martes, 12 de enero de 2016

El Estado Islámico: desde Mahoma hasta nuestros días

Este es el título de la conferencia impartida por José Manuel Rodriguez Pardo en la Fundación Gustavo Bueno, en Oviedo, el dia 11 de enero de 2016.
La proclamación por Abu Bakr Al-Baghdadi, el 10 de Junio del año 2014, del denominado «Estado Islámico de Iraq y Siria», no puede considerarse un accidente de la Historia, ni tampoco la consecuencia de ninguna conspiración mundial para sojuzgar a las naciones del mundo musulmán. Al contrario: este grupo terrorista, surgido de la divergencia de estrategias entre Abu Musab Al Zarqawi y Osama Bin Laden dentro de la organización Al Qaeda, que ha reclamado para sí un amplio territorio de lo que antes era el Norte de Iraq y el Este de Siria, no sólo ha alterado las fronteras de Oriente Medio, sino que engrana con la tradición iniciada por el Profeta Mahoma tras la Héjira o huida de La Meca en el año 622, fundando en Medina el dawlat al Islam o «Estado del Islam», que prosiguieron sus sucesores o Califas hasta la abolición del último Califato histórico, el Imperio Otomano, por obra y gracia de Mustafá Kemal, Ataturk. Las consecuencias que, para el mundo musulmán, suponen la restauración del Califato bajo la forma del actual Estado Islámico, desbordan cualquier análisis meramente periodístico o emanado de la autoridad de unos presuntos «especialistas» en el mundo islámico, exigiendo una crítica de más profundo alcance, que será el objeto de esta lección.
La proclamación del Estado Islámico no es “un accidente” en la historia ni consecuencia de una conspiración, sino “algo enraizado en la propia tradición islámica”. Así lo aseguró ayer en el marco de la Escuela de Filosofía de la Fundación Gustavo Bueno José Manuel Rodríguez Pardo, doctor en Filosofía e investigador. “Engrana con la tradición iniciada por Mahoma tras su huida de la Meca en el año 622. La manera de propagar la doctrina es fundando un estado del Islam, fundando en Medina el ‘dawlat’ que prosiguieron sus sucesores hasta la abolición del Imperio otomano, el último califato histórico”, explicó.
Para el experto, el Estado Islámico lo que hace es “reinterpretar la historia” partiendo de dos bases. La primera es que los estados islámicos funcionaron hasta que terminó el Imperio otomano y comenzó Turquía. Y la segunda, la doctrina de la conquista. “Es una religión y un estado, de ahí la gran cabalgada que sucedió desde entonces”, explicó Rodríguez Pardo.
En la misma línea, el investigador de la Fundación Gustavo Bueno también realizó una crítica a las teorías de la conspiración. “Esto no es ningún invento del Mossad. Hay que distinguir entre las políticas de los estados, armando a unos o a otros y la realidad”, manifestó el experto.
En base a esta teoría, para José Manuel Pardo, ataques como los que sufrió Estados Unidos con el 11 de septiembre de 2001 no son “ataques terroristas” porque “no tienen esa aleatoriedad y ya se estaban gestando desde 40 años atrás”. Para este doctor en Filosofía, la lucha contra los infieles “es una tradición, no es una ocurrencia, ni un accidente de la historia, sino que está fundamentado en interpretaciones de momentos anteriores”.
Centrándose en el momento actual, Pardo se refirió a los recientes atentados terroristas en Francia. <>, rememoró.
Así las cosas, José Manuel Pardo considera que para poner freno a la expansión radical del Estado Islámico lo más sensato sería, como primer paso, terminar con la guerra en Siria. “Ahora mismo es difícil saber cuál es la mejor solución para acabar con el Estado Islámico, porque está en plena gestación. En cualquier caso, acabar con la guerra en Siria volviendo al statu quo anterior parece la posibilidad más factible”, explicó. El experto también manifestó que los intentos actuales por poner solución al conflicto “no están funcionando”, sino todo lo contrario: “Los intentos de derrocar al Estado Islámico le han ayudado a fortalecerse, aunque no lo hayan hecho con esa intención”.
En cualquier caso, la proclamación por Abu Bakr Al-Baghdadi, el 10 de junio de 2014, del Estado Islámico de Irak y Siria desborda, a juicio del experto, el análisis en los medios de comunicación. “Exige una crítica de más profundo alcance”, concluyó. La charla fue elogiada por Gustavo Bueno.
LA NUEVA ESPAÑA, Oviedo 12 enero 2016, pag 10
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domingo, 10 de enero de 2016

“MOROS EN LA COSTA” / FERNANDO SÁNCHEZ DRAGÓ (?)

Y en Kabul. Y en las Pirámides. Y en Colonia, Hamburgo, Francfort, Düsseldorf, Zurich, Berlín, Viena, Helsinki, París, Libia… Islam es un sustantivo; islamista, un adjetivo. Sin lo esencial, que es el sustantivo, no existiría el adjetivo. Hay que ser muy ignorante o muy malintencionado para separar lo uno de lo otro. Es lo que hace la izquierda, esa herejía del cristianismo que eleva a dogma la majadería socrática -de ahí la tomaron los evangelios paulinos- que aconseja responder a un bofetón poniendo la otra mejilla. Y es también lo que hace la derecha, esa marca blanca de la izquierda, cuando acusa de islamofobia a quienes proponen el control de las mezquitas, el cierre de las fronteras o la lucha armada para derrotar a quienes están dispuestos a todo y demoniza a Marine Le Pen, a Orban, a Trump y a Putin en contra de lo que sugiere el instinto de conservación. Llegados a tal punto de entreguismo sería cosa de ir pensando en incorporar a los planes de estudios la lectura obligatoria del Corán. Así se enterarían nuestros chavales, que para entonces ya estarán circuncisos, prescindirán del jamón y esclavizarán a sus mujeres, de que en muchos suras de ese libro, y de modo muy especial en el versículo décimo tercero del quinto, se asegura manu militari -la de la ‘sharia’ y la ‘yihad’- que el Islam persigue como postrer objetivo el de convertir a todos los seres humanos, degollar a quienes no se avengan a ello y crucificar a los apóstatas. Es lo que está haciendo el IS y lo que el Islam sobre todo en su versión sunita ha hecho en infinidad de ocasiones, disfrazándose a veces de cordero degollado en la fiesta de Aid-al Kebir, desde que Mahoma, tras sufrir en la Meca un subidón similar al de Saulo en la puerta de Damasco, proclamó la Hégira. Y conste, para que no digan dueñas cristianas ni musulmanas, que no estoy hablando de religión, sino de política. Donoso Cortés, filósofo clarividente cuyo legado también debería estudiarse en las escuelas, dijo que “en toda cuestión política subyace siempre una cuestión teológica”. Y al revés, añado yo. Los buenistas de izquierdas o de derechas que hoy se oponen a cambiar las maduras por las duras son culpables de un delito de alta traición y de otro aún más grave, si eso fuera posible: el de la estupidez. ¿Será congénita o tiene cura? No les darán tiempo para averiguarlo.
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jueves, 7 de enero de 2016

HOMBRES… MUJERES…

Lógicamente, nadie avala la violencia que se ejerza contra la mujer; lo cual ha sucedido a lo largo de la humanidad, especialmente antes del cristianismo; pero esto también es una consecuencia de las diferencias que hay entre hombre y mujer —por ejemplo la fragilidad de ella— y del pecado.
Cada uno ha sido creado con diferentes fines y cualidades.
Nunca nadie le dio mayor valor a la mujer que Nuestro Señor Jesucristo.
Y dentro de las diferentes religiones, no hay religión que cuide y realce a la mujer como la verdadera Religión, la Religión Católica.
La mujer a lo largo de la historia de la humanidad, se ha ido desvirtuando como tal, ha ido perdiendo ese lugar de reina del hogar, de educadora, de protectora, de compañera, de ser la delicadeza, para convertirse en alguien que solo compite con el hombre tratando de demostrar que puede hacer las mismas actividades y que lucha incansablemente por alcanzar ese mismo lugar que no le es propio, perdiendo de esta manera, el “ser” mujer.
Hoy, lamentablemente nos enfrentamos a un mundo vacío, carente de valores en pos de esta igualdad, desigualada, que tantas consecuencias ha traído y trae a la sociedad.
Tratemos de no dejarnos confundir con todas estas artimañas del demonio, que sólo busca destruir el corazón de la sociedad, que es la mujer…
Y la mujer no debe olvidar que ha sido formada del hombre; Dios creó a Adán, y de Adán formó a Eva; de ahí la sujeción de la mujer al hombre.
Esta sujeción no debe ser vista como algo malo; eso es propio del modernismo que destruye hasta lo más recóndito de la sociedad; al contrario debe ser vista como algo perfecto porque proviene de Dios que es la perfección absoluta.
Sepamos por tanto, leer entre líneas, y ver dónde el astuto tentador busca hacernos caer