domingo, 21 de julio de 2013

la fundamentación del “fascismo”

la fundamentación del “fascismo”

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DOMINGO, 21 DE JULIO DE 2013


Heidegger, filósofo fascista. Una cuestión sin respuesta
posible en el marco de lo “políticamente correcto”.
Dicho esto, ¿en qué puede consistir una “fundamentación del fascismo”?
El antifascismo es la clave de bóveda de la ideología oligárquica a escala mundial, el lugar mágico donde los okupas de la Kasa Okupada (o los terroristas de ETA) y los yuppies de Wall Street se dan la mano. Unos consumen caballo y otros coca, pero todos alucinan Hitler, el mal absoluto. La matriz educativa común: Hollywood.
¿Detéctase alguna diferencia fundamental entre Herbert Marcuse y los Rothschild? Responderemos a esta pregunta, con pruebas en la mano, en otra entrada.
Hemos recorrido un largo camino (2007-2013) en este blog (sin contar los años previos de formación y preparación) que culmina en el primer Curso de Filosofía de la UNIVERSIDAD POPULAR VIRTUAL. La fundación de esta institución no responde a un afán de enriquecimiento (es gratuita) ni de notoriedad (la temática del fascismo, objetivamente planteada, conlleva estigmatización, marginación y represalias, nunca honores), sino al simple hecho de que la universidad oficial, pública o privada, está impedida para abordar ciertas cuestiones básicas en las que se decide el futuro de nuestra civilización. Dichas cuestiones se resumen en una sola palabra: el fascismo.
Por “fascismo” hay que entender aquí, y desde el principio hemos fijado este postulado o requisito interpretativo, no aquello que el sistema oligárquico transnacional define o señala con esta palabra maldita (convertida en un mero insulto), antes bien:
a/ un concepto, imaginario y dogma ideológico que brota del “antifascismo” como su correlato negativo. El antifascismo precede al “fascismo” así definido y responde a la dinámica interna de desarrollo/colapso de la propia izquierda marxista.
b/ el fascismo, o mejor, “los fascistas”, identifica a individuos concretos, millones de personas exterminadas a manos del comunismo y del liberalismo-sionismo occidental, en nombre del “antifascismo”. El fascismo mienta la memoria histórica del mayor exterminio de masas (genocidios, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad) del que recuerdo haya. En la actualidad el antifascismo opera de forma represiva y genocida, ya sea silenciando las atrocidades cometidas por los vencedores, ya perpetrando nuevas atrocidades, persiguiendo a los disidentes de la versión “políticamente correcta” de la historia u ocultando la realidad. El antifascismo ha sacado, de sus propias entrañas, el “islamofascismo” para legitimar guerras de agresión y crímenes contra la paz que se repiten una y otra vez sin que los denominados “intelectuales progresistas” (cómplices del delito), y ya no digamos los políticos oligárquicos, se atrevan a denunciar el carácter criminógeno del imaginario, el discurso y la praxis antifascista.
c/ el fascismo es el “pensamiento” desde el momento en que el filósofo más importante del siglo XX, Martin Heidegger, militara en el nacionalsocialismo y haya quedado en evidencia que no se trata de un vínculo meramente “personal” que afecte sólo a su “vida” (por contraposición a la “obra”), sino un conjunto de filosofemas que se ubican en el centro mismo del concepto de “racionalidad y verdad”. En consecuencia, el análisis del fascismo en una institución que esté fuera del alcance de las garras del poder corrupto y criminal que nos gobierna es un imperativo intelectual, filosófico y espiritual de primera magnitud. La filosofía misma está en riesgo de supervivencia. Y no olvidemos que escritores como Emmanuel Faye, Victor Farias y Julio Quesada reclaman la estigmatización pública e incluso, en el caso de Faye y Farías, la prohibición del pensamiento heideggeriano.
d/ el fascismo es también un hecho histórico, político y doctrinal. El fascismo nace el 13 de mayo de 1919 con un programa de izquierda nacional que nada tiene que ver con el racismo y el antisemitismo, antes bien muchos de sus fundadores son judíos. Los vínculos del fascismo con el pensamiento de Nietzsche son los que caracterizan este movimiento frente a la izquierda tradicional marxista y la escisión socialista de Mussolini que aquél comporta tras un largo proceso de reflexión y elaboración ideológica. El fascismo, empero, se derechiza rápidamente, establece una dictadura, pacta con la burguesía italiana, y a la postre se revuelca “en una cama redonda” (Juan Colomar) con la aristocracia y el Vaticano. Perdida la guerra, en la que no comete genocidio alguno, intenta recuperar sus raíces nacional-revolucionarias en la República Social Italiana, más conocida como República de Salò, pero ha quedado ya desacreditado ante el pueblo de Italia.
c/ la palabra “fascismo” designa también el conjunto de los movimientos políticos que, inspirados en su versión original mussoliniana, observarán distintos desarrollos. En el caso alemán, que es el que interesa aquí por la adhesión de Heidegger, el fascismo cometerá, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, atrocidades comparables a las de sus adversarios. El fascismo, que surge como reacción ante los crímenes del comunismo, es decir, al gulag, tiene en Alemania la característica adicional de actuar en respuesta a los bombardeos terroristas ingleses y a un plan de liquidación étnica de Alemania publicado en EEUU en 1941. El llamado Holocausto, cuyas dimensiones y métodos han sido exagerados, tuvo no obstante como consecuencia el asesinato o la muerte (por enfermedades, sobreexplotación e inanición) de millones de personas, en muchos casos de etnia judía, prisioneros rusos y gitanos, todo ello a partir de finales de 1942. Sin embargo, la afirmación de que [fascismo=Holocausto] es un dogma tan arbitrario o tan válido como pueda serlo [comunismo=gulag] o [liberalismo=Hiroshima/exterminio de los indios americanos/esclavitud negra] o [sionismo=Nakba]. El fascismo, que, insistamos en este punto, en su versión original, y única a la que puede aplicarse el término FASCISMO de forma legítima, no perpetró ningún genocidio, ha sido menos criminal que, por ejemplo, el comunismo. Por cada víctima del nazismo hay 10 víctimas del comunismo; y además unas víctimas acusadas de fascistas. Todos los crímenes de masas del antifascismo permanecen impunes, no obstante lo cual sólo se promueve oficialmente, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la “memoria” de “el Holocausto”, con una clara intención de utilizar este último para encubrir aquéllos otros “genocidios olvidados”.
d/ el fascismo como ideología. No existe una ideología fascista común a los movimientos fascistas. Cada movimiento fascista desarrolló su propia ideología y un programa político de carácter accidentalista. La democracia había sido desacreditada, pero no por el fascismo, sino por las propias izquierdas marxistas, como régimen burgués y en Moscú, a consecuencia de este tipo de percepción, habíase instalado ya una dictadura sanguinaria. Sin embargo, pese a ese accidentalismo de los programas y del activismo, los distintos fascismos sí compartían un sistema de valores al igual que el comunismo, el liberalismo, la socialdemocracia y el anarquismo compartían y comparten otro.

En primer lugar, en determinar el “concepto de fascismo” en función del cual se va a establecer el vínculo entre el pensamiento de Heidegger, es decir, la filosofía, y el fenómeno fascista como hecho doctrinal. En segundo lugar, en argumentar el grado de legitimidad teórica que pueda corresponder a esas raíces filosóficas comunes compartidas por todos los fascismos, bien entendido que si se habla de valores fascistas, entonces se ha admitido ya que existe un fascismo normativo y que el fascismo, al igual que el resto de los fenómenos políticos, debe ser juzgado no sólo por sus hechos (cualesquiera que éstos sean), sino por sus fines, principios, valores y normas. El fascismo histórico, en última instancia, será condenado o absuelto en función de sí mismo y no de los dogmas de otras doctrinas políticas, a menos que se demuestre, antes de emitir el fallo, que esas doctrinas políticas “humanistas” están más próximas a una validez racional que la propia doctrina política fascista.
Este es el camino que hemos emprendido y solicitamos la ayuda de todos para continuar adelante. No se trata de meras palabras, los frutos comienzan a estar ya a la vista de todos.
La fundamentación del fascismo, en los términos expuestos, afecta de manera esencial al futuro de la civilización occidental, tanto si se trata de determinar en qué sentido existe una relación esencial entre fascismo y filosofía, cuanto si se trata, por el contrario, de “superar” el fascismo de manera definitiva, dejándolo atrás como figura del espíritu. Porque el fascismo es, en efecto, una figura del espíritu y jamás será aniquilado mediante el mecanismo material de una simple acción militar y la correspondiente represión legal-policial, ni la mera manipulación propagandística de la historia o la prostitución del mundo académico. La historización o racionalización científica, historiográfica y filosófica del fascismo es requisito para la pervivencia de la propia institución científica; por ende, para el futuro de la democracia como modelo de sociedad basado en el consenso, el diálogo y la fundamentación argumentada, racional, “pacífica”. Pues de espaldas y contra la ciencia libre, contra la ilustración, contra la filosofía, no hay democracia que valga.
Pero el antifascismo está pudriéndolo todo, literalmente todo, a efectos de mantener sus dogmas y encubrir sus horrendos delitos. Pocos ven esto. Y si lo ven, callan por miedo y egoísmo. Nosotros tenemos claro, empero, cuál es el camino. La Universidad Popular Virtual “La Marca Hispánica” y la Izquierda Nacional de los Trabajadores (INTRA) son las respuestas que estamos dando a una situación de crisis y deslegitimación de las instituciones democráticas que, poco a poco, arrastra a Occidente al abismo de la barbarie.
No te quedes quieto esperando a ver “qué pasa”. ¡Apoya nuestra causa!
La verdad en marcha.
Jaume Farrerons
21 de julio de 2013

2 comentarios:

Anónimo dijo…
muy interessante.
buscaré ese libro en la bpov
Alan Christian dijo…
Todo el mundo habla de Fascismo pero nadie lo puede definir correctamente. Hoy más que nunca me siento fascista. Suena anacrónico pero el espíritu aristocrático permanece para siempre en aquellos que nos sentimos orgullosos de las tradiciones de nuestra civilización…

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