jueves, 21 de febrero de 2013

La inmigración, ejército de reserva del capital

La inmigración, ejército de reserva del capital

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JUEVES, 21 DE FEBRERO DE 2013



Alain de Benoist* (ELEMENTS nº 139)
En 1973, poco antes de su muerte, el presidente Pompidou reconocía haber abierto las puertas a la inmigración a petición de un cierto número de grades empresarios, como Francis Bouygues, deseosos de beneficiarse de una mano de obra dócil, barata, desprovista de conciencia de clase y carente de toda tradición de lucha social, con el fin de ejercer presión a la baja sobre los salarios de los trabajadores franceses, de reducir su fuerza reivindicativa y, de paso, romper la unidad del movimiento obrero. Esos grandes empresarios, subrayaba Pompidou, ‘siempre quieren más’.
Cuarenta años después nada ha cambiado. En un momento en el que ningún partido que aspire a gobernar se arriesgaría a pedir que se acelere aún más el ritmo de la inmigración, sólo la patronal se pronuncia en ese sentido, simplemente porque se trata siempre de su interés. La única diferencia es que ahora los sectores económicos afectados por la inmigración son más numerosos, ahora incluyen no sólo al sector industrial y a la hostelería sino que afectan a profesionales antes protegidos frente a la inmigración, como los ingenieros o los informáticos.
Es un hecho conocido que Francia recurrió masivamente a la inmigración desde el siglo XIX. En 1876 los inmigrantes eran ya 800.000 personas y eran 1,2 millones en 1911. La industria francesa fue en un primer momento centro de atracción de la inmigración belga e italiana y atrajo más tarde a los polacos, y después a los españoles y a los portugueses. “Esta inmigración poco cualificada, no sindicada, permitirá al empleador burlar las crecientes restricciones que impone el derecho laboral”1.
En 1924 llegó a crearse una Sociedad General de Inmigración (SGI) a iniciativa de la industria del carbón y de los dueños de las grandes explotaciones agrícolas del Nordeste. Esta sociedad abrió oficinas de empleo en Europa, que funcionaron como una bomba para aspirar mano de obra. En 1931 se llegaría a los 2,7 millones de extranjeros en Francia, el 6,6% de la población total (515 de cada 100.000 habitantes).
“Un medio efectivo para una parte de los empresarios para hacer presión a la baja sobre los salarios (…). Desde esa época el capitalismo busca hacer competir unos con otros a los trabajadores recurriendo a un ejército de reserva para bajar los salarios”2
Tras la segunda guerra mundial, los inmigrantes llegarán cada vez con más frecuencia de países del Magreb, primero Argelia, después Marruecos. Camiones fletados por las grandes empresas (sobre todo de los sectores del automóvil y la construcción) acuden por centenares para reclutarlos en sus lugares de origen. Desde 1962 a 1974 se instalarán en Francia por esta vía casi dos millones de inmigrantes adicionales; de ellos unos 550.000 serán reclutados por la Oficina Nacional de Inmigración (ONI), organismo gestionado por el Estado pero controlado bajo mano por la patronal. Desde entonces la oleada no ha dejado de incrementarse.
“Cuando hay escasez de mano de obra en un sector -explica Francois-Laurent Balssa- sólo hay dos alternativas: o se aumentan los salarios o se recurre a mano de obra extranjera. Y es la segunda la que generalmente prefiere el Consejo Nacional de la Patronal Francesa (CNPF) y, después, a partir de 1998, el Movimiento de Empresas (MEDEF) que lo sucede. Una elección que manifiesta el deseo de beneficio a corto plazo y que tendría como efecto retardar el progreso de los medios de producción y la innovación industrial. El ejemplo del comportamiento de Japón en ese mismo periodo muestra cómo el rechazo de la inmigración a favor de la mano de obra autóctona permitió a ese país llevar a cabo una revolución tecnológica con la que se adelantó en el tiempo a la mayor parte de sus competidores occidentales”3.
La inmigración fue, pues, en sus inicios un fenómeno inducido por los empresarios. Hoy, lo continúa siendo. Son las grandes empresas las que quieren siempre más inmigración. Esta inmigración se produce de acuerdo con el espíritu del capitalismo, que tiende a la eliminación de las fronteras (según el lema ‘dejad hacer, dejad pasar’).
“Obedeciendo a la lógica del dumping social –prosigue Francois-Laurent Balssa- se ha creado de esta manera un mercado de trabajo ‘low cost’, con los sinpapeles poco cualificados haciendo las veces de trabajadores comodín. Es como si los grandes capitalistas y la extrema izquierda hubieran hecho un pacto, unos porque quieren desmantelar el Estado social, que consideran les sale demasiado caro, y los otros porque quieren eliminar el Estado-Nación, al que consideran demasiado arcaico”4.
Por eso, el partido comunista y el sindicato Confederación General del Trabajo (CGT) combatieron hasta 1981 el principio liberal de la apertura de fronteras en nombre de la defensa de los intereses de la clase obrera y cambiaron después radicalmente su postura.
“Dejad pasar a las personas pero también a los capitales y a las mercancías, esa es la doctrina de la Comisión Europea. Mejor: dejad pasar a las personas con el fin de rentabilizar mejor el movimiento de capitales y mercancías” escribe Eric Zemmour, que recuerda que “los importantes movimientos migratorios de los últimos veinte años han sido componentes mayores de un crecimiento económico sin inflación porque el flujo continuo de mano de obra barata pesa como una losa sobre los salarios de los trabajadores occidentales5. Michèle Tribalat observa a su vez que “la inmigración modifica el reparto de la tarta económica y este hecho innegable tiene mucho que ver con que unos sean partidarios de una inmigración intensa mientras otros intentan combatirla”6.
El liberal Phillippe Nemo, que está inspirado aunque sólo sea en este caso, confirma esas observaciones:
“En Europa ciertos responsables económicos sueñan con hacer venir a Europa una mano de obra barata, capaz de ocupar, en un primer momento, ciertos empleos para los que la mano de obra local es insuficiente y de presionar después significativamente a la baja los salarios de los demás trabajadores europeos. Estos grupos de presión, que tienen medios de sobra para hacerse oír en los gobiernos nacionales y en la Comisión de Bruselas, son partidarios tanto de la inmigración en general como de la extensión de la Unión Europea porque ésta facilitará considerablemente la inmigración de trabajadores. Tienen razón desde su punto de vista, es decir, según una lógica puramente económica (…). El problema es que no se puede razonar en este tema usando una lógica meramente económica, dada la cantidad de consecuencias sociológicas importantes que tiene el flujo hacia Europa de población no europea. Si los capitalistas en general prestan poca atención a este problema quizá sea porque ellos suelen disfrutar de los beneficios económicos de la inmigración sin sufrir los perjuicios sociales consiguientes. El dinero ganado por sus empresas, cuya rentabilidad han asegurado mediante la inmigración, les permite vivir en residenciales de lujo, dejando que sus compatriotas menos afortunados se las vean con la población extranjera en los barrios desheredados”7.
Ésta es también la opinión de los expertos. Es lo que reveló en el 2009 un informe del Consejo de Análisis Económico (CAE), organismo que depende directamente del gobierno. Ese documento, titulado ‘Inmigración, Cualificación y Mercado de Trabajo’, empieza por explicar que la noción de ‘escasez de mano de obra’, que es lo que tradicionalmente se alega para justificar el recurso a la inmigración, no tiene un significado claro en épocas de desempleo. “Desde el punto de vista de la ciencia económica, esa noción de escasez no está clara” se lee en ese texto, porque “el hecho de que ciertos nativos rechacen ciertos tipos de empleo puede significar sencillamente que esos trabajadores tienen acceso a otros empleos mejores, de modo que en aquellos los salarios deberían aumentar para que los trabajadores quisieran desempeñarlos” (p. 45). Esto revela claramente que la escasez se produce sólo cuando en un sector no se ofrecen salarios suficientes -y que el recurso a la inmigración es en definitiva un medio para no aumentar los salarios, es decir, se crea artificialmente una escasez de mano de obra que se remediará después buscando fuera mano de obra que acepte salarios inferiores. El informe concluye además que “en el caso del mercado de trabajo esto significa que en lugar de la inmigración de los años 60 podría haberse producido un alza en los salarios de los trabajadores menos cualificados” (p. 46).
Ese mismo documento revisa además una serie de estudios que han intentado calcular, en Francia y fuera de ella, el impacto de la inmigración sobre los salarios: “Atlonji y Card encuentran que un alza del 1% en la proporción de inmigrantes reduce el salario en un 1,2% (…). Boris concluye su estudio afirmando que entre 1980 y 2000 la inmigración debió aumentar en un 11% la oferta de trabajo, lo que habría reducido el salario de los nativos aproximadamente en un 3,2%” (pp. 37-38)
Desde principios de siglo la inmigración ha aportado a la población de Francia aproximadamente 350.000 personas por año, la mayor parte de origen extra-europeo (de ellas 200.000 corresponden a entradas regulares debidas a inmigración por causas de trabajo o de reagrupamiento familiar, 50.000 corresponden a peticiones de asilo y 80.000 a nacimientos en familias de origen extranjero). El número de inmigrantes nacionalizados aumenta cada año en unos 150.000, de modo que a mediados de siglo un tercio al menos de la población francesa procederá de la inmigración.
Según las cifras oficiales, los inmigrantes que viven en hogares normales son hoy 5 millones, es decir, un 8% de la población francesa en el 2008. Los niños de cuyos padres al menos uno es inmigrante son 6,5 millones, o sea, el 11% de la población. Se calcula que los inmigrantes ilegales son entre 300.000 y 550.000 (las expulsiones de ilegales cuestan 232 millones al año, es decir, 12.000 euros cada caso). Por su parte, Jean-Paul Gourévitch, calcula que la población de origen extranjero sumaba en Francia en el 2009 unos 7,7 millones de personas (de ellas 3,4 millones de magrebíes y 2,4 millones de subsaharianos), es decir, el 12,2% de la población actual en la Francia europea. En el 2006 el 17% de los nacidos procedían de la población inmigrante.
Ahora bien, si es cierto que la inmigración aporta a los negocios privados más de lo que les cuesta, en contraste cuesta al sector público mucho más de lo que le aporta. Existen cálculos del coste total de la inmigración. Según un estudio de Contribuyentes Asociados, reeditado por Jean-Paul Gourévitch, el coste de la política migratoria de Francia, los gastos que el Estado destina a la inmigración suman hoy 79.400 millones de euros por año, de los que casi tres cuartos (58.600 millones) son costes sociales. Los aportes de los inmigrantes suman 48.900 millones, de los que dos tercios se deben a la fiscalidad directa (del Estado y entidades locales) y a los impuestos indirectos (IVA y TIPP), de manera que el déficit global para las finanzas públicas se eleva a 30.400 millones de euros anuales, o sea, un 1,56 del PIB. Téngase en cuenta que el coste no económico de la inmigración no está incluido en esas cifras.
Jean-Paul Gourévitch precisa que “los estudios llevados a cabo al otro lado del Canal de la Mancha y al otro lado del Atlántico muestran que el efecto global de la inmigración sobre las finanzas públicas no es positivo porque la inmigración de población no trabajadora, que cuesta al Estado más de lo que aporta, es más numerosa que la inmigración de mano de obra, que aporta un poco más de lo que cuesta, cuando no se trata de trabajadores ilegales”8. Añade que si a los déficits fiscales que produce la inmigración se añaden los gastos de expatriación, es decir, más de 11.000 millones, y lo que el Estado deja de ingresar, entonces “el coste de la política migratoria de Francia se eleva hoy a 38.300 millones de euros por año, lo que supone casi el 2% del PIB”9.
En Francia se está produciendo en estos tiempos una inmigración de población no trabajadora, consecuencia del reagrupamiento familiar. Pero hoy los inmigrantes constituyen más que nunca el ejército de reserva del capital. En este sentido, resulta cuanto menos chocante ver como las redes de sinpapeles que sostiene la extrema izquierda, que espera encontrar en los inmigrantes un nuevo proletariado como el que perdió, sirven a los intereses de la patronal. Redes mafiosas, traficantes de hombres y de mercancías, grandes patronos, militantes ‘humanitarios’, empleadores en la economía sumergida: todos son partidarios de la abolición de las fronteras a favor del librecambismo a escala mundial. ¡Olivier Besancenot** y Laurence Parisot*** unidos en la misma lucha!
Revelador es, por ejemplo, que Michael Hardt y Antonio Negri, en sus libros-manifiesto Imperio Multitud10, se pronuncien por una “ciudadanía mundial” y hagan una llamada a la eliminación de las fronteras, que tendría como efecto inmediato acelerar el establecimiento en los países desarrollados de masas de trabajadores con bajos salarios procedentes del Tercer Mundo o de los países emergentes. El hecho de que la mayor parte de los inmigrantes deban hoy su desarraigo a las dislocaciones continuas impuestas por la lógica del mercado global, de que ese desarraigo sea precisamente el que busca el capitalismo para someter más fácilmente el ser humano al mercado, el hecho en fin de que, por otro lado, al arraigo territorial sea parte de las motivación humana, todo eso no molesta de manera alguna a estos autores, que, muy al contrario, observan con satisfacción que “el capital ha exigido una movilidad creciente de la mano de obra y migraciones continuas a través de las fronteras nacionales”11. El mercado mundial constituirá, desde su punto de vista, el marco natural de la “ciudadanía mundial”, porque ese mercado “exige un espacio abierto a flujos descodificados y desterritorializados”; esos autores suponen que el mercado mundial sirve a los intereses de la “multitud” porque “la movilidad conlleva un precio que tendrá que pagar el capital, que es el deseo acrecentado de liberación”12.
El problema de esta apología del desarraigo, considerado como pre-condición del “nomadismo” liberador, es que se basa en una visión completamente irreal de la situación concreta de los inmigrantes y de las personas desplazadas. Escriben Jacques Guigou y Jacques Wajnsztein: “Hardt y Negri se hacen ilusiones sobre la capacidad de los flujos migratorios para convertirse a la vez en una nueva posibilidad de revalorización del capital y en una base para un enriquecimiento de las perspectivas de la “multitud”. Las migraciones no son, sin embargo, nada más que un aspecto de la competencia universal y, en sí mismo, emigrar no es más liberador que quedarse en la propia tierra. El sujeto “nómada” no es más proclive a la crítica y la sublevación que el sujeto sedentario”.13 “Mientras los hombres abandonen a sus personas cercanas y vayan, incluso con riesgo de sus vidas, a buscar trabajo en otros lugares -para incorporarse a la rueda del capitalismo- no serán más portadores de emancipación que esos defensores autocomplacientes del Occidente postmoderno, de los que vendrán a ser simplemente la versión miserable”.14
Quienes critican el capitalismo y aprueban a la vez esa inmigración cuya primera víctima es la clase obrera, harían mejor callándose. Quienes critican la inmigración pero guardan silencio sobre el capitalismo deberían hacer exactamente lo mismo.

Notas y referencias
  1. François-Laurent Balssa, « Un choix salarial pour les grandes entreprises », enLe Spectacle du monde, octubre 2010, p. 42.
    2. Ibid., p. 43.
    3. Ibid., p. 44.
    4. Ibid., p. 45.
    5.Le Spectacle du monde, septiembre 2010, pp. 16-17.
    6. Michèle Tribalat, Les yeux grands fermés. L’immigration en France, Denoël, Paris 2010.
    7. Philippe Nemo, entrevista online en la página de Le Temps d’y penser, 29 septiembre 2010.
    8. Jean-Paul Gourévitch, « La réalité de l’immigration », en La Nef, mayo 2010, p. 14.
    9. Ibid., p. 15.
    10. Michel Hardt y Antonio Negri, Empire, Exils, Paris 2000 ; Multitude, La Découverte, Paris 2004.
    11. Empire, op. cit., p. 481.
    12. Ibid., pp. 403-404 y 312.
    13. Jacques Guigou y Jacques Wajnsztejn, L’évanescence de la valeur. Une présentation critique du groupe Krisis, L’Harmattan, Paris 2004, p. 126.
    14. Robert Kurz, « L’Empire et ses théoriciens », en Anselm Jappe y Robert Kurz, Les habits neufs de l’Empire. Remarques sur Negri, Hardt et Rufin, Lignes-Léo Scheer, Paris 2003, pp. 114-115.
Notas del traductor
** Político comunista francés, portavoz del Nuevo Partido Anticapitalista.
*** Dirigente de la patronal francesa MEDEF.
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FUENTE: AREA IDENTITARIA

La HISTORIA SIEMPRE LA ESCRIBEN LOS VENCEDORES…

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JUEVES, 21 DE FEBRERO DE 2013



A statue of Soviet dictator Joseph Stalin in Georgia. Photo / AP
Joseph Stalin’s son surrendered to the Germans during the Nazis’ 1941 invasion of the Soviet Union, new evidence found in Russian archives suggests, and was not “captured” as Kremlin propaganda held for decades.
Stalin is known to have despised his first son, Yakov Dzhugashvili, who is thought to have committed suicide in 1943 by electrocuting himself on a perimeter fence while being held prisoner in the Sachsenhausen concentration camp at Oranienburg, in eastern Germany.
But for decades after the Soviet victory, official propaganda refused to waver from the official Stalinist version that before his death, Dzhugashvili was captured by German forces near Minsk while serving as a Red Army battery commander.
But Russian archive material published by Germany’s Der Spiegel magazine suggests that Dzhugashvili not only willingly surrendered to the Germans during World War II but that he was both anti-Semitic and highly critical of the Red Army when questioned by his captors.
The evidence implying surrender is contained in a letter written by Dzhugashvili’s brigade commissar, Alexei Rumyanzev, to the Red Army’s political director.
It insists that Stalin’s son behaved “fearlessly and impeccably” as a battery commander.
But it goes on to explain how after his battery was bombed by the Nazis, Dzhugashvili and a Red Army soldier named Popuride escaped.
“They buried their papers and put on civilian clothing,” the letter states.
But it adds: “When they reached the lakeside, Comrade Dzhugashvili told Popuride to keep going, but said that he wanted to stay and rest.”
Der Spiegel said the admission that Stalin’s son had wanted to “stay and rest” indicated that he had handed himself over. Independent
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Tejado del Reichstag, 02-05-1945
“¡Maten! ¡Maten!. En la raza alemana no hay mas que mal, ¡ni uno entre los vivos, ni uno entre los aun no nacidos, nada mas que mal! Sigan los preceptos del camarada Stalin. Aniquilen a la bestia fascista de una vez por todas en su guarida. ¡Usen la fuerza y rompan el orgullo racial de esas mujeres alemanas! ¡Tomenlas como su botín de guerra! A medida que avancen, maten, nobles soldados del ejercito rojo.”
Comisario judío soviético Llya Ehrenburg
Kate Connolly. THE OBSERVER.
ESPECIAL PARA CLARIN.
Es uno de los dramas más trágicos y ocultos del siglo XX, pero ahora —medio siglo después— el libro de un historiador militar británico logró que muchas mujeres alemanas hablaran de él: los horrores vividos a manos de soldados soviéticos, que perpetraron violaciones en Alemania desde 1945 hasta 1949.
La odisea de estas mujeres salió a la luz gracias a Anthony Beevor, cuyo libro Berlín: The Downfall, 1945 (Berlín: La caída, 1945) se publicó el mes pasado y se convirtió en suceso.
En su best-séller, Beevor —un ex soldado británico— usa material inédito de los archivos rusos de Moscú y describe el terrible sufrimiento de unas dos millones de mujeres y niñas alemanas.
Entre las víctimas hubo mujeres que llegaron a ser figuras destacadas. Por ejemplo, Hannelore Kohl, esposa del ex canciller Helmut Kohl. La señora Kohl (se suicidó el año pasado) fue violada a los doce años, cuando ella y su mamá no pudieron escapar en un tren que iba a Dresden.
El libro de Beevor tuvo una conmovedora recepción de las víctimas, muchas de las cuales viven en Gran Bretaña.
“Me habían ordenado enterrar a unos muchachos de la Juventud Hitleriana cuando ellos me encontraron”, dice Martha Dowsey. “Seis soldados del Ejército Rojo con las caras tiznadas me tiraron al suelo junto a las tumbas y me violaron, uno tras otro”. La mujer tiene ahora 81 años. Durante décadas, nunca había encontrado a nadie que creyera lo que le tocó vivir. Por años, se consideró que el Ejército Rojo era un grupo de héroes que había liberado a Alemania de los nazis.
Para Martha no fue así. “Eran agresivos, brutales. Nunca les conté esto a mis hijos; y mi esposo sólo supo que me había pasado algo horrible. Tuvo la delicadeza de no preguntar”, dice en su casa de un barrio del sur de Londres.
Hace muy poco que Martha se armó de valor y habló. Y fue gracias al libro de Beevor. Las víctimas —a quienes Beevor señala que los rusos consideraban “botín de guerra” con el que compensar los crímenes de la Wehrmacht en Rusia— iban de los 12 a los 80 años de edad o más.
Una mujer alemana —Jutte, de Preston— le escribió a Beevor: “Muchas veces quise hablar de eso, pero sabía que nadie me creería o que interpretarían mi historia como un rapto de autocompasión. Lo que usted escribió es una forma de mostrar cómo se puede soportar el sufrimiento.”
Una mujer a la que Beevor visitó en Berlín le contó que había matado a un soldado con su arma mientras él trataba de violar a su mamá. “Después —dice Beevor— me di cuenta de que el soldado la había violado a ella y que ella luego había armado la historia y trataba desesperadamente de creerla.”
En sus cartas, las mujeres confirmaron lo que describe Beevor en el libro en el sentido de que, para evitar correr la misma suerte que sus vecinas, muchas mataron a sus hijas y luego se suicidaron.
Para fines de la década de 1940 —las violaciones se sucedieron durante tres años o más— las tropas soviéticas habían sembrado desesperación. Según algunos informes, el 90% de las mujeres berlinesas había contraído enfermedades venéreas. Beevor cita declaraciones de un médico que le dijo que, de las aproximadamente 100.000 mujeres violadas en Berlín, un 10% murió, la mayoría por suicidios. La tasa de mortalidad del casi millón y medio de mujeres violadas en el este de Prusia, Pomerania y Silesia [hoy regiones polacas], dice, es más elevada.

HEIDEGGER: PATRIA Y TIERRA

HEIDEGGER: PATRIA Y TIERRA

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JUEVES, 21 DE FEBRERO DE 2013


Heidegger trata el concepto de patria ayudándose de la oposición arraigo/desarraigo. Ahora vivimos la experiencia continua del desarraigo. La civilización mundial tecnológico–científica sitúa al hombre en un universo de cálculos, aparatos, compras y ventas que lo apartan de una relación normal con la tierra y con los otros. La técnica moderna nos ha desterrado. Ahora somos apartidas funcionarios de la técnica. Al modo técnico–moderno de vida, le corresponde un pensar calculador que no es capaz de aprehender el ser. Al modo tradicional de vida, le corresponde un pensar meditativo que sí es capaz de captar la esencia. En la cultura actual, predomina la entrega irreflexiva a la utilidad y al dominio. Importan el dinero, los aparatos y el poder. Pero las cosas no son verdaderamente así, el verdadero ser se olvida. El sentido que Heidegger da a la patria tiene que ver con la vuelta a las raíces de la tierra y a un pensar meditador. La misma desconfianza hacia la forma moderna de vida encontramos en los volkisch.
La mujer de Heidegger tenía una cabaña en Todtnauberg en medio de la Selva Negra. Heidegger acomodó aquella cabaña en 1922 y la convirtió en su lugar favorito de estudio. Muchos de sus libros fueron escritos allí. El ambiente de la sencillez del pueblo le enseñó muchas cosas. Los paisanos le hablaban de la vaca enferma, del tiempo, de los nuevos sucesos locales… Una campesina de 83 años subía a verle de vez en cuando y le contaba antiguas historias. Las relaciones y conversaciones con los campesinos albergaban algo mucho más profundo que los tratados académicos. El pensamiento que entrega la esencia surge de las raíces del pueblo, no de las organizaciones técnicas. El contraste vida campesina/vida de ciudad acompañó a Heidegger toda su vida:
En marzo y en agosto de 1925 Heidegger escribió a Hanna Arendt las siguientes cartas:
“La soledad de las montañas, el curso tranquilo de la vida de los montañeses, la proximidad elemental del sol, de la tempestad y del cielo, la sencillez de una huella perdida en una pendiente amplia y cubierta de una gruesa capa de nieve – todo ello aleja de verdad el alma de toda la existencia despedazada y desmenuzada de la civilización.
Y este es el suelo natal de la alegría pura. Uno no necesita lo “interesante”, y el trabajo posee la regularidad de los golpes lejanos de un talador en el bosque alpino” (1)
“Vuelvo a vivir aquí con la naturaleza y con el suelo natal y percibo, por así decirlo, cómo crecen los pensamientos. También resulta maravilloso meditar mientras paseo entre los abetos rojos. Muy de vez en cuando me encuentro con algún leñador –veraneantes y cosas por el estilo no existen por estos pagos. Conozco cada vereda del bosque, cada pequeño manantial, los pasos de los ciervos – o el lugar donde se juntan los urogallos” (2)
Las reflexiones sobre tierra y patria, tan comunes en su época de los comentarios a Hölderlin, ya estaban presente antes de Ser y tiempo, como muestran las cartas.
“Patria”, en alemán, se puede decir de dos maneras: Vaterland o Heimat. Vaterland suena a padre, como en español. Heimat suena a hogar (Heim), a país natal y a tierra. Hólderlin utiliza tanto Vaterland como Heimat. Heidegger utiliza preferentemente Heimat. Los dos autores utilizan también el término Geburtsland, literalmente: tierra natal. Dependiendo del contexto, puede significar la patria misma o el lugar en el que ocurrió el nacer y el crecer.
Es a comienzos de los años cuarenta, en sus trabajos sobre Hölderlin, cuando Heidegger trata el tema de la patria y del suelo natal de manera exhaustiva. El poema de Hölderlin Retorno a la patria/A los parientes describe un viaje de regreso a la patria. A medida que el viajero va llegando, nota la cercanía:
“Todo parece familiar, el saludo de prisa al pasar también
parece de amigos, todo rostro parece emparentado
Ah, ciertamente, es la tierra natal (Geburtsland), el suelo de la patria (Heimat)
lo que buscas, está cerca, ya te sale al encuentro
En las montañas me cautiva un lugar amistoso” (3)
Pero entrar en la patria no es tan fácil, la patria se cierra sobre sí misma, se reserva a los que tienen determina mirada. El secreto que esconde es lo más sencillo: la campesina con los cubos, la vaca pastando, la fuente… Pero lo sencillo es al mismo tiempo lo más misterioso. No es fácil ver desde una perspectiva tecnológica lo que es tan evidente.
Patria es, de entrada, el lugar donde nacemos y vivimos. Pero podemos nacer, crecer y residir en un lugar sin el mínimo arraigo. Estar en una patria en la época de la técnica moderna no es lo mismo que vivir en una patria y vivir la patria. La forma de vida actual deja morir la patria. Vivir la patria y ser de la patria es estar en casa y ser de casa, con todos los matices de cercanía acogedora, sentir como propio, protección e identidad que esto implica.
Pero estar en casa y ser de casa todavía no es suficiente para caracterizar la patria.  “Comienzo” (Beginn) en    Heidegger significa lo que ocurrió en una fecha como primer elemento de una secuencia. Por ejemplo el asesinato de Sarajevo el 28 de junio de 1914 es el comienzo de la Primera Guerra Mundial. El comienzo no es ninguna causa, es simplemente una fecha de referencia. “Inicio” (Anfang) significa aquello a partir de lo cual se pone en marcha un proceso. Muchas veces el inicio suele ser un acto de voluntad. Por ejemplo, el inicio de Europa se encuentra en el modo de vida que decidieron los griegos. “Origen” (Ursprung) significa la estructura de posibilidades que permite cualquier inicio y cualquier comienzo. En definitiva, el origen es el ser mismo. Pero el ser se conserva en el misterio. Por eso Heidegger habla la mayoría de las veces de cercanía al origen en vez de hablar de origen. Estar en casa y ser de casa lleva implícito un sistema especial de relaciones. El equilibrio de las sencillas relaciones del estar en casa y ser de casa abre en los pueblos una claridad que los remonta a la cercanía del origen:
“La patria se prepara como la tierra de la cercanía al origen” (4)
“La patria es el origen del espíritu y el fundamento del origen” (5)
Si logramos entrar dentro de la patria, el alejamiento del origen propio de la historia de Occidente desde Sócrates se vuelve acercamiento. La patria resulta ser de esta manera un ámbito especial en el que nos encontramos a salvo del destierro. Salvar es librar de los riesgos, en este caso poner a buen recaudo de los manejos de la técnica moderna. Salvamos al niño, la casa, la amistad, las buenas relaciones… y esto es tanto como dejarlos ser lo que son y como son. Salvar es guardar algo esencial: “salvar (retten) significa propiamente: franquearle a algo la entrada a su propia esencia” (6). El estar en casa guarda lo esencial que hay implícito en lo sencillo. Hay un sistema de relaciones tradicionales donde podemos ver las cosas como son, en su esencia, sin manejos. Reflexionar a la manera meditativa que lleva a las esencias es algo que hay que hacer desde la patria. Todavía en 1966, en la entrevista del Spiegel, Heidegger seguía pensando lo mismo sobre lo esencial dentro de la patria: “Todo lo esencial y grande solo ha podido surgir cuando el hombre tenía una patria y estaba arraigado en una tradición. La literatura actual, por ejemplo, es en gran parte destructiva” (7).
La patria entrega la esencia porque es la proximidad al ser: “La patria de este morar histórico es la proximidad al ser” (8). Retorno a la patria es retorno a las cercanías del origen. Solo en las cercanías del origen se abre un claro en el bosque del ser que permite experimentar la verdad. Esto no quiere decir regresar a una patria que está ahí previamente, porque la patria hace tiempo que la hemos perdido. Quiere decir trabajo de descubrir las huellas que permiten el regreso.
Uno de los riesgos del pensamiento calculador es la universalidad. Las entidades universales que valen para todo se quedan en lo indiferente y resulta que no valen para nada realmente esencial (9). El pensamiento calculador es uniforme y, por tanto, apátrida; no puede acceder al misterio de lo individual. La patria y el ser-ahí, en cuanto que son plenitudes individuales, se desvanecen ante el imperio de lo calculable. Podría pensarse que esto es un asunto meramente abstracto sin conexión con la realidad. Pero Heidegger nos recomienda en el discurso del aniversario de Messkirch (10) que miremos a los tejados de nuestras ciudades. Están llenos de antenas a través de las cuales nos llegan historias que no tienen nada que ver con nosotros mismos. Somos extranjeros en nuestra propia patria. ¿Acaso no hay suficientes historias en el propio pueblo como para atiborrarse de historias preparadas por los medios de comunicación social para favorecer el imperio de la calculable?, ¿dónde están las historias del abuelo alrededor del fuego? Recordemos que en Grecia el teatro era gratis y versaba sobre los mitos propios. Se guardaba la tradición, se podía estar a salvo dentro de la patria; no había destierro cultural. La uniformidad e indiferencia del pensamiento moderno (igualdad y abstracción) se opone punto por punto a lo propio de la patria (diferencia y concreción). Otra característica de la patria es, por tanto, lo propio, lo diferente, lo singular y lo concreto. El ser está de parte de lo concreto, no de parte de lo abstracto.
“Sano y salvo”, “a salvo” y “salve” se dice en alemán heil. Pero heil, además de salvación, tiene la connotación de lo sagrado, porque heilig significa sagrado y heiligen santificar. Cuando Heidegger dice que la patria permanece a salvo (heil) de las manipulaciones típicas de la historia occidental, dice también que es un reducto de lo sagrado. Según Hölderlin, faltan nombres sagrados; los dioses han huido de nuestro mundo. La vuelta de los dioses corre a cargo de los poetas. Ellos son los capaces de seguir el rastro de los dioses huidos. Poetizar es nombrar a los dioses, descifrar el lenguaje de los dioses. Esto solo puede hacerse en la claridad que produce la cercanía a la patria -esta claridad es lo sagrado- y solo puede hacerlo el poeta. La cercanía al ser, lo claro de la patria, es también lo sagrado.
La relación entre el ser y el ahí no se puede encontrar en la homogeneidad del mundo actual. El ser-ahí no puede ser auténtico a no ser que  haga una revolución. La revolución en el sentido de Heidegger -vuelta al auténtico ser, vuelta al origen- es un camino a recorrer a través de la patria.
La cabaña de Heidegger
La tierra y el apego a la tierra
Después de la Primera Guerra Mundial, los alemanes se negaron a pagar las indemnizaciones de guerra. En represalia, los franceses ocuparon el Ruhr. Albert Leo Schlageter, un antiguo teniente de la guerra y miembro de los Freikorps, formó una patrulla de combate para llevar a cabo actos de sabotaje contra la ocupación francesa del Ruhr. Los franceses lo apresaron y lo ejecutaron. En cuanto el partido nacionalsocialista subió al poder, le erigieron un monumento y promovieron conmemoraciones en cada aniversario de su muerte. Heidegger estuvo a cargo de la alocución de esta conmemoración en Friburgo:
“¡Estudiante de Friburgo!, ¡Estudiante Alemán!… Cuando en tus marchas y excursiones pisas las montañas, los bosques y valles de la Selva Negra, hogar de este héroe, experimenta y aprende que las montañas entre las que el joven hijo de campesinos creció son de piedra primitiva, de granito. Y ellas han estado mucho tiempo trabajando endureciendo la voluntad.
El sol de otoño de la Selva Negra se presenta bañando las cordilleras y bosques en la más gloriosa y clara luz. Ella ha nutrido por mucho tiempo la claridad del corazón.
Indefenso ante las miras de los fusiles que se movían hacia él, la mirada interior del héroe se fijó en el día y en las montañas de su patria por encima de las bocas de las armas, para morir por el pueblo alemán y por su Reich con la mirada puesta en el campo de la patria.
Albert Leo Schlageter murió su muerte, la muerte más difícil y más grandiosa de todas, con voluntad dura y corazón claro.
¡Estudiantes de Friburgo, dejad que la fuerza de las montañas de la patria de nuestro héroe fluya dentro de vuestras voluntades!
¡Estudiantes de Friburgo, permitid que la fuerza del sol otoñal de los valles maternos de nuestro héroe brille en vuestro corazón!
Preservad la dureza de la voluntad y la claridad del corazón, llevadlos a los camaradas de las universidades alemanas.
Schlageter estuvo aquí y y recorrió estos lugares como un estudiante de Friburgo. Ya no lo hará más. Él tenía que ir al Báltico; tenía que ir a la Alta Silesia; tenía que a ir al Ruhr.
Él no se permitió huir de su propio destino. Murió en la más difícil y grandiosa de todas las muertes con dureza de la voluntad y claridad del corazón.
Honremos al héroe y levantemos nuestro brazo en un saludo silencioso” (11)
Las montañas de la patria siguen endureciendo la voluntad como endurecieron la voluntad del héroe Schlageter. Aquí se encuentra en toda su plenitud el tema volkisch del hombre unido a la tierra. Cuando Schlageter miraba los fusiles franceses que le apuntaban, veía por encima de ellos las montañas de su tierra y solo pensaba en la muerte por su pueblo. Las montañas de Schlageter son las montañas del pueblo, las montañas de todos, la tierra de la patria. Schlageter tenía que ir a la guerra, tenía que luchar contra los franceses, la patria era lo primero. Su espíritu es la entrega por la patria, la entrega por el pueblo y la voluntad de la tierra natal. En la alocución de Heidegger, están presentes tanto la mística volkisch de unificación con el pueblo como el apego romántico a la tierra.
Para entender el concepto de tierra en Heidegger, hay que dar un rodeo a través del concepto de physis. El significado de la physis heideggeriana no tiene nada que ver con la naturaleza mecanizada de la física actual. La naturaleza -physis- en el antiguo pensar griego significaba algo muy distinto. Physis es, en primer lugar, surgir desde sí mismo que deja en sí mismo lo surgido. La flor surge de dentro del capullo y su desarrollo no se marcha fuera. De la misma manera la physis hace brotar y conserva al mismo tiempo lo brotado. Es por tanto autoproducción y autosostenimiento. Hablando en el lenguaje de los presocráticos, podemos decir que physis es aquello de donde todo surge y donde todo va a parar. En segundo lugar, es desocultamiento y ocultamiento. En cuanto brotar, se abre manifestando lo que estaba oculto. Pero no se trata de una apertura absoluta, no todo queda al descubierto. La physis, al desocultarse, se sigue albergando en el ocultarse, es ocultarse y desocultarse al mismo tiempo. En tercer lugar physis es todo lo que existe, incluidos los hombres y los dioses. La naturaleza especial del hombre no hace de él un ser aparte; tampoco hay un mundo aparte para los dioses. No hay nada fuera de la physis, no hay un mundo sobrenatural. Cuando la flor surge de la semilla, no va a parar a otro mundo distinto. Cuando la flor muere, no va a parar a otro mundo. La physis, al hacer surgir, crea un ámbito en el que deposita lo surgido y que sigue siendo physis. Este ámbito que acoge todo lo que surge es la tierra. La tierra da refugio a todo, es el refugio por excelencia. La tierra es la misma physis en su aspecto de albergar lo que surge: “La tierra es aquello en donde el surgimiento vuelve a dar acogida a todo lo que surge como tal. En eso que surge la tierra se presenta como aquello que acoge” (12). Si la physis es aquello de donde todo surge y a donde todo va a parar, la tierra es aquel ámbito donde todo va a parar y en el que habitamos.
“Ser hombre significa estar en la tierra como mortal” (14)
“Habitar es la manera en que los mortales son en la tierra” (15)
Ahora estamos en la tierra de una manera que nada tiene que ver con el ser. Más que habitar la tierra explotamos la tierra. Habitar es vivir guardando las cosas como son y ahora no dejamos ser a las cosas como son. Por eso dice Heidegger que el auténtico hombre es el pastor del ser mientras que ahora somos funcionarios de la técnica. El rasgo fundamental del habitar es cuidar lo esencial. Los mortales habitan la tierra en la medida que salva (cuidan lo esencial) la tierra y el cielo y en la medida en que se reconocen mortales. No existe la verdad del hombre sin la muerte. Engañarnos respecto a la muerte nos aparta totalmente de lo que el hombre es. el hombre es un ser mortal que habita en la tierra, bajo un cielo, que ha perdido a los dioses y que tiene que recuperarlos.
Cuidar la tierra, salvar la tierra y vivir conforme a esencia no son solo palabras, son expresiones que apuntan a lo más concreto, son ecología pura. La revolución del regreso al origen es una revolución ecológica. A Heidegger le ofrecieron una cátedra en Berlín mientras desempeñaba sus funciones en la cátedra de Friburgo. A pesar de que el puesto era de la máxima categoría, lo rechazó. La respuesta negativade Heidegger, muy en consonancia con su filosofía de apego a la tierra, está contenida en el conocido escrito ¿Por qué permanecemos en la provincia? Transcribimos aquí algunos párrafos:
“Y el trabajo filosófico no transcurre cual la apartada ocupación de un extravagante, sino que tiene una íntima relación con el trabajo de los campesinos. Mi trabajo se asemeja al del joven campesino cuando sube la pendiente remolcando el trineo de montaña y luego, una vez bien cargado con leños de haya, lo dirige a su cortijo en peligroso descenso; al del pastor cuando con su andar lentamente meditabundo arrea su ganado pendiente arriba; al del campesino cuando en su cuarto dispone en forma adecuada las innumerables tablillas para su techo. Allí arraiga su inmediata pertenencia a los campesinos.
El hombre de la ciudad piensa que “se mezcla con el pueblo” tan pronto condesciende a entablar una larga conversación con un campesino. Por las tardes, cuando durante la pausa del trabajo me siento con los campesinos en torno de la estufa o en la mesa junto del rincón donde está la imagen del Señor, casi nunca hablamos. En silencio fumamos nuestras pipas. Entretanto quizá cruza una palabra. Que el trabajo se termina en el bosque, que en la noche anterior se metió una marta en el gallinero, que posiblemente mañana una vaca parirá, que el campesino Oehmi ha tenido un ataque, que el tiempo pronto “se muda”. La íntima pertenencia del propio trabajo a la Selva Negra y sus moradores viene de un centenario arraigo suabo-alemán a la tierra que nada puede reemplazar.
………..
la memoria campesina tiene su fidelidad sencilla, segura e incesable. Hace poco le llegó la hora de la muerte a una campesina allá arriba. Ella conversaba conmigo a menudo y de buena gana, y me enseñaba viejas historias del pueblo. En su lenguaje enérgico y lleno de imágenes conservaba todavía muchas palabras viejas y diversas sentencias que habían llegado a ser ininteligibles para los actuales jóvenes del pueblo y, así, han desaparecido del lenguaje vivo. Todavía en el año pasado, cuando yo vivía solo semanas enteras en el refugio, esta campesina, con sus 83 años, subía a menudo la abrupta cuesta que conduce a él. Quería ver, como decía, si yo todavía estaba allí y si no me había robado de improviso “algún duende”. La noche que murió la pasó conversando con sus parientes y, hora y media antes de su fin, envió todavía un saludo al “señor profesor”. Tal recuerdo vale incomparablemente más que el más hábil “reportaje” de un periódico de circulación mundial sobre mí pretendida filosofía.
El mundo de la ciudad está en peligro de sucumbir a una falsa creencia corruptora. Una impertinencia muy ruidosa y muy activa y muy delicada parece, a menudo, preocuparse por el mundo y la existencia del campesino. Pero con ello se niega precisamente lo que ahora sólo hace falta: mantener la distancia de la existencia campesina; abandonarla -ahora más que nunca- a su propia ley; ¡fuera las manos!; para no arrastrarla en una falsa habladuría de literatos sobre lo popular y amor a la tierra. El campesino ni quiere ni necesita en ningún caso esta exagerada amabilidad ciudadana. Lo que ciertamente necesita y quiere es el tacto reservado respecto a su propio ser y a su independencia. Pero muchos de los procedentes de la gran ciudad y de los transeúntes -y no en último término los esquiadores- se comportan a menudo en el pueblo o en la casa del campesino como si se “divirtieran” en sus salones de recreo de la gran ciudad. Tal ajetreo destruye en una noche más de lo que puede fomentar jamás un adecenamiento científico de varios decenios sobre lo popular y las costumbres y usos del pueblo.
Dejemos toda intimación condescendiente y todo falso culto de lo popular; aprendamos a tomar en serio allá arriba aquella existencia sencilla y dura. Sólo entonces nos podrá volver a decir algo.
Hace poco recibí la segunda llamada a la Universidad de Berlín. En una ocasión semejante me retiro de la ciudad a mi refugio. Escucho lo que dicen las montañas, los bosques y los cortijos. En esto vengo a donde mi viejo amigo, un campesino de 73 años. En los periódicos ha leído sobre el llamado a Berlín. ¿Qué irá a decir? Lentamente desliza la segura mirada de sus claros ojos en los míos, mantiene los labios fuertemente apretados, me coloca su mano fielmente circunspecta sobre el hombro y sacude su cabeza en forma apenas perceptible. Esto quiere decir: ¡irrevocablemente no!” (13)
Heidegger no fue a Berlín porque eso significaba no estar en casa (patria). Y no estar en casa implicaba no poder pensar las esencias. El pensamiento meditativo surge en lo sagrado de la patria. Pero hemos perdido el claro donde se manifiesta la verdad, que es tanto como decir que hemos perdido lo sagrado. Lo más urgente es recuperarlo.
Todo fluye
Eugenio Gil
Notas
(1) Carta a Hanna Arendt, 21 de marzo de 1925. Hanna Arendt y Martín Heidegger, Correspondencia 1925-1975, Herder, p.17.
(2) Carta a Hanna Arendt, 23 de agosto de 1925. Hanna Arendt y Martín Heidegger, Correspondencia 1925-1975, Herder, p.43.
(3) Hölderlin, Retorno a la patria, a los parientes.
(4) GA 4, p.28. Interpretaciones sobre la poesía de Hölderlin, Ariel, 49.
(5) GA 4, p.92. Interpretaciones sobre la poesía de Hölderlin, Ariel, 112.
(6) GA 7, p.152. Constuir, habitar, pensar. En Conferencias y artículos, Ediciones del Serbal, p.132.
(7) Entrevista del Spiegel. En La autoafirmación de la Universidad alemana/El rectorado/Entrevista del Spiegel, Tecnos, p.71.
(8) GA 9, p.338. Hitos, Alianza, p.278.
(9) GA 4, p.31 ss. Interpretaciones sobre la poesía de Hölderlin, Ariel, p.55.
(10) GA 16, p.574 ss.
(11) GA 16, p.759. Alocución de Heidegger ante los estudiantes de Friburgo.
(12) GA 5, 31. Caminos del bosque, Alianza, p.35.
(13) Traducción de Jorge Rodríguez , en Revista Eco, Bogota, Colombia, Tomo VI, 5 , marzo 1963. http://www.heideggeriana.com.ar/textos/en_provincia.htm.
(14) GA 7, p.150. Conferencias y artículos, Ediciones del Serbal, p.130
(15) GA 7, p.148-149. Conferencias y artículos, Ediciones del Serbal, p.129.
Bibliografía
Martín Heidegger, La autoafirmación de la Universidad alemana/El rectorado/Entrevista del Spiegel, Tecnos, p.71 [La entrevista concedida por Heidegger a Der Spiegel fue en 1966 y publicada por Der Spiegel en 1976]
Martín Heidegger, Gelasenheit, Pfullingen, Neske, 1959 [Alocución de Heidegger en Messkirch en 1955]. Serenidad, Ediciones del Serbal, Barcelona, 1989.
Martín Heidegger, GA 16: Reden and andere Zeugnise eines Lebensweweges, Vittorio Klostermann, Frankfurt am Main, 2000 [Escrito por Heidegger entre 1910-1976].
Martín Heidegger, GA 9: Wegmarken, Vittorio Klostermann, Frankfurt am Main, 1976 [Escrito por Heidegger entre 1920-1961]. Caminos del bosque, Alianza Universidad, Madrid, 1984
Martín Heidegger, GA 7: Vorträge und Aufsätze, Vittorio Klostermann, Frankfurt am Main, 2000. [Escrito por Heidegger entre 1910-1976]. Conferencias y artículos. Ediciones del Serbal, Barcelona, 1994.
Martín Heidegger, GA 4: Erläuterungen zu Hölderlins Dichtung, Vittorio Klostermann,  Frankfurt am Main, 1980 [Escrito por Heidegger entre 1935-1968]. Interpretaciones sobre la poesía de Hölderlin, Ariel, Barcelona, 1983
Martín Heidegger, GA 53: Hölderlins Hymne “Der Ister”, Vittorio Klostermann,  Frankfurt am Main, [Escrito por Heidegger entre 1923-1944].

jueves, 14 de febrero de 2013

HERÁKLITO : “LA guerra es el Padre de todas las cosas!”

HERÁKLITO : “LA guerra es el Padre de todas las cosas!”

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Heraklito de Efeso


El Fuego de Heráclito >> 08/09/El Fuego de Heráclito >> 08/09/2009 . “Este cosmos, el mismo para todos, no ha sido creado ni por los dioses ni por los hombres sino que siempre fue, es y será fuego viviente, que se enciende según medida y se extingue según medida”. . Heráclito de Éfeso, según Clemente de Alejandría.
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Fuente: masalladeloido
Esta cita de Heraklito me sirve para recomendar un blog excelente:
Otras entradas:
Nota de JRANIA:  Hemos copiado el post del blog HIRANIA… pero nos parece fundamental precisar una idea del genial
griego: Polemós es el padre de todo lo que existe. Es decir, toda realidad o cosa viva o muerta entraña en sí misma
una pugna o lucha entre opuestos. En este sentido se puede decir que la guerra, una expresión o forma entre tantas, del POLEMÓS o conflicto, es el “padre” (en griego “polemós” ó guerra es masculino) de todas las cosas…

miércoles, 6 de febrero de 2013

…THE FOUR MILLION VARIANT

…THE FOUR MILLION VARIANT

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THE HOLOCAUST AND THE FOUR MILLION VARIANT
How will history remember the Holocaust, historic horror or historic hoax? It depends on whether or not World Zionism controls the history? For decades, most people accepted the Holocaust as true. There were some doubters. Internet search engines like Google or Yahoo cited thousands of articles, affirming or doubting it. But that’s over. Like the mass media the search engines are now entirely owned or controlled by zionists. (Where do they get the financing?) A tsunami has swept across the search engines, purging all but Zionist sites, universally claiming that 6 million Jews were butchered in “nazi death camps” between 1940 and 1945 and that all questioners are anti-semites. Why did Zionism feel it necessary to launder the search engines? Is the Holocaust vulnerable? What is the true history?
Today, Zionists claim there were 17 million Jews in 1940 and 11 million in 1945, a loss of 6 million. You see it everywhere, in the schools, movies, television, radio, newspaper, history, literature and on thousands of monuments and memorials throughout the Zionist world. And now on the internet. Note this number has remained constant for over a half century.
It must be understood that the word “Jews” as used in this article primarily refers to a race of Khazars from Asia, called “Asiatics” by Benjamin Franklin. Today in Europe and America, Khazars constitute the majority of “Jews” (cf. Benjamin Freedman). And a majority of Khazars are Zionists.
Modern Zionism is a highly organized political movement; it is not a religion. It is focused on its “ladder” to world domination and is extremely well financed. The Holocaust is its heart and soul. It originated in the 1800’s backed by Rothschild and demanded its own nation in Palestine. In 1916 England promised this in the the Balfour Declaration, prepared by Rothschild and Brandeis, to bring US into World War I for England, but reneged. It took universal sympathy for the Holocaust after World War II to induce the nations to turn over part of Palestine to the Zionists in 1948. But there was a danger, the flag of Israel was hung on a Holocaust flagpole. The Holocaust also produced the Holocaust Industry in which hundreds of billions are collected for the “victims”, their descendants and for Israel ad infinitum. Finally, the Holocaust is probably the greatest political cudgel in history. And World Zionism will stop at nothing to crush all investigations or questions about the Holocaust. What’s their problem?
Wikipedia is a well known encyclopedia on the internet, sympathetic to the Holocaust. Yet comparing its “Holocaust” article with its “death camp” articles produces major problems. We’ve all heard of Auschwitz, Buchenwald, Dachau, Treblinka, etc., names that cause a shiver of dread and horror even today, thanks to constant Zionist media repetition and reinforcement. But there are also many other camps: Bergen-Belsen, Belzec, Chelmno, Jasenovak, Majdanek, Sobibor, Sachenhausen, Sangerhausen, Flossenburg, Grini, Klooga, Landsberg-am-Lech, Flöha, Oranienburg, Hamburg-Neuengamme, Mauthausen, Natzweiler, Ravensbrück, Maly Trostinets and Theresienstadt. Much of the information is based on Zionist estimates, documents and testimony with little hard evidence.
According to Wikipedia, 3.8 million people died in the following “extermination camps…80 to 90% were Jews or half of the Jews killed in the Holocaust”:
Auschwitz 1.4 million deaths X 85% or 1.2 million Jews
Treblinka 870,000 deaths X 85% or 740,000 Jews
Belzek 600,000 deaths X 85% or 510,000 Jews
Jasenovak 600,000 deaths X 85% or (Few Jews)
Chelmno 320,000 deaths X 85% or 272,000 Jews
Majdanek 360,000 deaths X 85% or 306,000 Jews
Sobibor 250,000 deaths X 85% or 212,000 Jews
But when you read the Wikipedia articles on the individual camps, significant discrepancies begin to emerge, as shown in the following abstracts:
In 1989 Auschwitz corrected its monuments and reduced the number of deaths from 4 million to 1.1 million yet the 6 million total never changed (the savings at Auschwitz were picked up in other camps). Also, the International Red Cross and detailed German death records indicate that only about 150,000 died at Auschwitz of whom 30,000 were Jews. Wikipedia ignores or dismisses such records. (Compare with 1.2 million above.)
In Treblinka, The Höfle Telegram listed 713,555 Jews killed up to the end of December 1942. With the addition of 1943 transports listed in Yitzhak Arad’s book, one may arrive at the figure 800,000. (Compare with 740,000 above.)
At Belzek, at least 434,500 Jews were killed. (Compare with 510,000 above.)
The Jasenovac Memorial Area keeps a list of 69,842 names of Jasenovac victims: 39,580 Serbs, 14,599 Roma, 10,700 Jews, 3,462 Croats as well as people of some other ethnicities. (“The world’s eminent authority on Holocaust victims, Yad Vashem Center, claims 600,000.”)
In the Chelmno camp, at least 152,000 people were killed, mainly Jews from the Lódz Ghetto. (Compare with 272,000 above.)
According to the official Majdanek State Museum about 300,000 inmates passed through the camp, over 40% Jews. The most recent research by the Majdanek Museum indicates that there were 78,000 victims, 59,000 of whom were Jews. (Compare with 306,000 above.)
At least 250,000 people were killed in Sobibór. The victims were mostly Jews from Poland.
The deaths listed for the remaining sites do not come close to another 3.8 million, much less 80 to 90% Jews. Some samples are:
The total number of deaths at Buchenwald is estimated at 56,545 with little mention of Jews.
At Bergen-Belsen, an estimated 50,000 people died there, up to 35,000 of them dying of typhus in the first few months of 1945.
Of the roughly 30,000 wartime victims at Sachsenhausen, most were Russian prisoners of war.
At Maly Trostenets Yad Vashem currently estimates the number killed as 65,000 while German historian Christian Gerlach estimates the number to be in the range of 40,000-60,000, mostly Jews from Minsk.
At Ravensbruk, about 30,000 to 40,000 women and children perished there, mostly Polish, few Jews.
Various historians place the total death toll in the four main camps of Mauthausen, Gusen I, Gusen II and Gusen III at between 55,000 and 60,000.
Over 200,000 prisoners were housed in Dachau of which nearly one-third were Jews; 32,099 prisoners are believed to have died in the camp and almost another 10,000 in its subcamps, primarily from disease.
At Dachau signs now read that the facilities were never used as gas chambers to murder anyone. In fact, there’s no evidence that any “death camps” used poison gas, gas chambers or gas ovens to kill. Yet Wikipedia lists millions of Jews murdered in every camp in poison gas chambers that could hold thousands of people at a time. This is necessary to account for the number of deaths, “75% of all European Jews”.
Wikipedia also states that 11 million people died in the “death camps”, almost the same number of non-Jews as Jews. How does this fit with the claim that 80 to 90% of the deaths in the principal “death camps” were Jews. Millions of non-Jews have just disappeared. Finally, Wikipedia states that the first credible news of the “death camps” arrived in the West around D-Day, June, 1944, yet the Holocaust Industry is still trying to collect reparations from America for its failure to intervene at an earlier date in the European War on behalf of the Jews.
An important objective study, which is suppressed, is the 1948 report by the International Red Cross, covering its activities during World War II (1942-1945) in the camps maintained by the German authorities. They were allowed to deliver over one million parcels of food, clothing and medicine to the inmates. It stated their efforts were hindered not by the Germans but by the Allied blockade of Germany and the dire situation in Germany during the final months of the war was due to “the barbarous aerial warfare of the Allies” (carpet bombing). It also states that large numbers of “the three million or so European Jews avoided internment altogether”. Did they say 3 million? (It seems there was a massive migration of Jews out of Europe in the 1930’s to America and in the 1940’s to Israel.) There is no mention whatsoever of genocide, gas chambers, death showers, poison gas, etc.; quite the contrary.
In lengthy books about World War II written by Churchill and Eisenhower, there is not a single mention of Jews being genocided in Nazi “death camps”.
Qualified engineers inspected the “death camps” and stated that the facilities were showers and could not be used as gas chambers and that the alleged deaths were “impossible”. They were imprisoned.
There is ample testimony of eyewitness inmates which belie the existence of “death camps”. They are suppressed or imprisoned.
The Nuremberg trials were hate theater orchestrated by the Zionists under the London Agreement. Testimony was obtained by torture. German generals were castrated by constant kicks to the groin.
In 1933 Samuel Untermeyer said there were 14 million Jews in the world. By 1940 this exploded to 17 million (an astonishing racial fecundity) and then imploded to 11 million in 1945 due to the Holocaust. But in an article in 1948, Hanson Baldwin, the war expert of the New York Times, said there were then 15 to 17 million Jews in the world, almost the same number as 1940.
Earlier demographers said that there were 14 to 15 million Jews during the period of the “Holocaust”. Today there are less than 14 million, about the same number as in 1933. Almost half are now in the United States, twice the number of 1920.
Here’s how Wikipedia explains the discrepancies:
“Deniers often use the ‘Four Million Variant’ as a stepping stone to leap…to the idea that the Holocaust was a hoax perpetrated by a [Zionist] conspiracy. They hope to discredit historians by making them seem inconsistent. One must wonder which historians they speak of, as most have been remarkably consistent in their estimates of a million or so dead. In short, all of the denier’s blustering about the ‘Four Million Variant’ is a specious attempt to envelope the reader into their web of deceit, and it can be discarded after the most rudimentary examination of published histories.”
Then why are Zionists still using the 6 million number, knowing it is “specious”? Millions of non-Jews died, too. The numbers don’t make sense. Do Zionists fear any inquiries will prove there was no Holocaust at all and thus “stone wall” all inquiries? It’s like the Protocols. In the 1930’s they had a Swiss judge (Meyer) declare the Protocols a forgery but this was reversed on appeal. Yet Zionism still claims the Protocols are a proven forgery. The “web of deceit” is clearly Zionist.
According to one article, “The carnage of World War II surpassed that of World War I. German war losses alone were estimated at 7 million, about half of whom died in battle. Ruined, defeated, and divided into zones of occupation, a much smaller Germany emerged in 1945 with a population about the same as in 1910.” (Russian losses were immeasurable; it bore the brunt of the German Army.)
After the war, millions more Germans died by starvation and disease in a ruined society, and 1.5 million German soldiers died in Eisenhower’s Andersonville-like death camps, under the infamous and barbarous Morganthau Baruch Plans. American soldiers were then, as in World War I and today, the unwitting rapiers of Zionist hatred and greed. Note the commanders of the Allied Army in Europe, Eisenhower and Clark, were Jews.
Apparently, Zionists will stop at nothing to crush all inquiries of the Holocaust by every possible means. Their reach and fanaticism is awesome. They have a “million eyes” watching everything and everybody (cf. the Protocols). What are they afraid of? Is the Holocaust a “house of cards”? If it falls, so does Zionism, Israel and the lucrative Holocaust Industry. And, despite the conditioning of the Zionist media monopoly, people everywhere are waking up to its deceptions.
Then will the Zionist Era and its Protocol Chaos together with its perpetual wars, panics, poverty, depressions, revolutions, aggressions, assassinations, false flags, monopolies, debt and demagoguery come to an end./? The slaughter of mankind, cease and Peace, rule./?
Spread the word on all the sites, forums and message boards. There should be an objective investigation of the Holocaust, free of the influence of France, Britain, and America. AIPAC now requires all US Congressional candidates to first pledge their loyalty to Zionism. Zionists rule Washington absolutely (London and Paris, too). Never have a people been swept by so many armies of secret police. Where is our loyal military? The world wonders!
Acknowledgment: This information was obtained from an uncensored internet.
Men can never be secure from tyranny, if there is no means to escape it till they are perfectly under it and therefore, they have not only a right to get out of it but to prevent it. John Locke
Memorial Day, 2007
D. Cassidy
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http://whatreallyhappened.com/WRHARTICLES/holofour.php