comentario de Miguel Luis Vide 12 febrero 2018
Un punto interesante de los “Protocolos” es el de la contraposición del sistema financiero actualmente favorecido por los alubíos, y que representa el sistema hebreo genuino. Se dice en el Protocolo 20: “El patrón de oro destruyó a aquellos Estados que lo adoptaron, pues no pudo realmente satisfacer la demanda de signos monetarios, especialmente por la razón de que retirábamos tanto oro de la circulación como considerábamos conveniente”. El goyim ingenuo preguntara: “¿Por que podían los alubios tener interés en retirar el oro de la circulación, no pudiendo así extraer beneficios del mismo?” No olvidemos al respecto lo dicho acerca de la diferencia fundamental entre el “productor” y el “recolector”. Para la gente cuya herramienta es el dinero, una crisis económica resulta mucho más lucrativa que una época prolongada de bienestar económico. “Provocamos situaciones criticas en la vida económica, con tal de dinero de la circulación”. Todo el mundo sabe que la desaparición del dinero disponible de la circulación general, produce pánico y consternación. Nosotros, los norteamericanos, fuimos testigos durante quince meses de tal desaparición y de sus consecuencias. La orden respectiva se envió telegráficamente a los financistas para un día determinado, y ese mismo día sobrevino una catástrofe económica en todo el territorio de la Unión. Banqueros honestos intentaban ayudar, en tanto que aquellos otros iniciados extraian pingües ganancias de aquella catástrofe. Se substrajo el dinero a su objetivo legal, siendo dado a los especuladores al 6 por ciento, quienes a su vez volvieron a prestarlo al 30 por ciento. No se le ocurrirá a ninguna persona cuerda querer explicar tales acontecimientos como “leyes naturales”, ni como consecuencia de una practica comercial honesta. En otra parte se burlan los Protocolos de la política financiera de los gobiernos, diciendo: “A raíz de métodos admitidos por gobernantes torpes, vacióse el Tesoro publico. Seguía a esto el periodo de contraer deudas y de gasta los últimos activos, y esto llevo a los Estados goyim al borde de la bancarrota”. Están los Estados en bancarrota, desde el punto de vista financiero, y se sostienen solo artificialmente por medio de contribuciones tan enormes, que equivalen a la desposeción. Estados Unidos, falsamente llamado el “país más rico del mundo”, se halla en su condición de Estado exactamente tan pobre y arruinado como cualquier otro. Nada tiene, salvo deudas, y sigue contrayendo empréstitos. Dicen mas adelante los Protocolos: “Demuestra cada empréstito la incapacidad e ignorancia del respectivo gobierno en cuanto a los derechos del Estado. Los empréstitos, como espada de Damocles, se suspenden sobre las casas reinantes, que en vez de repartir contribuciones a tiempo, extienden las manos pidiendo limosna a nuestros financistas. Los empréstitos exteriores, sobre todo, son como las sanguijuelas, que no se pueden arrancar del cuerpo de los Estados hasta que caen por su propio peso, si no es el gobierno quien las quite violentamente, pero los gobiernos gentiles, muy lejos de suprimirlos, tornan a “lanzar” cada vez otros nuevos. Irremisiblemente deben hundirse a consecuencia de tan perenne y voluntaria sangría”.
Miguel Luis Vide, facebook
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