lunes, 28 de julio de 2014

La filosofía y la aventura / Pio Moa

La filosofía y la aventura / Pio Moa

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La filosofía y la aventura / Pio Moa


Antonio López Fernández critica algunos aspectos de la novela “Sonaron gritos y golpes a la puerta” y su autor, Pio Moa, responde a esta crítica:
Seguidamente, la crítica de un lector de la novela:
“Su novela “Sonaron gritos y golpes a la puerta” me ha gustado porque los personajes son atípicos y ya estoy harto del tipismo en la literatura española, para mí es un lastre que la vuelve aburrida, y como novela de aventuras también está entretenida. Pero yo diría que es una novela filosófica, una novela de pretensiones filosóficas y como tal una novela frustrada. Le pondré ejemplos: en muchos casos se trata de la consistencia de la realidad. El protagonista, en el Montjuic, al llegar la noche dice que ve cómo la realidad desaparece, como la realidad se transforma en otra cosa o algo así… ¡Pero ahí queda todo! La cuestión reaparece de otras formas. Cuando se preparan para asesinar a Companys, Alberto se pregunta sobre la realidad de la revolución, sobre su sentido o su destino  como una explosión telúrica o algo parecido,  con lo que cabrea a su amigo Paco y una vez más ahí queda todo. Más adelante, cuando encuentran el cadáver de Mercè, el protagonista mira el paisaje y se dice que el mismo ya no existe para Mercè (escribo de memoria, no tengo ahora el libro a mano, espero no confundirme). Es decir, la relación de la realidad y el que la ve o la vive. Y de nuevo… sin continuación. A ver: tiene un sueño en el tren que le lleva a Rusia: millones de personas se mueven por la voluntad de unas poquísimas aisladas en castillos o algo por el estilo, pero resulta que esas personas que mueven a millones de personas más tampoco tienen idea de por qué o hacia dónde van en realidad. De nuevo: ¿qué es la realidad? Pues nada, la reflexión se para ahí.  Luego en Rusia, cuando están a punto de encontrar el cadáver de la espía rusa, me parece que fue entonces, Contreras indica que las matemáticas describen la realidad porque su signo fundamental es el de igualdad: unas cosas son iguales a otras en determinadas proporciones y al final todo es igual a todo. La única salida es la de Paco: todo es igual a nada ¿Qué sentido tiene eso? Hay muchas otras cosas por el estilo, como cuando Paco, después del desastre que ha organizado afirma que siempre fue un idiota, cosa que no tenemos la impresión de que lo fuera, y uno piensa que la idea podía desarrollarse más sobre la realidad de la vida, la perspectiva y esas cosas. O como cuando Carmen le explica a Alberto que en la sociedad pugnan mil tendencias distintas que chocan y se neutralizan o no, y que la resultante nadie puede conocerla más que Dios, cosa que haría fútiles las grandes decisiones de Alberto, en concreto la de irse a Rusia… No quiero extenderme. Le repito que su novela me ha resultado entretenida, pero percibo bajo ella una pretensión de mayor fuste, que queda en nada, y por eso me ha defraudado un tanto” Antonio López Fdez.
***
Esta de es la respuesta de Pio Moa:
  1. Parece que usted quería un tratado de filosofía en lugar de una novela. Podríamos hablar largamente de ello, pero casualmente  Carlos López Díaz expresa el problema (con juicio muy favorable a la novela) mejor de lo que yo podría hacer ahora  en su reseña del libro: “Porsi fuera poco, el autor ha logrado algo que no todos los relatos similares saben hacer, a pesar de que es esencial: los diálogos filosóficos de los protagonistas son, en contra de lo que se pudiera pensar, otro ingrediente absolutamente clave de cualquier relato de aventuras. Lo que realmente hace que una peripecia cualquiera sea una aventura, es que los personajes nos lo hagan sentir como tal, y a tal efecto, que reflexionen al hilo de lo que les pasa. A veces, en algunas obras, esto resta verosimilitud a la acción, pero su carencia la convierte en algo romo, como esas películas de Hollywood que, aunque a veces partan de un buen guión, acaban degenerando en la mera descripción alimenticia de una persecución trufada de tiros, explosiones y destrozos varios. Moa ha logrado, creo yo, una de las cosas más difíciles: hacernos pensar y entretenernos. Y desde luego, con un buen “guión“.
    Quizá tenga usted razón en que las reflexiones ocasionales de los personajes podrían extenderse más, pero comprenda que eso es muy peligroso en una obra de ficción, y es difícil mantener el equilibrio, lo mismo que entre la ficción y la historia en una novela histórica. Me ha satisfecho la opinión de otro lector, Miguel Ángel Fernández: Hasta el más paciente de los lectores se siente tentado a saltarse párrafos e incluso páginas de indiscutibles obras maestras, digresiones de Stendhal, reflexiones de Victor Hugo en medio de un apasionante relato, pero es casi imposible encontrar un párrafo inútil en Sonaron gritos. Es un monumento a la concisión. 
    Por otra parte, una novela falla, creo yo, si explica demasiado las cosas, si mantiene una tesis determinada. Las novelas de tesis son –para mi gusto– muy aburridas, aunque sean una gran corriente en la literatura occidental: los personajes convertidos en tesis ambulantes me resultan falsos. Siempre me parecieron superiores los griegos, en quienes nunca hay una conclusión precisa. Mi novela no defiende ninguna tesis, deja al lector la conclusión que prefiera, solo da apuntes generales y un curso de acción en el que subyacen concepciones más amplias, que no  precisan explicitarse. Dice usted que plantea la consistencia de la realidad, y  en parte así es. El protagonista, que es profesor de filosofía, podría haberse extendido sobre esa cuestión, pero es también hombre sobrio y prefiere no dar mucho la lata con problemas que sabe apasionantes, pero insolubles.
En fin, admito su crítica y siento que la novela le haya defraudado, pero me complace que otros lectores la vean con otros ojos. Después de todo, así es también la realidad, no se sabe bien si está  más en  nuestros ojos o fuera de ellos.
La filosofía y la aventura  / Pio Moa

Insidias y falsificaciones para fomentar el odio entre marido y mujer

Insidias y falsificaciones para fomentar el odio entre marido y mujer

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LUNES, 28 DE JULIO DE 2014

Insidias y falsificaciones para fomentar el odio entre conyuges…

En el blog de Pio MOA,  http://www.piomoa.es, he tenido noticia de un curioso texto que ha circulado en ambientes “feministas” para hacer creer a las nuevas generaciones que la situación de “la mujer”, duarante el Régimen de Franco, era deficitaria en cuanto a derechos civiles o bien estaba “sometida” al marido…
Al mismo tiempo he conocido que el citado texto, atribuido falsamente a la Sección Femenina de Falange Española, es en realidad un panfletillo traducido del inglés a un español “latinoamericano”, original de algún grupo “feminista” de USA y de los años 50 del siglo XX.
Seguidamente reproduzco  el texto citado y un previo comentario de Pio Moa:
Hace años con motivo de una conferencia en la universidad de Cracovia sobre los separatismos vasco y catalán, la guía polaca me mostró una hoja que le había pasado su novio, español de Barcelona, una especie de guía para la buena esposa: “Planea con tiempo una deliciosa cena para su llegada”.  “Luce hermosa”.  “Sé dulce e interesante”.  “Tu casa debe lucir impecable”. “Escúchalo, recuerda que sus temas son más importantes que los tuyos”.  “No te quejes si llega tarde, si va a divertirse sin ti, o si no llega en toda la noche. Trata de entender su mundo de compromisos”. “No te quejes: cualquier problema tuyo es un detalle insignificante comparado con lo que él tuvo que pasar”.  “Si tu marido te pide prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes”. “Si él siente la necesidad de dormir, no le presiones o estimules la intimidad”. “Si sugiere la unión, accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que hayas podido experimentar,” etc.   La esposa aparece más bien como criada.
El novio de la chica  le había dicho que se trataba de instrucciones de la Sección Femenina de Falange, y la misma historia he oído o leído posteriormente, hasta datándola en 1953: la mujer en el franquismo carecía de derechos, estaba sumida deliberadamente en la ignorancia, supeditada al marido, no podía trabajar por su cuenta ni dar casi ningún paso sin permiso del cónyuge. Perplejo, dije a la chica que jamás había leído nada parecido, ni conocido a mujeres que se condujesen así. Por el contrario, parte de la enseñanza de mi hermana mayor consistía en un libro de mujeres destacadas, que incluía a Isabel la Católica, la Pardo Bazán, Madame Curie, Lise Meitner y hasta menos ejemplares, como la monja alférez. Y cualquier lector atento se percata de que la expresión del panfletillo no es española sino semejante a la de las series de televisión de Usa traducidas en Méjico, y tiene aire useño (el marido ideal parece ser un hombre de negocios con muchos compromisos). El feminismo ha creado una especial sensibilidad sobre estos asuntos y sospecho que se trata de una broma feminista useña.

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A continuación, podemos ver aquí la versión original del citado texto,
Titulado “The good wife´s guide”, que data de 13 de mayo del año 1955, y se publicó en
“Housekeeping Monthly”, el citado texto de “How to Be a Good Wife” podemos leerlo
aquí:

Publicado por klypeus en 12:32   

jueves, 10 de julio de 2014

crónica criminal de un régimen “democrático” y “republicano”

crónica criminal de un régimen “democrático” y “republicano”

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JUEVES, 10 DE JULIO DE 2014

crónica criminal de un régimen “democrático” y “republicano”

http://www.infonacional.com/2012/01/los-crimenes-de-la-ii-republica.html?m=1