Raúl Hilberg, La destrucción de los judíos europeos, Madrid, Akal, 2005, pp. 28-30).
 
Todas las medidas adoptadas por el gobierno alemán durante el nacionalsocialismo entre los años 1933 y 1941 no son más que una restauración de la tradición católica europea de discriminación legal de los judíos. Y hay que decir que si dichas medidas se habían abolido en algún momento en Europa no fue a iniciativa de la Iglesia, sino como resultado de las revoluciones liberales. (…/…).
Después de la primera fase de medidas discriminatorias, los nazis, siguiendo también el modelo tradicional europeo, se proponían expulsar a los judíos, no exterminarlos, como hemos argumentado en otro post. La historia de las deportaciones de hebreos es larga y no comienza precisamente en Alemania.
Francia (1182). Expulsión y confiscación de bienes ordenadas por el rey Felipe Augusto de Francia
Inglaterra (1290). Ordenada por Eduardo I de Inglaterra, primera gran expulsión de la Edad Media.
Francia (1306, 1321/ 1322 y 1394). Felipe IV de Francia ordenó la primera.
Austria (1421). La expulsión se produjo tras la persecución (270 judíos quemados), confiscación de bienes y conversión forzosa de los niños.
Castilla y Corona de Aragón (1492). Ordenada por los Reyes Católicos. En España en 1492 expulsión de los judíos de España. La medida fue acogida en Europa como un signo de modernidad, e incluso hay una felicitación de la Universidad de la Sorbona. Sicilia (1493). Ordenada por Fernando II de Aragón.
Lituania (1495).
Portugal (1496/1497). Ordenada por el rey Manuel de Portugal, bajo presión de la corona española.
Brandenburgo (1510). Baviera (1554).
Túnez (1535).
Reino de Nápoles (1541). Génova (1550 y 1567). Estados Pontificios (1569/1593). El Papa Pío V los expulsa de los Estados Pontificios, exceptuando los residentes en las ciudades de Roma y Ancona: «Hebraeorum Gens», 26-11-1569.
Los fundamentos teológicos de la discriminación, persecución y deportación de los judíos se encuentran en los Evangelios y han sido ampliamente argumentados por la patrística (Tertuliano, Juan Crisóstomo, Agustín de Hipona, Melitón de Sardes). Se puede acreditar toda una literatura cristiana, un género literario cabría decir, denominado Aversus Judaeous (contra los judíos), que ha educado a Europa en el antisemitismo y ha generado el exterminio sin esperar a los “malvados nazis”. Los papas, en sus bulas, otorgaron estatus canónico a estas reflexiones doctrinales cuyas raíces apuntan nada menos que al Evangelio de San Juan, como ya tuvimos ocasión de comprobar en otro post de esta serie.
Etsi non displiceat
(1205, Inocencio III) requiere del rey terminar con las “maldades” de los judíos;In generali concilio (1218, Honorio III) exige que los judíos usen ropa especial; Si vera sunt (1239) resultó en la frecuente quema de libros sagrados judíos; Vineam soreth (1278, Nicolás III) establecía la selección de hombres capacitados para predicar el cristianismo a los judíos; Sancta mater ecclesia (1584, Gregorio XIII) exigía a los judíos de Roma enviar cada sábado cien hombres y cincuenta mujeres para escuchar sermones conversionistas en la iglesia; Cum nimis absurdum (1555, Pablo IV) limitaba las actividades de los judíos y prohibía su contacto con los cristianos; Hebraeorum gens (1569, Pío) acusaba a los judíos de magia y otros males, y ordenaba su expulsión de casi todos los territorios papales; Vices eius nos (1577, Gregorio XIII) demandaba que los judíos de Roma y otros estados papales que enviaran enviar delegaciones a la iglesia (op. cit., Perednik, G.).
Los pógromos, aunque no fueran decretados por las autoridades, eran la consecuencia lógica e inevitable de la doctrina cristiana sobre los judíos. Las diferencias en la magnitud numérica de la victimización se compensan si ponderamos el hecho de que la población judía y europea en general era mucho menor en la Edad Media que en la modernidad. Ahora bien, los porcentajes son los mismos que las del supuesto holocausto (versión oficial), siendo así que después de los genocidios que acompañan a las primeras cruzadas, 1/3 de la población hebrea ha sido exterminada. Y sin atenuantes, todo a cuenta de la locura sagrada, del anatema judío vuelto del revés. En el caso de la Alemania nazi, nos encontramos con un país sumergido en una guerra total, bajo amenaza de un plan de exterminio hecho público por Theodore N. Kaufman, puesto en práctica a partir del año 1941 y consumado en 1945 (plan Morgenthau). El proyecto nacionalsocialista inicial de expulsión (Conferencia de Wansee) se convierte así, bajo los bombardeos crematorios ingleses, en un pogrom que no necesita de las órdenes estatales para desencadenarse. Se mata a los judíos en los campos de la misma manera que se los acuchillaba en la Edad Media. (…/…).
Jaume Farrerons,  lunes, abril 04, 2011
 martes, marzo 08, 2011
Anotaciones preliminares sobre las causas del holocausto (7)
Continuamos con las anotaciones sobre los factores que pudieron desencadenar el [ mal llamado] “holocausto”. En este momento, y siguiendo el post anterior de la serie, nos interesa aclarar si el judaísmo es o no “racista”. El testimonio de Israel Shahak resulta aquí decisivo,
y ya sabemos ahora cuál es. En su obra sobre Sionismo y fascismo, de la que ya nos ocuparemos extensamente en su momento, el también hebreo y trotskysta Leni Brenner reconoce las semejanzas doctrinales y hasta los acuerdos políticos entre el sionismo y el nacional-socialismo, pero atribuye tales coincidencias a una nefasta influencia de los nazis sobre los nacionalistas judíos. Los hechos demuestran, empero, lo contrario. El racismo biológico se cuece en el seno del propio judaísmo antes de pasar al sionismo, y es éste el que lo transmite, invertido, al “antisemitismo” y, finalmente, al nacional-socialismo, ya sea directamente, ya a través de los filosofemas “racistas” inscritos en la propia herencia religiosa hebrea clásica. Nada menos que Julius Streicher, quizá el más famoso “antisemita” de la historia, reconocerá en el juicio de Nüremberg que los nazis se limitaron a hacer suya la doctrina del pueblo elegido, invirtiendo su sentido:
Durante el proceso contra los “criminales de guerra” de Nüremberg, en el curso del interrogatorio del teórico de la raza Julius Streicher, le formularon la siguiente pregunta: En 1935 en el Congreso del Partido en Nüremberg fueron promulgadas las leyes raciales. Durante la preparación de este proyecto de ley ¿fue llamado a consultas y participó de alguna manera en la elaboración de estas leyes?
Acusado Streicher: Sí, creo haber participado en el sentido de que, desde hacía años, venía escribiendo que sería necesario impedir en el futuro toda mezcla de sangre alemana y de sangre judía. Escribí artículosen este sentido y siempre repetí que debíamos tomar a la raza judía o al pueblo judío como modelo. He repetido siempre en mis artículos que los judíos debían ser considerados una modelo para las otras razas, pues ellos se dieron una ley racial, la ley de Moisés que dice: Si vais a un país extranjero, no debéis tomar mujeres extranjeras. Y esto, señores, es de una importancia extraordinaria para juzgar las leyes de Nüremberg. Fueron estas leyes judías las que se tomaron como modelo. Cuando siglos más tarde el legislador judío Esdras constata que, a pesar de ello, muchos judíos se habían casado con mujeres no judías, estas uniones fueron desechas. Este fue el origen de la judería que, gracias a sus leyes raciales, ha subsistido durante siglos, mientras que las demás razas, y todas las otras civilizaciones, han sido aniquiladas (Tribunal Militar Internacional, Tomo XII, 321, 26 de abril de 1946; Garaudy, R. Los mitos fundacionales del Estado de Israel, Barcelona, Historia XXI, 1997, p. 33, trad. José Luis Jérez Riesco).
La propia Hannah Arendt, filósofa judía y sionista, reconoce en parte el escándalo, que parece quedar reducido a una simple “paradoja” de la acusación de Nüremberg:
[Hannah Arendt, filósofa judía y sionista,
amante de Heidegger en su juventud ] FOTOGRAFíA
Al igual que todos los ciudadanos de Israel, el fiscal Hausner estaba convencido de que tan sólo un tribunal judío podía hacer justicia a los judíos, y de que a éstos competía juzgar a sus enemigos. De ahí que en Israel hubiera general aversión hacia la idea de que un tribunal internacional acusara a Eichmann, no de haber cometido crímenes “contra el pueblo judío”, sino crímenes contra la humanidad, perpetrados en el cuerpo del pueblo judío. Esto explica aquella frase injustificada, “nosotros no hacemos distinciones basadas en criterios étnicos”, que pronunciada en Israel no parece tan injustificada, ya que el derecho rabínico regula el estado y condición de los ciudadanos judíos, de modo que ninguno de ellos puede contraer matrimonio con persona no judía, y sin bien los matrimonios celebrados en el extranjero son legalmente reconocidos, los hijos nacidos de matrimonios mixtos tienen la consideración de hijos naturales (es de señalar que los hijos de padres judíos que no están unidos en matrimonio tienen la consideración legal de hijos legítimos), y aquella persona cuya madre no sea judía no puede contraer matrimonio con un judío, ni tampoco recibir sepultura con las formalidades usuales en Israel (Arendt, Hannah, Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal, Barcelona, Lumen, 1967, pp. 18-19).
Prosigue Arendt:
Esta situación jurídica ha quedado más de relieve a partir de 1953, año en que una importante parte de las relaciones del Derecho de Familia pasó a la jurisdicción de los tribunales civiles, es decir, no religiosos. Ahora, por ejemplo, las mujeres tienen derecho a heredar y, en términos generales, su status legal es igual al del hombre. Por eso difícilmente puede atribuirse a respeto hacia la fe o el poder de una fanática minoría religiosa, la actitud del gobierno de Israel al abstenerse de transferir a la jurisdicción civil materias tales como el matrimonio y el divorcio, que ahora están reguladas por la ley rabínica. Los ciudadanos de Israel, tanto los que albergan convicciones religiosas como los que no, parecen estar de acuerdo en la conveniencia de que exista una prohibición de los matrimonios mixtos, y a esta razón se debe principalmente -como no tuvieron empacho alguno en reconocer diversos funcionarios israelitas, fuera de la sala de audiencia- que también estén de acuerdo en que no es aconsejable que se dicten disposiciones legales al respecto, por cuanto en ellas sería necesario hacer constar explícitamente, en palabras de claro significado, una norma de conducta que la opinión mundial seguramente no comprendería
(op. cit., pp. 19-20).
Esta es una forma suave, e hipócrita, de decir que los judíos estaban engañando a todo el mundo, es decir, que estaban juzgando a los nazis por una práctica racista de segregación que ellos mismos reconocían como legal. Nosotros nos limitamos a añadir que fueron los nazis quienes la “copiaron” de los judíos y no a la inversa como, según veremos, pretende Leni Brenner.
Concluye Arendt:
A este respecto, Phillip Gillon escribió recientemente en “Jewish Frontier”: “Las razones que se oponen a la celebración de matrimonios civiles radica en que éstos serían causa de divisiones en el pueblo de Israel, y también separarían a los judíos de este país de los judíos de la Diáspora”. Sean cuales fueren los fundamentos de lo anterior, lo cierto es que la ingenuidad con que la acusación pública denunció las infamantes leyes de Nüremberg, dictadas en 1935, prohibiendo los matrimonios e incluso las relaciones sexuales extramatrimoniales entre judíos y alemanes, causó al público una impresión de desagradable sorpresa. Los corresponsales de prensa mejor informados se dieron perfecta cuenta de la paradoja que las palabras del fiscal entrañaban, pero no la hicieron constar en sus artículos. Sin duda, no creían que aquél fuera el momento oportuno para criticar las leyes e instituciones de los judíos de Israel (Arendt, H., op. cit., p. 20).
Los motivos de la autocensura de los periodistas seguramente no fueron tan honestos como Arendt pretende, hechos posteriores lo han demostrado hasta la saciedad. Pero lo importante aquí es que la comunidad internacional fue engañada por un fariseísmo criminal, pues no sólo se estaba abominando de una doctrina racista que los nazis habían aprendido de sus víctimas, sino que, por otro lado, como argumentaremos en su momento, juzgábanse unos crímenes, a saber, los exterminios étnicos, cuyos antecedentes y legitimación también suponían una simple inversión, realizada en el seno del cristianismoen perjuicio de los judíos, de aquéllo que éstos habían considerado legítimo a lo largo de siglos cuando era aplicado a los gentiles. Así, las leyes de Nüremberg subvertían el racismo familiar de la ley rabínica, pero el [mal llamado] holocausto subvertía el genocidio sagrado o anatema instituido por la Torah.
Habitualmente, se acostumbra a utilizar esta información en perjuicio de los judíos. Pero no hay que olvidar lo siguiente: si se rechaza el racismo judío, entonces hay que rechazar también el racismo de los nazis. Porque la paradoja con que, a la postre, nos topamos, no es sólo que vivimos a la sombra del dominio de la extrema derecha judía y de sus engaños universalistas o humanitarios -perfectas armas de propaganda al servicio de un racismo despiadado-, sino que dichas ideas eran compartidas por los nazis y que, con el triunfo del sionismo, también triunfó, de alguna manera, el propio nazismo.
Jaume Farrerons
8 de marzo de 2011
 Nota de JRANIA: Tras leer los posts anteriores escribí un comentario en el blog Filosofía Crítica, de Jaume Farrerons.  A continuacón copio dicho comentario y la respuesta de Jaume Farrerons:
  Anónimo axel black dijo…
La política de la Iglesia Romana
parece que evoluciona al compás de
“los vientos de la Historia”. En su origen estuvo muy judaizada, después fue helenizada y germanizada. Con el protestantismo, de nuevo pretende dar realce a sus Escrituras Verterotestamentarias, hasta el punto de que hoy, ya consumadas la revolución masónica y filojudia de 1793 y la derrota del III Reich, se habla de Judeocristianismo y de “los hermanos mayores en la Fe”;  incluso hay quien llama a los judios los “Padres de Nuestra Fe”…
Eso significa que los judios han
retomado un papel relevante dentro de la Iglesia que más que Romana habría que llamar judeocatólica.
Paralelamente a ese proceso histórico, si en el orígen, según los Evangelios, los culpables de la mujerte de Jesus fue pueblo judío,… hoy el Papa B16, quizás influido por el síndrme de culpa del pueblo alemán, limita esa culpa sólo a la cúpula dirigente del Judaísmo de hace 2011 años… y no faltan elementos de propaganda antieuropea que tansfiere la responsabilidad de la condena a muerte de Jesucristo a… Roma, es decir…a Nosotros, los paganos, los gentiles o europeos.
En cuanto al post, que considero muy valioso, discrepo sólo de una terminología: llamar “fascismo” al NS y llamar “holocausto” a lo que parece más un pogrom agravado por ocurrir en plena guerra total y beligerancia…pues ya en 1933 “Judea” declaró la “guerra” (¿Sólo económica?) a Alemania…12:21 PM
Blogger Jaume Farrerons dijo…
El NS fue una variante ideológica de un fascismo genérico cuya existencia resulta difícil de negar, aunque sea de definición harto compleja.Por lo que respecta al holocausto, precisamente mi tesis es que se trata de un pogrom y que su interpretación como tal, en todos los aspectos, aclararía muchas cosas.
Pero no interesa al poder, pues se quiere que el holocausto sea algo único y especial y, por otro lado, la exégesis del holocausto como pogrom revelaría la continuidad de la masacre con la tradición cristiana, quitando toda importancia al factor “fascista”, todo ello en perjuicio, claro está, de la Igledia católica y de las confesiones evangélicas que realmente perpetraron el crimen (por mucho que se haya exagerado).
En todo lo demás, estoy muy de acuerdo en lo que dice.
La entrada está sin terminar, me faltan las declaraciones de Streicher declarándose cristiano en Nüremberg y afirmando que el primer antisemita de la historia fue Jesús.
Gracias.
12:38 PM
 
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2 comentarios to ““nuestros crímenes”…nunca pueden ser crímenes”

  1. “nuestros crímenes”…nunca pueden ser crímenes (via jrania es Y R A N I A) « Y R A N I A Says:
    […] La respuesta, insisto, está en Heidegger Someramente, este titular de arriba pretende argumentar que en el caso de guerra total, guerra de civilizciones y en los conflictos entre naciones que luchan por su supervivencia, lo que la propaganda de los vencedores llama "crímenes" son siempre los del enemigo vencido…nunca los cometodos por los vencedores. Inversamente, los herederos políticos, culturales, biológicos o religiosos de las naciones derrotadas y semidestruidas no puden consider … Read More […]
  2. Helga Goebbels Says:
    También opino que el mal llamado Holocaustro es en realidad un pogrom, y que ha sido publicitado por los vencedores como tal para su propio beneficio y con la complicidad del gobierno alemán, y de sus instituciones culturales (Goethe Institut, etc).
    Ahora bien, no coincido con llamar a Jesús antisemita, respetando la visión de Streicher, un hombre brillante.
    Jesús de Nazareth, fustigó a los judíos, y los llamó hipócritas, vívoras, etc…, pero no creo que los odiase…, eso sería aceptar que Jesús actúo contrario a lo que predicaba.
    Si la fe en Cristo ha sobrevivido hasta nuestros días, esto prueba que hay algo que no vemos, pero que que trasciende, y se aloja en el corazón de los hombres de bien.
    Excelentes reflexiones, os felicito.

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